Hola cariñitooooos!! aquí tienen el capítulo del día de hoy, si puedo les dejo uno más en la noche!! Besooos y gracias por leer
Benjamín pudo sentir la rabia comenzar a encenderse en su interior en el momento en que sus ojos dieron con los de el hijo de puta del administrador, se sentía estúpido por no haber pensado que el hombre se iría corriendo a la competencia, después de la discusión que tuvieron. —Ben… Ben… ¡BENJAMIN! —¡¿Qué?!—Sus ojos fueron hacia Max que estaba viéndolo como si tuviera ganas de matarlo y entonces, con un gesto sutil de la cabeza le señaló hacía su izquierda. Cuando sus ojos fueron al lugar se maldijo internamente por haber olvidado la presencia del inspector. El tipo estaba viéndolo con la quijada apretada, lo que le hizo saber que muy seguramente estaba hablándole y él lo ignoró. —Disculpeme, señor Daniels, ¿Qué me decía? El hombre dándole una mirada de muerte, se ajustó el saco de su traje antes de decirle: —Le decía que ya vamos a iniciar la inspección ¿Está listo? —Por supuesto, adelante. El hombre sacando una libreta y un lapicero del saco caminó con paso altivo se adelantó
Aurora no podía creer lo que estaba pasando. La palabra CERRADO se repetía una y otra vez en su mente mientras veía como el inspector, con ayuda de la policía presente, comenzaban a poner las cintas de seguridad alrededor de la entrada. Sus ojos fueron entonces hasta el rubio a su lado y sintió como el corazón se le voló un latido al notar la expresión de pura y física rabia que tenía Ben en el rostro mientras veía lo que pasaba. Tragando seco, dio un paso hacia adelante hasta que sostuvo la mano de Benjamin, consiguiendo así que esos ojos oceánicos se posaran en ella. —Ben, vamos a solucionarlo— le dijo intentando infundir algo de apoyo—Estoy segura que Max ya está trabajando en ello —Agregó señalando a donde el mencionado se encontraba hablando por celular. Sin embargo, lo que nunca se esperó fue que esa mirada llena de rabia y resentimiento se dirigiera hacia ella, y menos aún las palabras que salieron de los labios del rubio. —No seas tan ilusa, por Dios, nada de esto va a so
Mirar el celular y lamentarse no era justamente el mejor de los planes, pero ella no pensaba ser quien diera el primer paso. Benjamin había actuado como un idiota y si ella simplemente hacía la vista gorda, entonces estaría dejando que la maltratara cada vez que quisiera. Ya había vivido eso antes con su madre y no pensaba repetirlo, sin embargo una cosa era decirlo y otra muy distinta hacerlo. —Como vuelvas a revisar el celular voy a golpearte. La voz de Emily la hizo levantar la mirada solo para encontrarse con la mirada de su amiga viéndola con el ceño fruncido. Aurora le dio un puchero a su amiga antes de poner el celular boca abajo sobre la mesita de centro y coger la copa de vino barato que estaban tomando. —¡Lo lamento! Es que no puedo evitarlo. Yo pensé… Pensé… —Que iba a escribirte— completó su amiga por ella y el puchero fue instantáneo en su boca nuevamente. Emily dejó salir un suspiro y puso la copa en la mesita antes de decirle—Nena, tal vez lo mejor es que ambos se t
Lo que lo despertó fue el terrible dolor de cabeza que sentía. El cuerpo lo sentía pesado y la boca seca y pastosa, cuando abrió los ojos y la luz impactó de lleno con él su cabeza pareció gritar de dolor al tiempo que un gruñido salía de sus labios. —¿Cuánto tomé anoche joder? Cuando finalmente consiguió abrir los ojos el impacto fue inmediato al darse cuenta que no se encontraba en su apartamento ni en su casa. Desorientado y con la cabeza pasándole más de lo habitual, parpadeó varias veces para ajustar sus ojos a la luz tenue de la habitación, y fue entonces cuando se percató que no tenía ni idea de donde estaba y que lo único que estaba llevando en esos momentos eran sus boxers. —¿Qué...? —murmuró para sí mismo, su voz sonando ronca y desgastada. Entonces, como si el maldito destino o el karma, estuvieran jugándole una mala pasada, una puerta se abrió suavemente, dentro de la habitación y enmarcada por la luz de la mañana, Megan apareció envuelta en una toalla. Al verlo, el ros
