PDV Isabel
El auto donde me metieron se movió rápido, me habían puesto en la parte de atrás, escuche la voz de 2 hombres, no sabía quiénes eran, pero debían ser lo sicarios de los cuales hablo la gente que se reunió con Antonio…
Ellos debían encargarse de mí, ¿Qué planeaban hacerme? Antonio les dijo que lo hicieran sin dolor y rápido, pero ahora en lo que menos iba a confiar era en su palabra justo ahora.
¿Qué podía hacer?
Mis manos estaban atadas, pero el nudo lo habían hecho Antonio y Alexandra, estos 2 nunca fueron muy buenos en eso, además creyeron que estaba inconsciente, fui moviendo mis manos para ver si podía hacer que el nudo cediera.
Por suerte para mí, si empezó a hacerlo, me alegre en mi interior, pero no lo demostré, aún estaba en el auto de estos 2 y eran personas peligrosas… tuve cuidad de todo lo que hacía para que no se dieran cuenta.
Continúe con el movimiento de mis manos y después de un rato pude dejar floja las ataduras como para poder quitármelas de un tirón, mientras hice eso, los 2 hombres hablaban sobre como librarse del cuerpo.
Debía parecer un accidente, por lo que matarme de 1 balazo sería algo complicado… son muchas pruebas y 1 persona importante como yo siempre llamaba la atención, debían ser muy sutiles.
Escuche muchas propuestas entre sí, como arrojarme al mar y fingir ahogamiento, un método que dejaría menos pruebas a comparación de 1 bala en mi cabeza, también dijeron otras formas, aún estaban indecisos sobre cuál de todas elegir.
Me dio nauseas escucharlo hablar sobre como matarme, pero tuve que contenerme para poder evitar que llegaran a saber que seguía despierta.
De un momento a otro, la camioneta se detuvo, parece que ese par iba a ir a comer, se bajaron del auto, pero antes me tocaron un poco, escuche un par de comentarios morbosos sobre aprovecharse de mi cuerpo antes de librarse de mí.
Tuve que usar todas mis fuerzas para no temblar en ese momento, si lo hacía estaba perdida.
Por suerte esos 2 no se quedaron mucho y luego se fueron, no tuvieron mucho cuidado conmigo, después de sentir que se bajaran, aproveche, me quite la atadura de mis manos y luego de eso me quite la venda en mis ojos, respiraba con dificultad por todo lo que había pasado, pero no perdí tiempo y me asome por la ventana.
Quería comprobar primero si ese par seguía comiendo, vi un restaurante cercano, no sabía quiénes eran lo que me habían secuestrado y no como se veían, estaba perdida.
Comprobé que no hubiera nadie cerca del auto y entonces me escape, lo hice con cuidado para no hacer ruido y que no se enteraran de lo que hacía, puse algo de distancia entre la camioneta y yo y comprobé que nadie me seguía.
Cuando me sentí segura… corrí… lejos tanto como pude.
Nunca antes en mi vida había corrido tanto como ahora, el corazón me latía como loco, mis piernas temblaban, pero no pare, tenía miedo de que si lo hacía, alguien me tomaría por detrás y entonces terminarían el trabajo que comenzaron hace unos momentos.
Creo que llegue a correr como 1 kilómetro antes de finalmente detenerme, estaba muy cansada, mi cuerpo quería derrumbarse y dormir por 1 semana, pero no podía hacerlo.
Me había librado… pero ¿A dónde tenía que ir?
Mi prometido y ahora esposo me había traicionado, al igual que mi amiga, ambos querían verme muerta… no tenía dinero conmigo… no podía regresar a mi casa… ni siquiera podía ir con la policía para informarles de lo ocurrido.
Además de no tener pruebas, escuche a Antonia decir junto a sus socios que la policía de la ciudad había sido comprada por ellos y que no tenían que preocuparse tanto por que los llegaran a descubrir.
Si no podía ir con la policía para contarle mi problema… ¿Con quién debía ir? Estaba sola, sin dinero, y no podía confiar en mis propios conocidos, parece que varios se habían asociado con Antonio… ¿Con quién podía ir?
A mi mente pasaron varios nombres… hasta que 1 en particular llamo mi atención… Alexander Romano, ese era el CEO de una empresa rival.
Había estado enfrentándose a mi grupo empresarial así como también al fondo de inversión de Antonio desde hacía tiempo, nos conocíamos, pero no teníamos una relación demasiado profunda, me parecía un hombre… muy frio.
Él era nuestro rival… y ahora creo que era el único con quien podía acudir… mis allegados no eran de confianza, y él no tenía motivos para hacerme algo… ahorita mismo, era el único que podía ayudarme.
