Me dirigí a la oficina de Mauro para charlar con él.Entré a la fuerza porque el desgraciado le dijo a la secretaria que no quería ver a nadie.

—La aparecida ¿Dónde estuviste?.

—¡Ese no es tu asunto! Vine a recordarte que no puedes tomar decisiones sin mi aprobación ni la de Hugo olvida las absurdas ideas que tienes

—Fue una gran jugada convertir a Hugo en tu socio capitalista, pero eso no te salvará, mi amor.

—En menos de un mes acabaré el proyecto y no tendré que volver a verte, se acabaran nuestros negocios juntos.

—En un mes pueden ocurrir muchas cosas Daniela —Él ríe —¿Por qué mejor no me vendes tú parte de la empresa? Si no quieres acabar como tu papi, sería un desperdicio con esa carita

—¿Me estás amenazando?

—Por supuesto que no, pero ten presente que tienes una deuda conmigo y yo siempre cobro mis deudas

—¡Yo no te debo nada, Mauro!, ¡y no te tengo miedo, imbécil! Si no te largas de la empresa te aseguro que te haré la vida imposible —luego de decir eso me fui

Llegué a mi