Molly Goldberg
Miro a Henry que comienza a moverse inquieto mientras tiene su cabeza recargada en el respaldo del gran sillón, suelta un quejido, me pongo de pie para despertarlo, él comienza a llorar, mi piel se eriza cuando suelta un desgarrador llanto, mis manos buscan despertarlo.
— ¡No! ¡No! ¡Mi Evelyn no! ¡No! ¡No me la quites! —mi corazón se estremece al escucharle decir esas palabras.
—Henry, Henry, despierta, es una pesadilla, despierta—pero no responde, sigue llorando dormido.
—Por favor... no.…—susurra con dolor.
— ¡Henry! —mis manos se van a sus hombros y lo sacudo, él despierta finalmente, está alertado, sus ojos miran a todos lados, me mira, su labio tiembla, su mirada es lejana. — ¿Henry? ¿Estás bien? Soy Molly, estabas teniendo una pesadill
Henry Goldberg Noah sigue dormido en mis brazos mientras camino de un lado a otro, cuando miro hacia Molly, tiene sus manos cubriendo su rostro, arrugo mi ceño, camino cerca de ella. — ¿Estás bien? —ella separa sus manos y me mira con mucha sorpresa, puedo notar palidez.— ¿Molly? —ella cierra sus ojos y luego asiente lentamente, al abrirlos se pone de pie. —Te voy a ayudar—pero niego. —Tu toma lugar, déjame hacerme cargo yo, ¿Si? —ella duda por un momento. —Bien, iré por un poco de café, en lo que viene la enfermera...—arruga su ceño por un momento—... ¿Viste a Nancy? —asiento. —Ha ido a la cafetería, hace un momento.—ella toma aire y luego lo suelta. —Bien, iré porcafé, ¿Quieres uno? —niego—Bu
Molly Goldberg Miro la familiaridad con la que la mujer se acerca a Henry, sigo avanzando con Noah y Nancy, siento algo en el centro de mi estómago, algo que no me gusta y que voy a ignorar por completo. — ¿Está bien señoraGoldberg? —dejo de buscar las llaves en mi bolso cuando levanto la mirada, ladeo mi rostro y Nancy sonríe corrigiéndose—Molly. —Sí, sí estoy bien—miro hacia el hospital, veo como la rubia y Henry siguen hablando dónde los he visto antes de llegar al auto. Él sale y camina en nuestra dirección, regreso la mirada inmediatamente a mi bolso en busca de las llaves y las encuentro, llega hasta nosotros. — ¿Quieren comer algo? —niego. —Gracias, pero iremos a casa a descansar, Noah necesita descansar...—Henry se tensa. —
Henry Goldberg —Aquí tiene señor Goldberg, es el reporte de la semana—Helen me entrega lo que le he pedido al llegar a la empresa, lo acepto. —Gracias, Helen—ella se gira hacia la salida, pero la detengo.—Helen...—ella se gira rápidamente. — ¿Si? —por un momento dudo. — ¿A qué hora sale a almorzar Molly? —ella piensa por un momento. —Pues casi nunca lo hace, a menos que sea con su hermano, o cuando viene el pequeño Noah con Nancy, pero cuando está sola, casi siempre come en su oficina a menos que...—detiene sus palabras. — ¿A menos qué? —pregunto intrigado. —Que el abogado White y ella salgan a almorzar.—mi estómago se hace nudo expandiéndose como una garra de fuego hasta llegar a mi
Molly Goldberg Cierro con fuerza la puerta de presidencia, tomo aire y lo suelto lentamente. Tenía que tranquilizarme antes de entrar de nuevo a mi oficina, Arvel espera. Camino hasta la oficina y antes de abrir, suelto un suspiro, pongo una sonrisa al entrar. —Disculpa por eso—le digo a Arvel, está de pie a lado de mi escritorio mirando el paisaje a lo lejos, se gira y sonríe. —No tienes por qué dar una disculpa, ¿Entonces? ¿Cenamos? —mi mano se queda en el respaldo de la silla dónde estaba él sentado anteriormente. —Claro. Solo dime la hora y el lugar.—él se sorprende a mi respuesta. —Me parece perfecto,—busca en el interior de su americana, teclea algo en su móvil, al terminar levanta su rostro en mi dirección.—Listo. &
