Anna miró por la gran ventana de su departamento, estaba abrazada a sí misma, sumida en sus propios pensamientos, preguntándose si estaba bien a su edad, volver a revivir la llama del amor con Héctor, a pesar del pasado, de las decisiones que se tomaron, lo que sentía por él, siempre estuvo ahí, latiendo en total silencio.
—Señora Velazco—Anna dio un respingo en su lugar, la mujer del servicio la había sacado de sus pensamientos, se volvió a ella. —El señor Héctor Beltrán acaba de llegar.
—Gracias, gracias, sirve por favor dos tazas de café y los muffins
Daniel tiró del labio inferior de Carolina, ella gruñó y deslizó su mano para apretar el trasero de él, su espalda estabacontra la puerta de la camioneta blindada. Daniel se separó, su cuerpo cubrió el de ella, así que se veía poco a ojos curiosos del equipo de seguridad de la casa y de ellos. La frente de él descansó en la de ella, luego quitó el peso para que ella pudiese incorporarse y acomodarse la blusa. —Entremos, nos esperan—él se mordió el labio, tenía demasiadas ganas de ella, últimamente no entendiópor qué el deseo hacia a ella, se había incrementado, nunca se había sentido así por una mujer, no podía quedarse quieto. —¿Qué piensas? —preguntó ella al ver que no la dejaba de mirar. —Quiero más de ti—Carolina hizo un gesto de sorpresa, habían cogido contra aquel muro de concreto, habían hecho el amor contra el azulejo del baño, luego en el lavamanos del mismo lugar, cuando ella empezóa arreglarse, la tomó sobre el sillón de terciopel
Isaac dio un sorbo a su copa de bourbon, cerró los ojos y disfrutó el ardor que provocó al deslizarse por su garganta. —Jefe—escuchó detrásde él, abrió sus ojos y torció sus labios con molestia. —¿Qué chingados pasa ahora? —gruñó Isaac entre dientes y con mucha irritación. —La cena está en el jardín. —Isaac arqueó una ceja, luego en sus labios se formó una sonrisa, se volvió hacia el hombre de traje negro y corte mi
—Lo primero que haré al salir de esto—todos miraron a Daniel, quien tenía una vena resaltándole de su cuello. —Es hacer una gran barrida de personal,si es posible, yo mismo lo haré. —Daniel apretó la mano de Carolina para darle tranquilidad al notarla ansiosa. —Lo harás, lo prometo—Héctor anunció, —Ponlos al tanto. —le dijo a Porfirio, él asintió y se retiró. —Odio a tu hermano—gruñó Anna entre dientes, Héctor alzó una ceja con sorpresa, por un momento no dijo nada, ella lo miró—Cuando salgamos de esto, voy a buscarlo y yo mismale haré ver su propia suerte. —Héctor se tensó, tomó su mano y acarició el anillo de compromiso. —No harás nada—todos miraron a Héctor, —Yo tomaré cartas en el asunto, así q
Héctor caminó de un lado a otro con desesperación, se pasó una mano por su rostro y luego lo masajeó, tenía la tensión por las nubes. Carolina estaba sentadaen la sala de espera del ala privada en la casa que era de Armando y, que automáticamente había pasado después de su muerte a Daniel, pero él no había tomado la casa, primero, por lo que intentó hacerle a Carolina, luego, los recuerdos de él y su madre, aun no estaba listo, pero esta ocasión lo dejó pasar, necesitaban el ala del hospital privado que había construido su padre. —Dios mío,¿Por qué no salen a decir algo? —Héctor preguntó mirando las puertas dobles con el logo de una cruz roja. Se pasó de nuevo una mano por su cabello y r
Héctor no dijo nada por unos segundos, la palabra “embarazo” estaba haciendo eco dentro de su cabeza, el doctor lo miró extrañado, ¿Había hecho bienen decirle sus sospechas? —¿Qué? —esa única pregunta salió de la boca de Héctor, el doctor notó mucha sorpresa, cerró los ojos, se apretó el puente de su nariz con sus dedos, toda la situación lo tenía abrumado, ¿Habrá escuchado bien? Bajó la mano a su costado, abrió los ojos, —Por favor, ¿Puede repetirlo? —sintió el nudo en su garganta, la emoción se comenzó a arremolinar en su pecho, incluso,se llevó una mano a su corazón, ¿Podría ser que dentro de tanta guerra habría un poco de paz?, Héctor pasó saliva esperando a que dijera algo el doctor. —Señor Beltrán, s
Daniel se paralizó. Imágenes de su infancia llegaron a él. Él corriendo por el jardín de esa casa. La risa de su madre al correr detrás de él. Suspalabras llenas de amor. Su mano acariciando su mejilla. Ella curando su rodilla lastimada. Luego la imagen más aterradora que lo perseguía:Su madre con la mejilla contra el pavimento, con lágrimas cayendo por su mejilla, luego el brillo de sus ojos,extinguiéndose frente a él. Las emociones que le causaban al recordar ese momento, siempre derribaba el muro a su alrededor. Se volvía vulnerable.¿Y si llegaba un pequeño o pequeña a su vida? ¿Tendría todo para protegerlo? Él lo tenía todo, cuando menos lo esperó, se quedó sin madre, ¿También pasaría para sus hijo
Erick dio una gran bocanada a su puro cubano y luego lo lanzó al aire en forma de “O”, recordó cuando su hermano gemelo, Emilio, le enseñó a hacerlo. —¿Aun no vas a ir a la oficina? —preguntó Emilio tomando lugar a su lado, estaban en la terraza del pent-house que compartían. Erick no contestó inmediato, hasta después de dar otra bocanada y lanzar el aire hacia su hermano a propósito, Emilio se molestó. —No iré. —contestó Erick indiferente. —Anna se tomó unos días, puedo trabajar desde aquí. Emilio agitó su mano para retirar elhumo que aún quedaba flotando encima de él. —Pendejo, me vas a apestar todo. —hizo una cara de irritación, eso provocó que sonriera, Erick. —¿Vas a seguir c
Carolina miró la ecografía una y otra vez desde hace una hora, Daniel la contempló a su lado, aún siguieron preguntándose dentro de ellos si era real queiban a ser padres. Habían intentado descifrar que día fue en la que pudo haber quedado, pero eran tantas veces que se habían perdido entre ellos, que no dieron con esa vez que concibieron al pequeño ser que venía en camino. —Si es niña, quiero que lleve tu nombre…—susurró Daniel a lado de ella, ella giró su rostro para mirarlo. —¿En serio? —hizo un gesto extraño, Daniel arrugó su ceño. —¿No te gusta tu nombre? —ella dudó. —Sí, pero…no sé. —hizo una breve pausa pensando—¿Qué te parece…Daniela Carolina García Beltrán? —Daniel se sorprendió al escuc