Forzado

PDV Isabel

Apenas me di cuenta de mi error, trate de separarme de Antonio, pero este último no me soltó, y no solo eso, sino que Alexandra le dijo que hacer conmigo.

Trate de gritar a toda voz para ver si alguien me podía escuchar, pero era de noche, no había nadie y encima de eso estábamos en el último piso… era difícil que alguien pudiera escucharme desde aquí.

Y además, Antonio no tardó mucho en taparme la boca, colocándome una manta en ella y cerrándomela.

Alexandra se movió y me ato las manos y luego de eso los 2 me llevaron lejos de la oficina, me cargaron entre ambos, trate de moverme, de pelear, pero entre los 2 me tenían bien agarrada y no pude hacer nada mientras me llevaban a quien sabe qué lugar.

No supe reconocer los caminos, ya que tenía poca visibilidad por la noche, y en poco tiempo, por fin paramos, me sentaron y entonces los 2 me miraron fijo, parecían pensar que hacer.

―Isabel… ¿Por qué tenías que darte cuenta ahora? Vamos a tener que hacer cosas que no queríamos ―me dijo Alexandra.

Quise gritarle, pero tenía la boca tapada y no podía hablar nada.

―Quiero decirte que lo que te hacemos no es personal ¿Okey? fue solo algo que paso… es cuestión de negocios… tu posees el 60% de las acciones de tu empresa familiar, eres la accionista mayoritaria y puedes hacer lo que sea con la empresa… por esa razón, para poder hacernos con el poder aquí, obviamente tenemos que hacerlo a través de ti –me dijo Alexandra.

Trate de gritar, pero no pude, Antonio me quito el pañuelo de la boca y en ese momento le escupí, gotas de saliva le cayeron encima, pero no se enojó, sabía que no tenía caso gritar, debieron llevarme a un sitio apartado en el cual no podía escucharme nadie… ni siquiera los guardias nocturnos.

No tenía caso, ya, así que solo quería saber algo.

― ¿Por qué? Tú eras mi prometido, y tu mi amiga… ¿Por qué me hicieron esto? ¿Solo por dinero? ¿Solo por eso? ¿Por qué tuvieron que hacerme estos los 2? ―les pregunte.

―Sí, Isabel, solo por dinero… escucha, tu nacista en una familia rica y es normal que no sepas lo que vale el dinero… yo tuve que abrirme paso por mí misma en el mundo empresarial y se lo importante que es el dinero… por eso lo quiero.

― ¡Pudiste escalar tanto gracias a mí! ¡Yo fui quien te puso en la junta directiva! ―le grite.

―Y te lo agradezco, en serio que te lo agradezco Isabel, fuiste una buena amiga… pero necesito mucho más.

― ¿Mas? Todo lo que te di… ¿Y aun así quieres más?

―Sí, Isabel, mi puesto en la junta es solo de nombre… ¿Cuántas acciones tengo en tu empresa? ¿0.01%? no tengo ningun poder real, no me diste nada real, en cualquier momento en que tu quieras podrias echarme y yo no tendría nada que hacer… me quedaría sin nada… y esa situacion no es algo me agrade… por eso es que tuve que tomar medidas amiga –me dijo.

―Tu…

―Además… no es solo por el dinero… es por el estatus, ¿Tienes idea de lo influente que puedes llegar a ser si diriges una empresa como la tuya con más de 100.000 empleados alrededor del mundo? Ese estatus que esto te puede dar también es algo que deseo… y me diste la oportunidad cuando aceptaste casarte con Antonio sin ponerte a firmar primero un acuerdo prenupcial.

M****a… ¿En que estaba pensando? ¿Por qué no firme eso?

Estaba enamorada… y no pensé que algo así podría pasarme… maldición, mi papa y mi abuelo siempre me habían dicho que pensara antes de actuar… ¿Por qué no les hice caso?

― ¿Y tú Antonio? ¿Por qué te metiste en esto con ella? ¿Por qué? ¿No me amabas? ―le pregunte.

―Claro que sentía afecto por ti Isabel… pero a comparación con el patrimonio que posees, ese afecto que tenía por ti queda en 2 plano… si quieres saber por qué me asocie con Alexandra, fue por que vino a mí con una buena oferta, me caso contigo, y una vez que tu mueras, como tu esposo y sin hijos de por medio, todas tus posesiones van a pasar a mi nombre… de esa forma, heredaría una de las grandes empresas del mundo de 1 solo golpe… ¿No suena fantástico?

―Entonces para ti el dinero valía más que yo.

―Isabel… no me mires así… tienes que saber que para nosotros, el dinero y el estatus son muy importantes, tu heredaste todo de golpe, por eso no lo valoras tanto, pero nosotros si… no es personal, es solo que así son las cosas… una vez que me case contigo y te saquemos de en medio, le voy a dar un 10% de las acciones a Alexandra para que de esa forma pase a ser uno de los accionistas mayoritarios de tu empresa… pero aun mantendría el control de esta, un trato ganar-ganar –me dijo Antonio.