Henry Goldberg — ¿Qué haces aquí, Goldberg?—dice Molly al verme en el reflejo del espejo, luce hermosa en ese conjunto negro y rojo, y la guinda del pastel sería sus labios color carmín, sus ojos verdosos se fijan en mí, cargados de ira, pero no me importa, escucharé a mi corazón. —Cuido lo que amo. —ella reacciona con sorpresa, se cruza de brazos y se gira, dejando su trasero en la orilla del lavamanos, insisto, luce hermosa. —Ojalá te ahogues con esas palabras—suelto una risa, sí que está encabronada. —Yo te lo dejé claro, no creo en las intenciones de ese abogado, mientras insistas en querer salir con él—hago comillas en el aire—Te voy a cuidar, quieras o no. —Creo que es demasiado tarde para eso, ¿No crees? —paso saliva con dureza. —Desde hace mucho y hasta hoy,
Molly Goldberg —El señor Goldberg ha llamado para avisar que llegará tarde. —Helen me informa, no muestro ningún gesto y solo le doy las gracias. Ella se retira, dejándome revisando datos de ventas, detengo lo que estoy haciendo, me quedo pensando el motivo por el cual llegará tarde, luego me regaño mentalmente remarcándome que no debe de importarme, retomo lo que estoy haciendo, cuando finalmente encuentro concentrarme, suena mi móvil, a tiendas sin despejar la mirada del documento, contesto. — ¿Sí? —contesto. —Buenos días, Molly, soy Arvel White—detengo lo que hago. —Oh, hola Arvel, ¿Cómo estás?—sonrío al recordar lo de anoche en el restaurante. —Quiero pedirte millones de disculpas sillegué a hacerte sentir incómoda...no recuerdo bien nuestra cena, solo tengo momentos borro
Molly Goldberg Había pasado los días de la semana, Sebastian y Evelyn ya estaban dados de alta, pero tenían que ir constantemente a revisiones, le había contado a Sebas lo que había descubierto de parte del abogado, él dijo que se haría cargo, sé qué protegería con su vida la de su hija, me pidió no decir nada… Es viernes y estoy en la habitación haciendo una maleta para Noah, en un par de horas Henry vendría por él y se irían a los viñedos Goldberg. — ¿Segura que no está la gorra que le regaló Sebastian? —pregunto a Nancy quien está buscando en el interior del armario. —No está, iré a revisar si lo ha dejado en otra habitación—Nancy sale, dejándome a solas con Noah, quien juega en el centro de la cama con su muñeco favorito. — ¿Te vas a portar bien? —él levanta su pequeño rostro y nomás sonríe, sus hoyuelos apare
Henry Goldberg —Siempre estoy lista…Goldberg. —dice ella en un tono desafiante, sonrío más a ello. —Perfecto.—ella sigue mostrando ese gesto, esa máscara de frialdad entre los dos, veo a Joey cerca de la cabina, hace un discreto gesto de querer hablar, estoy a punto de disculparme con Molly, pero ella mira por la ventanilla, aprovecho en levantarme e ir a la cabina.—Dime. —El señor White ha estado insistiendo en comunicarse con la señora…—se refiere a Molly. Siento mi estómago hacerse un gran nudo de irritación. —Bloquea todo contacto con el abogado. Tengo entendido que Molly y Sebastian ya no tienen asuntos con lo del divorcio,así que no la quiero cerca de ella ni de mi hijo. —Sí, señor Goldberg. —le anuncio al piloto que podemos irnos inmediatamente, comien