Me había casado, y ahora Antonio podía disponer de mis bienes como quisiera, de seguro me daría por muerta, y con la policía comprada no iba a poder reclamar nada.
Suspire un poco… sabia donde vivía Alexander, dude, pero al final fui con èl, era mi única opción.
La ciudad de noche y a pie se veía un tanto distinta a lo que recordaba, tras una larga caminata, finalmente pude llegar a la casa donde vivía Alexander, era en el sector rico de la ciudad, pero a una buena distancia de donde yo vivía, lo suficientemente lejos de Antonio.
Toque el timbre y me anuncie.
― ¿Si? ¿Quién es? ―pregunto una voz cerca de mí.
―Soy… soy Isabel Smith… ¿Esta Alexander? ―le pregunte.
― ¿Isabel Smith? Oh, sí, sí, la dueña del grupo empresarial Smith, ¿Por qué ha llegado a estas horas?
―Necesito ver a Alexander.
― ¿Por qué motivos?
―Son… asuntos de negocios importantes… usted sabe cómo se llevan nuestros 2 grupos ―le dije.
―Sí, lo sé bien, algunas veces escuche a Alexander hablar de eso… bien señorita, puede pasar, le voy a abrir.
Un momento después de eso el portón se abrió y pude entrar a pie.
La casa de Alexander era muy bonita, pero no tuve tiempo para apreciarla, no ahora en mi situación, llegue a la puerta y la toque, me abrió una señora de unos 40 años o más, su sonrisa fue reconfortante.
Me invito a pasar al interior y me llevo a la sala.
―El señor Alexander no está aquí por ahora, pero no debe tardar en llegar, si quiere puede esperarlo aquí ―me dijo.
―Sí, muchas gracias por su atención.
―De nada… pero señorita Isabel, ¿Se encuentra bien? ―me pregunto ella.
―Sí, claro… ¿Por qué la pregunta?
―Pues se le ve con un ánimo muy decaído señorita, y sus ojos estaban un poco… tristes.
Bueno, no era nada raro teniendo en cuenta todo lo que me paso hoy… mi mundo se derrumbó de la noche a la mañana.
No era algo que alguien pudiera soportar fácilmente.
―Sí, muchas cosas me pasaron hoy… pero ya estoy bien, se lo prometo.
―Mmm, eso espero, es una lástima que en una cara tan bonita como la suya no haya una buena sonrisa.
La empleada de Alexander, fue a la cocina y me preparo algo para comer, quise negarme, pero tenía mucha hambre, no había comida desde lo que me paso, y tuve que aceptar, comí a grandes bocados, hasta que la escuche decirme un par de cosas.
Parece ser que Alexander ya había llegado a la casa, eso casi tirar la comida de la mesa, y provoco que saltara del sillón.
―No tiene que ponerse así Isabel, Alexander no da tanto miedo como dicen ―me dijo la empleada con tono burlón.
Me dio un poco de pena, y me senté de nuevo, espere a Alexander en la sala mientras pensaba que podía decirle a continuación.
¿Qué podía ofrecerle para que me diera su ayuda?
Estaba sola y sin nada… quizás podría ofrecerle algo de mi empresa…
Me puse un poco nerviosa, la empleada abrió las puertas y él llego.
Él tenía uno 30 años de edad, era alto, de cabello castaño oscuro, y un cuerpo bastante atlético, antes de hoy no lo había notado… pero él era… bastante guapo, su mandíbula, sus ojos, su cuerpo, hasta su cabello, todo parecía estar perfecto en él.
¿Cómo no me había dado cuenta de eso antes en nuestros anteriores encuentros?
Quizás por que en ese momento estaba enamorada y solo tenía ojos para mi prometido… ahora…
Alexander hablo un poco con su empleada y pareció que no me vio, moví las piernas con nervios hasta que me posara sus ojos en mí… pero nunca lo hice, y tuve que llamar su atención tosiendo un poco.
Su mirada se posó finalmente en mí, sus ojos color castaño eran fríos, y muy intimidante, retrocedí sin pensarlo y el sillón donde estaba sentada me impidió ir más atrás.
Él empezó a ir hacia mí, tenía algo de duda en su expresión.
¿Y ahora?
―Señorita Isabel… ¿A que debo esta visita a tan altas horas? ―me pregunto.
Su voz era fría, sin muchas emociones, en ella.
No conteste al instante, abrí la boca varias veces, pero nada salió de allí, Alexander frunció un poco el ceño ante mis acciones.
