Irina no comía, ella devoraba la pizza delante del señor Augusto Georgiou, y éste se mostraba alegre, sin embargo no dejaba de hacerle críticas y darle lecciones de modales para comer._Eres una mala educada, creo que es culpa de tu madre que no ha sabido hacer de ti una señorita decente..._Sí...supo...-respondió con la boca llena y atragantada- ella es...la..mejor...la amo..._No es cierto, no se habla con la boca llena niña insolente._Culpa...suya, para qué habla...lo que no sabe._Atrevida si eres -dijo el viejo sosteniendo la molestia por sus malas respuestas - procuraré hacer un mejor trabajo contigo mientras estás acá, buscaré una institutriz, no eres una niña, pero estás a tiempo de aprender, además aprenderás a educarte, a realizar algún oficio, algo que te guste, tampoco permito que estés sin hacer nada...siendo holgazana._Eres bueno, -dijo apartando la pizza- nadie me ha dado atención, creí que era usted un viejo insoportable como el señor Bianchi, ese me da miedo, le gus
Si algo tenía Gael claro, era que a su abuelo no le causaría ninguna molestia, no le daría ningún reclamo, para este hombre el señor Augusto Georgiou era tan importante como su propia vida, amaba a su abuelo por sobre todas las cosas, su prioridad era su felicidad. Su abuelo significaba para él lo máximo, era la representación de su padre y su madre, quienes habían fallecido. Él jamás le reclamaría ni le juzgaría por ninguna cosa que haga, por eso esa misma noche tomó todas sus precauciones volviendo a casa. Ya de por sí era una tranquilidad saber que Irina Williams estaba a salvo, y tenía la confianza de que su abuelo era el mejor en este caso para atenderla y ser un señor cordial y amoroso con esta chica aunque no lleve su sangre, y aunque sepa que la familia Bianchi la trataban como la bastarda.Gael tenía claro que más allá de ese carácter rudo y despreciativo de su abuelo, estaba un ser íntegro capaz de amar y respetar los valores inculcados que él le había transmitido de este
Delia quedó impactada ante la presencia del Señor Ferrari en casa de los Bianchi, con las manos en el pecho no pudo disimular aquella sorpresa tan inesperada. _¡¿Usted..._¡Necesito ver a Amaranta, y es ahora! - dijo impaciente el hombre en una mezcolanza entre angustia, miedo y odio._Ella no podrá recibirlo... la señora, está aún descansando._¡Esperaré por ella, y no me iré sin verla! - la mujer enmudeció y de inmediato subió las escaleras casi corriendo, entró a la habitación de su señora sin tocar la puerta...._¿Delia...? ¿Qué sucede? - se sobresaltó Amaranta- ¿por qué entras de esa manera...?_Señora, tómeselo con calma...Dios mío._¡¿Qué le pasó a mi hija?! ¡¿Ya apareció?! -la mujer negó con la cabeza y se acercó a su oído._Es el padre de Irina...ese señor está en esta casa.Amaranta de inmediato bajó las escaleras no importando que aún vestía en bata y presentándose ante Ferrari se cubría con las manos en el pecho._¿Qué hace usted en mi casa? -preguntó con voz muy baja- N
-Nada es más importante para mí que tu felicidad. - dijo el señor Georgiou al ver entrar a su nieto- Sin embargo, no creo que sea justo que teniendo a tu mujer esperándote vengas de la calle con cara de satisfacción._Abuelo, solo tengo tranquilidad - expresó el heredero mientras entraba al despacho y su abuelo lo siguió - parte de lo que hoy siento es por ti abuelo..._¿Dices que tú cara de relajación la causé yo? - preguntó con sarcasmo el viejo mientras se acercaba._Aunque no me lo dijistes y sabías que mi preocupación era terrible, tienes a Irina, la proteges y eso me hace feliz, no importa lo cruel que fuistes conmigo..._¿La vistes? -el viejo borró cualquier muestra de alegría de su rostro- ¿Qué hicistes Gael?_Ella está bien, en casa de mis padres, en dónde tú la llevastes...abuelo, esa chica habla mucho, siento que...siempre está a la defensiva._No conmigo, es una chica muy joven con mucha tristeza, pero muy valiosa en aprendizaje, sabe lo que quiere, espero que no te hayas
