La desesperación que estaba sintiendo Benjamin en esos momentos era algo que no había sentido jamás. El dolor sordo en su pecho se sentía como si estuviera a punto de darle un maldito infarto, pero nada de eso se comparaba con la mirada llena de tristeza y odio que la habladora le estaba dando.Fue entonces que entendió que ella no iba a perdonarlo, no aquello y fue como si en ese preciso instante la vida misma se le viniera encima. Retrocedió trastabillando un paso intentando por todos los medios llevar aire a sus pulmones pero parecía que era una tarea imposible y por un breve segundo, mientras inspiraba con fuerza, creyó ver una rafaga de preocupación atravesar los ojos de Aurora, pero en el segundo siguiente ya no estaban.Entonces el dolor se volvió rabia y la rabia se volvió frustración. Pues una parte de él creía que ella iba a creerle, que no le daría la espalda, pero al parecer se había equivocado.—Si quieres que me vaya, entonces eso haré— le dijo mientras que, con esfuerz
—¿¡Es que acaso te has vuelto loca!?— el grito ofuscado de Emily llenó toda la habitación del hospital mientras caminaba de un lado a otro.—No, estoy consciente de que es una decisión apresurada, pero…—¡¿Apresurada?! Por Dios, Aurora, ¡es una completa locura! No puedes simplemente largarte con un tipo que apenas y conoces llevando en el vientre el hijo de Ben. Él debe saberlo.Las palabras de Emily consiguen tocar una fibra sensible dentro de Aurora, pues siente que su amiga la está juzgando. Cómo si la mala del paseo fuera ella y no él. Por Dios si ha sido él quién se ha ido a meter con su ex sin respetarla ni importarle sus sentimientos.Ella sabía que debía hablarle sobre el embarazo, que incluso podría tener problemas legales si no lo hacía, pero en esos momentos no se sentía lista para afrontarlo. Por Dios, es que ni ella misma había terminado de asimilar la noticia, ¿Cómo esperaba Emily que le contara a él?—Tal vez, pero debe saberlo ahora y lo lamento mucho Ems, pero ahora m
Benjamin nunca había manejado tan rápido en toda su vida. Había volado al menos tres semáforos en rojo, pero en esos momentos le importaba una mierda. Lo único en lo que podía pensar era en Aurora. Al llegar al hospital se encontró con Max caminando de un lado a otro en el parqueadero mientras hablaba con alguien por celular. La verdad no sabía cómo demonios había hecho su amigo para enterarse de los movimientos de la habladora, pero tampoco iba a cuestionarlo.Parqueó el auto como pudo y al segundo siguiente ya estaba corriendo directo a donde su amigo se encontraba con el rostro hecha una máscara de frustración.—¡Joder, dame algo!— gritaba Max en el momento en que él llegó y pudo sentir como los latidos se le aceleraban dentro del pecho.En especial cuando su amigo le dio una mirada de reojo y apretó los labios, en ese instante supo que sea lo que sea que estuviese pasando no le iba a gustar.—¿Qué está pasando Max?Su amigo le dio una mirada, antes de decirle a quien sea con quie
Tres días habían pasado, dos días desde que Aurora había aceptado irse con Mike a una cabaña a las afueras de la ciudad sin decirle a nadie más que a Emily dónde estaba.Ella sabía que había tomado decisiones apresuradas, que irse con Mike no había sido más que una excusa para poner toda la distancia posible entre ella y Benjamin Reed, pero también era muy consciente de que si no se alejaba iba a terminar volviendose loca, pues estaba dividida entre creer todo lo que Benjamin le dijera y así no sería objetiva, ella necesitaba alejarse, pensar con cabeza fría en todo lo que estaba pasando.Él le dijo que no recordaba lo que había hecho esa noche, eso no significaba que no lo hubiese hecho, sin embargo, una parte de ella quería creer que él no la había engañado, que no lo haría.Y tal vez era esa misma parte la que hizo que tomara su celular, sentada en el alféizar de la pequeña cabaña y se decidiera a finalmente contestar uno de los más de 100 mensajes que Benjamin le había dejado en
