Pasaron tres semanas sin mucha emoción. Mi querida prima hizo alguna que otra aparición en los medios dando su versión: en la cual básicamente me dejaba como una competidora compulsiva suya. Dio a entender como que yo tenía una obsesión con ella. ¡Que caradura que era! Cuando era más que claro que la encaprichada era ella conmigo. Me llamaron varios periodistas para que hiciera una declaración, siempre respondía lo mismo: por algo se le llama vida privada, porque es PRIVADA.
Con Mat tuvimos un cuidado excesivo cuando nos veíamos en alguna noche, pero últimamente parecía que ya había perdido el interés. Me escribía muy poco seguido (por lo menos para vernos) y los tiempos entre encuentro y encuentro comenzaron a hacerse más largos entre ellos. Yo actuaba a su frente como si no me importara, lo que me hacia una mentirosa de primer nivel; porque me estaba volviendo loca su indiferencia, si n
El medico nos había indicado a las dos 4 días de licencia medica, al parecer habíamos comido algo en mal estado y eso nos había provocado una gastroenterocolitis.Tengo que admitir que a Natalia le había pegado mucho peor que a mí, estaba destruida; Felipe por suerte se vino a instalar estos días aquí para hacer de enfermero.El domingo en la tarde suena el timbre de nuestro hogar, Naty y yo estábamos en el sillón, con un té cada una y una frazada cubriéndonos. Cualquiera que nos viera pensaría que estamos a un paso de la decadencia absoluta.Felipe se fue a fijar quien era, ya que no habíamos pedido nada. Habla por el interlocutor con la visita, a quien le dice que suba. Las dos lo miramos con curiosidad, el solo nos sonrió.Mi corazón s
Natalia tardo mas de dos horas en salir de esa habitación. Yo estuve todo el rato sentada en el sillón mullido del living tapada con una manta de Nepal. Cuando la vi salir, estuve a punto de tírame sobre ella pero me contuve.Sus ojos estaban rojizos, era evidente que no había sido una charla fácil para ella; era extraño siempre Naty es un libro abierto con sus relaciones, no suele guardarse nada, pero con Gonzalo se ha mantenido demasiado hermética. Me ha contado poco y nada, así que no estaba seguro de lo que iba a obtener al hablar con ella.-Nati– le dije yo en un susurro, ella me miro y camino hacia donde yo estaba, sentándose junto a mí en nuestro súper cómodo sillón de segunda mano - ¿Estasbien?-No lo sé, realmente no sé lo que siento-¿Queres contarme?-Es que Marie, no sé qué contarte porque ni yo entiendo bien que me quiso decir...-¿Sigu
Natalia sabía muy bien qué tipo de fiesta me gustaba y tenía más que claro cuáles no. Encontrarme mi casa, decorada de rojo y negro, con látigos y jaulas me daba mala espina, se suponía que yo no debería saber nada de esto porque es una "FIESTA SOPRESA''. Aunque ella sabía, que yo sabía que me iba a realizar una fiesta de cumpleaños, me tenía prohibida la entrada al apartamento durante estos dos últimos días.Hablo con Matthew y me consiguió un hogar transitorio mientras "acondicionaba" la situación. Durante estos días realmente me contuve de ir a investigar que estaba planeando, pero hoy cuando me escribieron por Instagram de una casa especializada en Bondage (una práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo de una persona) si prefería que las cintas fueran de tela o cuero, me di cuenta enseguida que mi querida amiga se había "inspirado" en 50 sombras de Gray para mi fiesta. L
Hay cosas que sí y hay cosas que no y esta noche estuvo llena de cosas que NO.Duarte el transcurso que tardamos entre vestirnos y aprontarnos para volver a mi apartamento para mi "fiesta sorpresa" Mat no me dirigió ni una palabra. Estaba demasiado encimado en sí. Mentiría si dijera que no me afecto, pero siempre las vísperas de mi cumpleaños me ponen algo sensible, mi cumpleaños no suele ser mi fecha favorita, es más, si fuera por mí me quedaría acostada en mi cama en forma fetal. ¡No me juzguen!Condujo en el mismo silencio que me dedico toda la tarde. ¿Qué le pasaba? ¿Eran celos?, en el viaje me pregunte si debía decirle algo, tratar de arreglar las cosas, el tema es que no sabía que estaba mal, aunque estaba segura que si le preguntaba me iba a dedicar palabras que no quería escuchar. Así que tome la decisión de seguir en silencio.
