Daniela

Me encuentro recostada plácidamente en los brazos de mi hermoso esposo. Estamos agotados porque fue muy complicado lograr que Ángel se duerma. El pequeño ha estado muy inquieto durante el día y no ha dejado de llorar.

—Caprichosita se acerca el mes de septiembre.

Reí fuerte —¿Qué ocurre en ese mes?

Él deja varios besos en mi cuello provocando mi risa.— Pequeña mentirosa

—No tengo idea, amor.

—Daniela de verdad

—Claro que lo sé tonto ¿Qué quieres de regalo?—Le pregunté mientras me gire para verlo

—¿Recuerdas ese baile tan sexy que hiciste en la despedida de solteros de Hugo?

Asentí —¿Quieres que baile para ti?

—Sí gatubela, en esa ocasión me dejaste con las ganas

—¿Solo esa vez?— Le pregunto entre risas

— Muchas veces es hora de desquitarme.

Él se posiciona encima de mí uniendo sus labios a los míos mientras comienza a subir mi pijama desde mis piernas hacia arriba.

Sin embargo, no logramos hacer nada porque escuchamos un llanto proveniente de la cuna.

Me levanté rápidament