―Señorita Isabel, no tengo que decirle que soy un hombre muy ocupado ¿Okey? no puedo perder mi tiempo en cualquier tontería… si tiene algo que decir… por favor dígalo… si no, voy a tener que pedirle que se retire ―me dijo este.
Me levante, pero las dudas me dejaron en silencio otra vez.
―Jean, por favor acompaña a la señorita Isabel hacia la puerta por favor ―dijo Alexander mientras se giraba hacia su empleada.
― ¡Espera! ―le grite.
Se giró en mi dirección apenas dije eso.
―Yo… te necesito… por favor… necesito que me ayudes.
PDV IsabelBueno, ya esta, lo había hecho… ¿Y ahora qué?Mire a Alexander en busca de respuestas, este último me miro de cierta forma después de que le dijera esas palabras.Me hizo un par de muecas y entonces se llevó la mano a la barbilla, me miro un poco raro.―Señorita Isabel ¿Se puede saber a qué es lo que se refiere? ―me pregunto Alexander.…―Necesito que me ayudes, es un poco largo de contar… pero necesito que me escuches ¿Si? ―le pregunte a este.Alexander frunció un poco el ceño al escuchar lo que le dije… parecia dudoso respecto a que hacer, pero lo mire con ojos de ruego para que se apiadara un poco y entonces escuchar lo que tenía por decirle.Suspiro, y entonces asintió en mi dirección.―Muy bien señorita Isabel, la voy a escuchar, pero espero que sea algo importante y no algo que me haga perder el tiempo ahora ―me dijo este.―¡Muy bien! Te prometo que no es cualquier cosa… es muy importante para mi… siéntate para que podamos hablar ―le dije mientras le indique el sofa d
PDV AlexanderLisa al escucharme se puso aun mas feliz y de inmediato se acerco a mi y se sento cerca, luego de eso empezó a explicarme.―Se trata de la señorita Isabel señor ―me dijo.―¿Ella? ¿Qué tiene que ver ella aquí? Por favor Lisa, no estaras diciéndome que tu candidata ideal es ella ―le dije a esta.―Si, si señor, es precisamente la señorita Isabel de la cual estoy hablando.―Lisa… por favor…―No, no, escúcheme por favor señor, eh hablado con ella y me pude enterar de varias cosas… como por ejemplo… que sigue siendo virgen señor ―me dijo.¿Qué?¿Seguia virgen? Pero si hasta ahora habia estado comprometido con otro hombre, y se iba a casar con èl y quien sabe si habían estado viviendo juntos desde entonces… ¿Cómo podia ella ser virgen?―¿Estas segura de ello? Ella estaba comprometida hasta ayer, de hecho ahora técnicamente esta casada todavia, ¿Cómo va seguir siendo virgen a pesar de eso?―Ella me dijo que se estuvo guardando señor, me conto que le dijo a su prometido que quer
PDV Isabel―De nada, me alegra que te guste ―me respondio, antes de darle una mirada a Alexander.Ambos compartieron un momento ¿Qué les pasaba? Desde que me sente aquí estaban como muy… raros…Lo que hicieron despues de eso, solo aumento mis sospechas, Alexander empezó a trata de entablar conversación conmigo, y digo tratar, por que los temas que estaba tocando, no eran los usuales por los que alguien se iria para ir socializando con otras personas.Me hizo algunas preguntas personales y un poco privadas, tales como mi relación con mi prometido, lo que habia hecho con este mientras estaba con èl en la relación, y si habia llegado a vivir junto con èl en mi casa, cuantos novios llegue a tener en mi vida, asi como tambien los sitios donde llegue a estudiar y que fue lo estudie, y también otras cosas como mis gustos personales, mis hobbies y mis intereses.Me sentía como en una entrevista para un trabajo… no se, pero lo normal era que los temas que eligio no serian los primeros que algu
PDV IsabelAbri y cerre los ojos de golpe apenas escuche lo que Alexander me dijo hace unos momentos, pensé que estaba bromeando, pero su mirada se veía muy seria y sin ninguna muestra de cambios.Luego me acomode mis oídos a ver si habia podido escuchar bien o si se trataba de otra cosa… mire a Alexander fijamente.―Perdona… ¿Puedes decirme de nuevo lo que quieres a cambio? Por favor, es que no escuche bien ―le dije a este.―Como pago por ayudarte a salir de esta situacion en la cual te has metido Isabel, te quiero a ti… ¿Okey? ¿Esta vez si has podido escuchar bien? ¿O quieres que lo repita? ―me dijo Alexander.…¿Pero que demonios?¿A mi? ¿Y eso que significaba? Me senti mareada unos momentos, hubiera esperado que pidiera acciones, quizas contratos preferenciales con mi grupo empresarial en los cuales solo èl saliera beneficiado mientras que mi grupo tendría que hacer muchos sacrificios para poder cumpliros, tambien espero otras cosas, tales como darle ciertos bienes o demas cosas a