Finalmente las cosas estaban saliendo medianamente bien y podía decir que estaba viendo la m*****a luz al final del túnel. El estudio del hacker estaba lleno de tensión. Las imágenes proyectadas en la pantalla contaban una historia de traición y manipulación, esa misma que lo ayudaría a pasar de victimario a víctima, que era justo lo que Max le había recomendado. Benjamin apretó los dientes, observando cada detalle como si fueran las piezas finales de un rompecabezas que finalmente se unían y su mayor coraje era con el hijo de puta de John, pues la habladora había confiado en él. Ese malnacido no sólo lo había engañado a él, sino que también había jugado con la amabilidad y el buen corazón de Aurora, y eso era algo que no pensaba dejarle pasar. Iba a destruirlos, iba a encargarse de hacer de sus vidas un maldito infierno. —Esto... esto es suficiente para exponerlos —murmuró Max, con un brillo de triunfo en los ojos, sacándolo de sus pensamientos, En esos momentos lo único que pud
Aurora no podía hacer más que ver al pelinegro enfrente de ella viéndose nervioso y ansioso para que, por alguna razón, las palabras de Benjamín diciendo que el hombre tenía algo extraño aparecieran en su mente como un vendaval y todo su cuerpo se tensara en respuesta.—¿De qué… de qué estás hablando? —pregunta con el corazón latiendo acelerado dentro de su pecho—¿Mintiendo en qué?Mike sabía que en el momento en que abriera la boca echaría todo a la basura, pero ya no podía seguir con eso, mucho menos ahora que todo el tema del sabotaje del parque de Benjamin estaba siendo tendencia.Solo era cuestión de tiempo para que los capturados hablaran y delataran a su padre, porque si, él era el hijo del maldito viejo Mcqueen. El hijo bastardo para ser exactos, ese que ha mantenido oculto y al que solo se encargó de mandarle dinero. Fue así hasta hace unos meses cuando lo contactó y comenzó a sobornarlo con la enfermedad de su madre. Él le había hecho hacer cosas horribles, con la amenaza
Benjamin no sabía como describir lo que estaba sintiendo mientras veía al hijo de puta de Mcqueen entrar esposado y gritando barbaridades a la delegación de policía. Y en el instante en que los ojos del viejo desgraciado se fijaron en él, se encargó de darle su mejor sonrisa de superioridad, mientras lo saludaba con la mano. Él quería que el infeliz supiera que estaba ahí por él, que lo había descubierto y tal como esperaba vio como el tipo se puso colorado de la rabia mientras que empezaba una nueva tanda de insultos, esta vez todos dedicados a él. —¡Tú! TODO ESTO LO HAS HECHO TÚ, PEDAZO DE IDIOTA. Benjamin, viendo como al tipo lo tenían que sostener entre dos oficiales, se acercó hasta donde se encontraban, mientras limpiaba una pelusa inexistente de su saco y decía. —Bueno, en realidad, tú mismo has hecho esto, supongo que nunca pensaste que terminarías cayendo. El gruñido salvaje que salió del viejo fue la advertencia que necesito para alejarse justo a tiempo para evitar el go
Aurora se aferró al volante, sus nudillos tornándose blancos mientras la tormenta arremetía fuera. El sonido de las gotas de lluvia golpeando el techo del auto se mezclaba con la intensidad de su respiración. La figura de Rodrigo fuera del vehículo era un espectro borroso en medio del aguacero.—Vas a bajar del auto ahora mismo —dijo el hombre con un tono que sugería que no había margen para la discusión.Aurora lo miró, sintiendo un nudo de temor en su garganta. Se sentía tonta por haber creído que el hombre se había olvidado de ella, pues simplemente había desaparecido. —Te he advertido, ¿recuerdas? —continuó diciendole, su voz llevando un tono ominoso—. Te dije lo que pasaría si intentabas huir.Las palabras resonaron en el aire cargado de electricidad. Con resignación y temor, Aurora no tuvo más opción y salió del auto. La lluvia empapó su ropa al instante, pero en ese momento, la incomodidad física era lo menor de sus preocupaciones.Ella estaba aterrada. Dios, podía sentir cómo