Aurora se había quedado paralizada en el abrazo, no se había esperado ese recibimiento, lo deseaba, sí, pero no lo creía posible, sin embargo, sus brazos no demoraron en devolverle el gesto mientras que su propio corazón podría sentir los latidos desaforados que venían del rubio.—Sé que lo lamentas, yo también lo hago, pero debemos hablar de lo que pasó ayer, Ben.Se odiaba, él realmente se estaba odiando en estos momentos mientras que escuchaba la voz calmada y comprensiva de Aurora. Sabía qué era lo que tenía que hacer, pero como decía el dicho, deber y querer eran dos cosas muy diferentes y en esos momentos Benjamin tenía aceptar que era egoísta.Lo era, porque decidió poner su deseos primero de lo que era correcto, simplemente para que la habladora no se fuera de su lado.—No debí haberte gritado, Aurora. No debí… me comporté como un canalla, como una basura y sé que no te merezco y tampoco merezco una disculpa pero yo… yo realmente lo lamento.Algo estaba mal. Aurora no sabía qu
Aurora sentía que el corazón se le iba a salir del pecho en el instante en el que Ben, con un movimiento fluido, la levantó en brazos como a una princesa, y ella emitió un grito juguetón mientras él avanzaba hacia las escaleras de caracol que llevaban a la segunda planta de la mansión. —Cualquiera diría que es una noche de bodas— dijo ella sin pensar y de inmediato sus mejillas se le sonrojaron al sentir la mirada del rubio sobre ella. Sin embargo, contrario a todo lo que esperaba, este en lugar de molestarse o burlarse de ella por su comentario, lo que hizo fue esbozar una sonrisa pequeña y cálida mientras la veía con intensidad. Aurora sentía que había algo que Ben quería decirle pero que por alguna razón no se atrevía y ella estaba tratando duramente de darle su espacio, pero se le hacía muy difícil no preguntar mientras se perdía en esos ojos expresivos que parecían estar gritando enfrente de ella cosas que no lograba comprender. —Si no me mandas a la m****a, puede que algún d
Aurora había bajado a reunirse con Ben y Max, luego de que el rubio la llamara a voces desde el primer piso, los nervios hicieron que por poco saliera corriendo en paños menores, de no haber sido porque la risa de Max llegó hasta ella segundos antes de que pusiera un pie en el rellano.Ahora, vistiendo una camisa de Benjamin y una bermuda de dormir que le quedaba grande, se estaba comiendo las uñas de las manos mientras esperaba que a Max se le diera la gana de abrir la boca. —¿Piensas hablar en algùn momento o simplemente vas a quedarte ahí viendonos como un idiota?—Cómo era de esperarse ese gruñido había salido de Benjamin que parecía que su paciencia llegó al límite. Aurora no pudo evitar estar de acuerdo con el rubio tampoco no pasó por alto la mueca ofendida que hizo Max, ni mucho menos el gesto exagerado con el que se llevó una mano al pecho, segundos antes de decirle: —¿Te atreves a llamarme idiota después de que he conseguido pruebas vinculantes entre un crimen de hace más d
Benjamín ni siquiera podía explicar la cantidad de emociones y sentimientos que estaba teniendo en esos momentos, aunque sí sabía que la rabia y el remordimiento eran los que más predominaban. Necesitaba tomar una decisión. Decidir si iba o no a decirle la verdad a Aurora, pero mientras eso sucedía y planeaba cómo y cuándo iba a hacerlo, debía encargarse de Megan. Esa m*****a mujer se había atrevido a amenazarlo y aunque odiaba admitirlo, en esos momentos estaba totalmente en las manos de la rubia. Él sabía que lo peor que podía pasarle era que la habladora se enterara de lo sucedido por alguien que no fuera él, por eso debía empezar desde ya a hacer control de daños. —¿Está todo bien?—la voz de Max consiguió que finalmente levantara la mirada de su celular. Su amigo lo estaba viendo con el ceño fruncido y la mirada suspicaz llena de preguntas y curiosidad, fue ahí cuando Benjamin supo que aunque probablemente su mejor amigo iba a matarlo, en esos momento era la única persona que