La semana pasada había sido de emociones fuertes. Pasaron demasiadas cosas, pero la principal era el embarazo de mi amiga, que no podía llegar en un peor momento.Natalia era un saco de dudas: ¿Tenerlo o no tenerlo?, ni si quiera aún se había animado a ir al ginecólogo, menos de menos a hablar con el otro involucrado en el tema. Solo lo sabía yo y mi nerviosismo estaba llegando a niveles astronómicos.¿Yo en su lugar que haría? Nunca estuvo en mis prioridades ser madre (ya se, es raro teniendo en cuenta que fui "Susanita" durante 7 años de mi vida), realmente nunca tuve esa fantasía de formar una familia numerosa y tener gemelos. Todo lo contrario mientras que mis amigas en la escuela jugaban a las mamas, yo jugaba a las niñas perdidas en el bosque.-Marie no sé qué hacer ¿podem
Mierda, mierda y más mierda. ¿Qué había hecho? Me separe de golpe de Francisco, el me miro con intriga, estuvo a punto de decirme algo, pero lo frene a tiempo poniendo mi dedo índice en sus labios, porque que lo escuchara a él sería otro problema extra, que no estaba dispuesta a asumir.-Respóndeme Marie Ann ¿Cómo que está embarazada? –me dijo Matthew, se notaba que estaba perdiendo la paciencia. Imagino que se estaba preguntando cuál de sus dos amigos era el padre.-Matthew obviamente pensé que eras ella. No te incumbe nada que respecte a ella o su embarazo. Te pido que no digas nada aun.-Está bien, ¿necesita algo?-No, yo la estoy acompañando en todo
Mi estómago se contraía por mis nausear y vómitos, Natalia estaba a mi lado con cara preocupada, hacía ya dos días que me venía diciendo que tal vez mis vómitos continuos no tenían que ver con un virus sino con otra cosa llamado embarazo.Limpie mis dientes en el lavabo y mire las lágrimas de mis ojos, no me pregunten porque, siempre que vomito lloro desconsoladamente, detesto vomitar, la sensación en el estómago como si se cerrara y luego explotara hacia el exterior me hace sentirme irritada y eso siempre (desde chica) desemboco en sollozos.-¿te vas a hacer el test Marie? –me dijo mi amiga, yo simplemente la mire con cara de odio, sabía perfectamente cómo me ponía ese tema.Me negaba a creer que estaba embarazada. ¡Era imposible! Cada 3 meses iba religiosamente a mi
Natalia tenía en sus manos mi prueba de embarazo, prefería escuchar las malas noticias de su boca, que enfrentarme yo misma a ellas. ¿Qué haría si estuviera realmente embarazada? Siempre estuve segura de que no quería ser madre, bajo ningún concepto, no solo porque el parto me da pavor solo de imaginarlo, sino que me parece una carga demasiada alta que llevar y que te acompaña para toda la vida. Creo que es eso lo que me asusta más, ser madre es un compromiso el cual una vez aceptado, no tiene marcha atrás. La poca paciencia que tenía ya me estaba por volver completamente loca, así que mire a Natalia y le dije:-¿Y, tengo que pedir cita con el ginecólogo?No hubo necesidad de que me respondiera para saber cuál era la respuesta. Estaba realmente jodida. Debería de haberme puesto a llorar, pero ni una lágrima hizo acto de pre