Selena:
Luchando por contener el apretado nudo que se ataba con fuerza descomunal alrededor de su garganta, impidiéndole digerir la pena y congojo que la atormentaban, Selena avanzó por las desoladas calles de la ciudad, con su mirada gris clavada en el frente del camino.
Aunque sus pasos eran firmes y decididos, la pena que abrumaba sus pensamientos la mantenía absorta del mundo que la rodeaba, completamente ajena a este.
Aquello no era extraño ni poco usual, al fin y al cabo, ella solía abstraerse de la realidad para poder ejercer su profesión como prostituta, llevando adelante trabajos que podrían sacudir los estómagos más fuertes y apuñalar los corazones más vigorosos.
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Selena contuvo la respiración, mientras las ganas de llorar se hundían en su pecho como rocas en el mar, estaba aterrada, ella sabía perfectamente que no iba a sobrevivir a aquel encuentro.Maleck la tomaría a la fuerza y luego se desharía de ella como quien extermina una simple alimanias; sin embargo, la bella dama de cabello tan rojo como fuego sobre el mar, no se iría de aquel mundo de un modo tan fácil y simple.Ella daría pelea.—Alejate de mi, sucio costal de pulgas—siseo ella con lengua viperina, sosteniendo su penetrante mirada tormentosa sobre el.Maleck abrió sus ojos, mientras pestañeaba reiteradas veces, como si inten
—No hay nadie—soltó Andrew, reprimiendo el creciente impulso de liberar un profundo suspiro de derrota.—No importa, sigue buscando, estoy seguro de que está por esta zona—respondió Alexander a través del auricular conectado al equipo de sonido del auto.Andrew rodó los ojos, mientras pasaba una mano por su cabello nocturno y continuaba deslizándose en su vehículo a través de las calles de la conocida zona roja.—Creo que deberías comenzar a asimilar la idea de que ella puede que no esté aquí—comenzó a decir el hombre detrás del volante a su amigo a través de la llamada. Las palabras habían sido pronunciadas con sobrio análisis y
Los ojos grises de Selena se ensancharon de manera considerable, mientras su corazón comenzaba a acelerarse y sus labios temblorosos se separaban levemente.Andrew observó a la bella dama durante algunos instantes antes de comprender las emociones que se arremolinaban en su rostro.Miedo, temor y desesperación.De forma notable, ella recogió su cuerpo, apartándose lo más que puso de él, mientras buscaba con la mirada algo con lo cual defenderse.En ese preciso momento, el hombre de cabello nocturno y mirada azul zafiro no pudo evitar esbozar una considerable sonrisa, mientras su mente ágil y algo delirante, comparaba la reacción de la bella
—¿Que se siente ser un perro al que llaman cuando les place en gana?—ronroneo Selena lanzándole una sonrisa arrogante.Mathew, quien iba al frente del volante, ignoró por completo las palabras de la dama y el tono conflictivo con el que las había arrojado.Desde que había aceptado ser llevada hasta Alexander en el asiento de acompañantes, ella se había empecinado en comportarse como un grano en el trasero.Cada pocos minutos ella hacía comentarios sarcásticos y poco amables sobre él, sobre el automóvil, e incluso sobre cualquier cosa que ella creyera que a él le agradaba, ya fuera música o ropa.No era necesario ser muy listo pa
—Te fuiste—escupió Alexander, con su brillante mirada color esmeralda clavada en el hermoso rostro de la prostituta.Selena se tenso, al oír el tono afilado en su voz, mientras continuaba avanzando hacia él sin detener la marcha.—Tu lo hiciste primero—arremetió ella, sin limitar el filo en sus palabras.Alexander estaba enfadado y molesto, ella no conocía al hombre, sin embargo aquello era casi obvio, debido a la forma en que se paraba ante ella y la tensión en sus músculos.Pero nada de esto haría que la bella prostituta se sometiera ante la voluntad del millonario. No, cuando ella tenía razón, al fin y al cabo él
—¿Te quieres casar conmigo?—preguntó Alexander sorprendido, mientras sopesaba las palabras que salían de sus labios.—Cuando se me propusieran imaginé que sería de un modo un poco más romántico—comenzó a decir Selena intentando buscar traer a la conversación la más pequeña pizca de humor.Sin embargo, el rostro de Alexander estaba pálido, casi aterrado, mientras observaba a la mujer ante él.La expresión en las facciones de su amigo, Andrew, no era mucho mejor, ya que parecía pasmado ante lo que acababa de oír, como si no lo pudiera creer, mientras un sinfín de cosas pasaban por su mente. Selena avanzaba por el pasillo angosto y maloliente del burdel con el mentón firme, al igual que su postura, digna de una reina.En ningún momento hizo contacto visual con los hombres que entraban y salían de las habitaciones como si se tratase de un sitio público.Ella simplemente caminó, evitando tan siquiera rozar a cualquier imbécil apestoso que saliera de alguna habitación luego de recibir algún tipo de servicio proveído por cualquiera de sus compañeras.Selena ya había cometido ese error en una ocasión, cuando por accidente chocó contra un hombre asqueroso de mirada saltona.El la había tomado a la fuerza en ese mismo pasillo, frente a los dCapítulo 23: Se compra esposa.
Un impulso interior quiso hacer que Selena esbozara una sonrisa triunfante, mientras Alexander exhibía la chequera de cuero oscuro en lo alto, como si se tratase de una espada.Irina, unos pasos detrás de la bella prostituta de cabello rojizo, se quedó lívida, con los ojos bien abiertos y los labios separados, incrédula viendo todo lo que ocurría ante sus ojos.Como si aquello no fuera real, simplemente una alucinación.Después de todo, ¿Que tan lógico era que tú mejor amiga consiguiera un hermoso millonario que pagará las deudas de vida de ambas? No, aquello era prácticamente imposible.Al parecer, la misma sorpresa y duda se había apoderado de la matrona y Maleck, quienes observaban a Alexander como si fuera una especie de extraterrestre o algo semejante.—No solemos vender a nuestras chicas, ellas son demasiado caras—comenzó a decir la desagradable matrona, mirando a Alexander con ciertos aires de arrogancia y desdén—. Puede alquilar sus servicios por una noche si es lo que desea,