Y si así comienza... cómo termina!!! Se pone mejor, sigan esta preciosa novela.
La presentadora les decía en ese momento: —Es la primera vez que se realiza un concurso como este partiendo de los grandes referentes de la moda, esperamos que esta competencia sea especial para ustedes. Beto miraba con desprecio a sus competidores, su ego estaba lo más alto y cuando les explicaron las modalidades de la competencia. —Son cinco modalidades, la primera será vestir a una celebridad, sabrán quién es dentro de poco, los diseñadores que pasen la prueba de gusto continuarán en la competencia. Valka le comentó a su esposo: —Es bastante interesante. —Sé que lo harás bien—dijo en voz baja. Kara odiaba esa confidencialidad que había entre ellos, Khan se veía acoplado con ella y entonces mientras eran servidos anunciaron: —Les presentamos a nuestra celebridad local y de redes sociales la influencer Yarina Petrova. La tal Yarina era una curvilínea mujer de cabello blanco y un traje que demarcaba su figura espléndidamente y a la vez descaradamente, su maquillaje era como el
Kara maldecía a los cuatro vientos y su madre le dijo: —No debes desafiar a esa mujer, ella es vulgar. —Y ahora tengo que hacerle un vestido a esa soplada. —Hija, solo has lo mejor. Cómo si fuera fácil hacer algo como eso. Beto llegó aturdido a su casa: —Dios mío, esto es terrible… Esa mujer no me inspira, es tan… pechugona y tan nalgona. Solo pensar en cómo se mantenía de pie esa mujer lo tenía agobiado: tiene tetas y tiene nalga, eso le da equilibrio. Valka esa mañana se acercó a su pequeña y la tocó: —¿Rafaella? Tenía fiebre, fueron al hospital en donde la atendieron inmediatamente, sus defensas le habían jugado una mala pasada. Valka daba vueltas en la sala de espera y Khan se acercó: —La están dializando. —Tengo que hacer algo, para que mi hija se ponga bien—dijo desesperada. —Calma, solo ha sido una infección, pronto estará bien. —Además, está lo del concurso… —Valka, sé que tu trabajo es el mejor, tómate tu tiempo. Ella asintió, cuando vio mejor a su hija sacó su
Yarina revisaba las fotos tomadas y analizaba las votaciones que todos le daban, veía los porcentajes de cada diseñador, la pelea estaba entre el de Kara Razar y Valka Tomás, sonrió por todo el apoyo que recibía en redes sociales. Fey estaba siguiendo cada movimiento del concurso y entonces cuando veía que subía Valka gritó. —¡Vamos adelante! Enner miró la pantalla y vio que el video de Yanira luciendo el precioso vestido de Valka era tendencia, se la veía regia en ese modelo que denotaba sus curvas muy bien, ambos sonrieron. —Eso pondría a Hamdi muy bien… —Sí, es hermoso el vestido, lo hicimos entre todos, siento que Valka toma muy en serio la opinión de los equipos y eso es bueno. Khan entró contento porque él seguía el concurso también y cuando vio a su amigo muy pegado de Fey sonrió: —Vamos adelante, esto me motiva mucho. —Este concurso pondrá a Hamdi por todo lo alto, así no ganemos, estamos siendo tendencia—secundó Enner—si lo conseguimos tendremos visibilidad en todo el
No deseaba perder dinero, pero tampoco sabía cómo poder hacer lo que le pedían, miraba y miraba todo con apatía y veía el entusiasmo hacia el trabajo de Valka Tomás. Khan sonreía al ver a la joven influencer, lucir el hermoso vestido en su gala, miró a Valka volcada en su tableta armando ideas nuevas, ella usaba la paleta de azules, en verano las noches eran azules y ella evocaría los rituales de verano. Ropa de playa, diseños de vestidos para noches playeras evocando las reuniones en la playa, con detalles marinos, o con combinaciones de tonos azules que evoquen esos momentos en la playa. También el verde era parte de la tonalidad marina, así que no descartó una combinación armoniosa de ambas. Otro ritual era con el sol, así que una variante de colores amarillos, hasta dorados le vinieron bien en algunas blusas y vestidos, además de prendas blancas para darle ese realce a los rituales que intervenían en verano. Khan entonces se le acercó con un coctel de piña colada. —Tómate un t