Amaranta parecía atenta cuando Delia le dijo que un detective estaba en su casa, ella bajó las escaleras a toda prisa._Señora Amaranta, soy el detective Piñate, estoy aquí porque necesito hacerles unas preguntas, se trata de su hija._¿La encontraron? - preguntó apresurada llevando su mano al pecho y sintiendo un terrible cansancio._Que más quisiera decirle que sí señora, solo que necesitamos conocer detalles para seguir con la búsqueda. -la mujer lloró terriblemente delante del detective- cálmese por favor...haremos todo por encontrarla._Detective, encuéntrela, y dígale a su padre que...haga lo que yo no he podido, protegerla...mi hija es la mejor chica del mundo...ella huyó por la misma razón, no se sentía segura cerca de mí, estoy segura..._¿Acaso no la ama? Señora..._La amo...por eso prefiero que esté con su padre. Dígale a él que...si el hubiese estado, yo misma se la hubiese entregado, aunque el mundo me condene, yooo solo la amo a ella.... encuéntrala antes que mi esposo l
El salón de fiesta estaba a media luz, el evento denotaba romanticismo en cada detalle de la organización, y allí, en medio de aquel ambiente de brindis y formalidades se encontraba el heredero Gael Georgiou, dispuesto a comprometerse con Anabella Bianchi.Su mirada parecía ser misteriosa y su ronca e impetuosa voz llamaba la atención de todos cuando éste se mostraba atento a sus intereses. No obstante, su más fiel servidor, un hombre de casi cincuenta años siendo su asistente, procuraba convencerlo de tomarse un tiempo que le permita conocer más de cerca a la que sería su esposa.__En este siglo es muy difícil que se lleve a cabo matrimonios arreglados, si algo he aprendido es que el amor es necesario, señor, y con él también los demás valores, por ejemplo el respeto...__¿Amor, dices Fabrizio? -el heredero se acercó mucho a su asistente y espetó- No es necesario condenarse amando a nadie, es mejor ser libre siendo amado. La gente es extraña Fabrizio, es mejor ser amado que amar.
Fabrizio pareció haber notado que su jefe no tenía ni la más mínima intención de cambiar de una vida libre a una más organizada ahora que se casaría.__Su abuelo, el señor Augusto Georgiou quiere que usted sea feliz, es el motivo de su boda, y que usted señor aceptó siendo libre sin ninguna objeción.__¿Para quién trabajas, Fabrizio? - preguntó tomando una nueva copa- Tu lealtad es acá, conmigo.... Fabrizio, realmente me agrada tu eficiencia, pero creo que sí no sabes a quien sirves, más pronto de lo que crees tendré a una linda señorita tomando los apuntes de lo que requiero, tú estarás siguiendo al abuelo adónde quiera que vaya, ¿Eso quieres?__Ni lo mande Dios, señor yo lo aprecio mucho a usted...__Lo sé Fabrizio, desde niño te conozco y has sido un gran hombre, no pretendas seguir cuestionando mis decisiones, hace ya muchos años , desde que apenas era un jovencito, manejo las empresas de mi abuelo, tuve que asumir el rol de de mi padre antes que llorar su partida, y te exijo nuev
En la mansión Georgiou, Augusto, el abuelo recibía a Gael con su traje para la boda, el viejo gozaba de su propia astucia porque de alguna manera obligaba a su nieto a tener familia.Realmente el heredero era feliz siendo libre, no quería una esposa, pero para su abuelo era necesario, el rico heredero llevaba una vida desordenada entre mujeres y nada tomaba en serio, solo sus negocios, sin embargo entendió perfectamente que su abuelo lo comprometió con el fin de tener a la nueva generación que calmaría sus desasosiego por verlo tan solo en la vida desde la muerte de sus padres.El altivo Gael Georgiou, de momento pareció perderse entre la malicia de un pensamiento que le atrajo una inquietante fascinación por el recuerdo de Irina Williams, pero el abuelo lo sacó de contexto.__Tu elección es perfecta, así como es Anabella era tu madre, una digna y encantadora mujer, aprobé de inmediato la relación con tu padre y ve que eres el fruto de ese gran matrimonio.__ ¿Mi padre estaba enamor