―Estábamos a punto de ponerlo por escrito antes de que llegaras, tuviste que venir en tan mal momento…

Se acercó a mí.

―En serio lo siento Isabel, de verdad me agradas, pero tengo que pensar en mi futuro, tengo toda una vida por delante, y no quiero ser una don nadie más tiempo… vi la oportunidad y la aproveche… no fue nada personal… de verdad, es solo que estabas en el medio ―me dijo ella.

Tuve muchas ganas de golpearle allí mismo… ella había sido 1 de mis mejores amigas y era 1 de las madrinas de la boda… y ahora hasta planeaba matarme solo para hacerse con un 10% de las acciones de la empresa de mi abuelo y de mi padre… ese 10% valía decenas de miles de millones de dólares… al menos no me vendió barato.

―Ahora por lo menos puedo estar más tranquila al saber el por qué follaban entre ustedes a mis espaldas mientras planeaban como matarme… pero olvidan algo… aun no me eh casado con él… ¿Y ahora como piensas heredar la empresa sin estar casado conmigo? ―le pregunte de forma burlona.

Eso judía todo lo que habían pensado para mí.

Alexandra y Antonio se miraron entre sí, parecían dudosos, pero luego hicieron caras más firmes y sacaron un documento que me mostraron.

Eso era un acta de matrimonio… tenia los nombres de Antonio y su firma…

― ¿Qué es esto?

―Vas a firmar esto Isabel… ¿Okey? ―me dijo Alexandra.

― ¡No voy a firmar nada! ¿En serio piensas que soy tonta?

―A ver Isabel… vas a firmar eso ¿Okey? porque si no…

― ¿Oh si no que? Ya piensan matarme ustedes 2… si lo firme ahora, es como firmar mi acta de defunción ―les dije.

―Sí, es verdad, pero dime ¿Cómo quieres irte? ¿Sin dolor o con dolor Isabel? ¿De cuál forma preferirías?

―¿…? ¿No estarás…?

―Dime… ¿Cómo piensas que se sentiría este bolígrafo en tu ojo? ¿Piensas que dolerá? ―me dijo Alexandra, antes de mostrarme el bolígrafo en su mano de forma muy cerca.

Todo mi cuerpo se tensó en ese momento, empecé a sudar y un fuerte miedo se apodero de mi… ellos… ellos 2 no serían capaces… ¿Oh si?

Le eche una mirada a Antonio, no importa que… este último había sido mi prometido, habíamos vivido juntos, y nos íbamos por casar… ¿Podría hacerme eso a mí?

Antonio me miro de forma un tanto indiferente, mis esperanzas se agotaron apenas vi eso.

―Firma el contrato Isabel, solo fírmalo ahora ¿Okey? evítanos tener que hacerte algo malo ―me dijo este.

Quise llorar… me sentía abandonada… perdí mucha de la fuerzas que tenía…

Alexandra no se quedó quieta, puso en bolígrafo en mis manos y arreglo todo para que firmara.

―Vamos Isabel, ahórranos un momento feo a los 2.

Esta no era la boda que quería…

No queria que me torturaran… asi que al final firme el acuerdo… ahora estaba casada con Antonio… vaya suerte para mi ¿No?

―Bien Isabel, muy bien… ahora todo será bueno desde ahora ―me dijo Alexandra.

―Tu…

Antes de que pudiera decir algo más, Antonio me tapo los ojos de nuevo, con una manta, y Alexandra me tapo las manos, entre los 2 luego me movieron juntos, y me golpearon la cabeza.

Sentí mucho dolor en ese momento, de seguro querían dejarme inconsciente para que no pudiera ver nada de lo que hicieran, pero a pesar del golpe, no me desmaye, había bastante ejercicio y podía soportar algunos golpes.

Entre los 2 me llevaron a una camioneta creo y luego de eso se fueron juntos, llegaron con algunas personas desconocidas, no pude verles la cara, pero por la forma en la cual hablaron… parece que eran personas importantes… creo que eran…

¿Accionistas de mi empresa?

¿Había personas metidas en esto además de ellos 2?

¿Quién más?

Antonio y Alexandra hablaron un poco más con ellos, mencionaron algo de algunos sicarios que se encargarían de mí y se asegurarían de que desapareciera y que de esa forma la empresa pudiera quedar a Antonio.

Mí ahora esposo y mí supuesta amiga, me entregaron a ellos y luego ellos me dejaron con otras personas para que terminaran el trabajo.

Las últimas palabras que escuche a Antonio decir, fue que… lo hicieran “rápido y sin dolor”.

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