—Bueno… Veremos bien, tengo una idea de que podemos usar unos tonos claros como tus ojos… Buscaba entre sus cosas para ver algo que pudiera ayudar a la gordita: —Mira, usas tallas grandes y eres una chica grande, eso tenemos que cambiar, por ejemplo, eres grande por fuera y mira tu blusa, por Dios es pequeña, o sea, has rompido con la regla. Así comenzó el periplo de Freya con sus asesoramientos. Valka comenzó con Silvia, una joven con un problema bastante complejo: nada por delante y nada por detrás. —Hola, Silvia. Silvia acomplejada la saludó: —Hola, ¿me puedes ayudar? —Claro, mira tu cuerpo, no eres fea, eres hermosa, simplemente no sabes sacarle provecho a tu belleza… —Lo intentado con todo y no me siento a gusto… —Debo decirte que toda mujer tiene su encanto, a un las que no lo parecen, el asunto es sacar lo más hermoso con tonos adecuados y ropa genial. La vio buscar unos vestidos: —Quiero verme genial siempre, es solo que siento que nadie me mira. —Puedes proyectar
Era muy interesante que alguien desee conocerla, principalmente si era diseñador. Kara estaba en un restaurante conocido como Secret, en donde solían reunirse los amantes clandestinos, famosos que no deseaban ser vistos públicamente. Cuando vio a la joven Razar, un talento bastante notorio, pero tampoco tan espectacular. —Señorita Razar, es un placer conocerla. La impresión en Kara fue grande: esa mujer era muy elegante, casi clásica, su ropa costaba miles, su cartera de igual modo. —Señora Stanton. —Así es, dígame para qué me cito. —Bueno… Verá… Quiero hacer un trato con usted. —Interesante. —¿Conoce a Valka Tomás? —Claro, es una diseñadora bastante interesante… —Puedo conseguirle sus diseños… Eso sorprendió a la mujer que pidió una copa de champaña y sacó una cajetilla de cigarrillos bastante caros. —¿Por qué usted? Kara entonces le explicó: —Sé de buena fuente que esa mujer jamás le vendería su colección… —¿Por qué está tan segura? —Lo sé, ella se las da de muy nobl
Era muy interesante que alguien deseara conocerla, principalmente si era diseñador, la Duquesa estaba visiblemente interesada. Kara estaba en un restaurante conocido como Secrets, en donde solían reunirse los amantes clandestinos, famosos que no deseaban ser vistos públicamente. Cuando vio a la joven Razar, un talento bastante notorio, pero tampoco tan espectacular. —Señorita Razar, es un placer conocerla. La impresión en Kara fue grande: esa mujer era muy elegante, casi clásica, su ropa costaba miles, su cartera de igual modo. —Señora Stanton. —Así es, dígame para qué me cito. —Bueno… Verá… Quiero hacer un trato con usted. —Interesante. —¿Conoce a Valka Tomás? —Claro, es una diseñadora bastante interesante… —Puedo conseguirle sus diseños… Eso sorprendió a la mujer que pidió una copa de champaña y sacó una cajetilla de cigarrillos bastante caros. —¿Por qué usted haría eso? Kara entonces le explicó: —Sé de buena fuente que esa mujer jamás le vendería su colección… —¿Por
Kara llegó al sitio acordado, estaba nerviosa y por lo pasado con Beto, sintió hasta escalofríos de imaginarse en la cama con ese sujeto. Cuando el programador llegó, ella sonrió: —¿Lo tienes? —Completo. —Genial. Recibía el pendrive, sacaba un fajo de dinero en efectivo. —Tu paga, y ya sabes —señaló—, no quiero problemas con nadie. —Tranquila, cuando estalle todo estaré lejos. Ella sonrió y colocó el pendrive en su laptop y comenzó a analizar los diseños de Valkánica, sonrió, eran bastante buenos y si ella sacaba esa colección se iría para arriba. Llamó a la Duquesa Stanton. —Tengo lo que necesita. —Perfecto, iré a verte. Kara estaba ansiosa, miraba a todos lados y de repente vio una limusina estacionarse y de ella bajar un hombre elegante: —Señorita Razar, ¿puede acompañarme? —Lo siento, espero a una persona. —La persona que espera está en el auto. Eso la inquietó, miró a todos lados y entonces entró en el automóvil y vio a una bella mujer vestida de negro, con un sombre