PDV Isabel No, no, cuando ellos 2 me secuestraron y me forzaron a firmar el acta de matrimonio, solo fue eso, no me hicieron firmar nada mas… asi que eso de que hubiera podido firmarle algun documento que le daba control de mis acciones no era creíble… cierto.Alexander parecio poder leer lo que pensaba con solo ver mi rostro, me dio otra sonrisa.―Parece que no me crees, bueno, piensa Isabel, esos 2 son las personas mas cercanas a ti… hasta ayer tu confianza en ellos era “ciega”… con ese nivel de confianza, dime ¿Piensas de verdad que no hubieran podido aprovechar la situacion a su favor? ―me pregunto.…―Ellos han tenido una aventura de 6 meses como minimo, tiempo mas que suficiente para hacer de todo a espaldas tuyas, incluyendo lo que te dije, solo el acta de matrimonio no serviría para poder tener control total de tu empresa y de sus acciones… necesita algo mas que eso, el matrimonio por si solo no le dara todo de inmediato… por eso es que son los documentos en los cuales le das
PDV IsabelLa casa a la cual llegamos tenia unos 3 pisos de altura y era bastante grande, cada piso en ella tenia un buen tamaño, se notaba que era 1 casa costosa que solo aquellos con ciertos ingresos podían llegar a permitirse sin problemas, recorde que el amigo del cual Alexander me hablo al parecer era un juez o algo asi, asi que con razon podia meterse en esto.Además de que la casa era grande, también estaba bien equipada, pude ver el jardín y otras cosas mas, y hasta tenia una pequeña fuente en una esquina, no era muy grande, pero estaba bien cuidada, y el agua que salía de ella era cristalina.Mire unos momentos mas la casa mientras Alexander estacionaba el auto, nos quedamos no muy lejos de la entrada y nos bajamos juntos, este ultimo señalo la entrada y poco despues empezó a caminar para alla, lo segui desde atrás.Un hombre que aparentaba unos 50 años nos esperaba alli, este tipo era alto, debia medir 1.80 m aproximadamente diría yo, era esbelto, pero con un cuerpo que se
PDV Isabel ―Eres tan honrado hasta que escuchas el precio Richard, pero bueno, no estamos aquí para poder discutir que tan “honesto” eres, sino para el asunto de la anulación ―le dijo Alexander.―Claro, claro, dime ¿Quién es la persona que tiene que anular su matrimonio? Vamos a ver que podemos hacer, pero te lo digo Alexander, incluso para mi, conseguir tal cosa va a ser complicado si las condiciones no lo permiten… si por ejemplo han estado casados por años, no se va a poder hacer nada… o si todo el mundo vio que se casaron voluntariamente y conscientemente y no por “accidente” o cosas asi, en este caso también sera muy complicado poder obtener tal anulación… dependerá de las circunstancias Alexander ―le dijo Richard.―Quiero que le consigas una anulación a Isabel… ¿Puedes hacerlo? ―le dijo Alexander.Richard abrio los ojos de golpe y me lanzo una mirada a mi… volvio a mirar a Alexander despues de eso.―¿Para ella? ¿Pero…? Isabel… ¿Eso es verdad? ―me pregunto.…―Si… la anulación e
PDV IsabelDespues de que Alexander me diera la señal, empece a contarle todo a Richard, y las cosas que me hicieron mi “amiga” y mi “esposo” en la sede central de mi empresa, este ultimo se mostro sorprendido al escuchar todo lo que le dije.Desde como fue que encontré a ambos teniendo una aventura en medio de mi oficina, hasta como los descubri y le dije que no me iba a casar con èl, y como fue que debido a eso ambos terminaron por secuestrarme y amenazarme con que si no aceptaba firmar el contrato matrimonial con èl… entonces me sacarían… los ojos.Hice especial énfasis en la parte de la tortura…a fin de cuentas, èl necesitaba tener buenas excusas para poder darme la anulación que necesitaba, y no podia pensar en ninguna otra que fuera mejor que sencillamente casarme bajo amenaza de que si lo hacia… no iba a tener mas ojos en mi cuerpo.Eso de seguro podria convencer a cualquiera de que mi matrimonio era mas que falso.Richard escucho todo y no dijo nada al igual que Alexander, cua