CAPÍTULO 63: LA TRAMPAKatherine se observa en el espejo una última vez, ajustándose el tirante del vestido. El rojo intenso resalta contra su piel, y el escote audaz deja poco a la imaginación. Todo tiene que salir perfecto. Su corazón late con fuerza, no solo por el plan que tiene en mente, sino también por la culpa que está sintiendo.Se sienta en la cama, dejando que la tela fluida del vestido resbale por sus piernas cruzadas. A su lado, la botella de vino y dos copas aguardan como cómplices.Cuando Anthony sale del baño, envuelto únicamente en una toalla, se detiene en seco al verla. Sus ojos recorren cada centímetro de su figura, deteniéndose en el escote, en las piernas, en la curva de sus labios pintados. Una sonrisa encantadora, cargada de lujuria, se dibuja en su rostro.—¿Qué es todo esto? —pregunta con evidente curiosidad y deseo.Katherine le responde con una sonrisa seductora, aunque por dentro siente que se desmorona.—Quería celebrar contigo. Ha sido una semana difícil
CAPÍTULO 64: EL SOBREEl mensaje de Emanuele llega temprano en la mañana, mientras Katherine intenta mantener la compostura durante el desayuno familiar. Sus manos tiemblan al leerlo."Deja los documentos en un sobre, en el basurero que tiene un sticker de avión, cerca de la entrada al área privada del aeropuerto. Hazlo justo antes de abordar. Y no falles."Katherine siente como si un nudo invisible le apretara la garganta. Cada vez que Anthony la mira o le sonríe, se le hace más difícil respirar.—¿Estás bien? —pregunta él de repente, interrumpiendo sus pensamientos.Ella da un respingo, levantando la mirada rápidamente.—Sí, claro. Es solo que… no me gusta volar, me pone nerviosa.Anthony frunce el ceño, pero no insiste. Suelen ser bastante discretos en los aeropuertos, así que él asume que el estrés del viaje la está afectando.Cuando llegan al aeropuerto, Katherine siente que sus piernas pesan como plomo. La entrada al área privada está justo frente a ella, y su mirada capta al in
CAPÍTULO 65: FIN DE AÑO EN TOSCANALa sorpresa no solo deja a Katherine pasmada, sino también a Anthony. De todas las ideas excéntricas de su abuelo —y vaya que han sido muchas—, jamás imaginó que organizaría una boda de verdad para ellos en Toscana… y justo en Año Nuevo.Él le había pedido a ella seis meses, aunque esa propuesta había quedado obsoleta cuando ambos admitieron sus sentimientos, pero, aun así, no han hablado de una boda real. Sin embargo, el pánico en los ojos de Katherine es obvio, y Anthony lo siente como un puñetazo en el estómago.—Abuelo… —comienza él, con un tono que intenta ser conciliador—. ¿No crees que debiste, no sé, al menos consultarme primero?—¿Consultarte? —replica Giuseppe con una expresión de ofensa— ¿Hay acaso algún problema? Es tu prometida, todo el mundo lo sabe. ¿Para qué esperar más?Katherine se aferra al brazo de Anthony como si fuera un salvavidas. Su agarre no pasa desapercibido para él, y la calidez de sus dedos sobre su piel desnuda provoca
CAPÍTULO 66: SÁLVALALo que debía ser un momento mágico y perfecto se ha transformado en un infierno. El aire, que antes estaba lleno de risas y promesas, ahora huele a pólvora y sangre. Anthony apenas puede escuchar los gritos y el caos a su alrededor; todo su mundo se reduce a una única persona. Katherine.Su vestido blanco, tan hermoso hace solo unos minutos, está empapado en sangre. Su rostro, normalmente tan expresivo, ahora está pálido e inmóvil. Cada segundo que pasa parece eterno mientras Anthony presiona con fuerza la herida, rogando que el flujo de sangre se detenga.—¡Giulia! —grita con un rugido que corta el aire.Desde debajo de una hilera de sillas volcadas, su hermana asoma la cabeza, con el rostro pálido y lleno de horror al ver a Katherine.—¡Anthony! ¡Dios mío, está...! ¡De prisa, hermano! ¡Debemos llevarla al hospital!Sin embargo, la cabeza fría de Anthony sabe que no pueden hacer eso. Si la llevan al hospital tendrán que explicar quién y por qué la atacaron. La po
CAPÍTULO 67: UN NUEVO SALVATOREKatherine abre los ojos lentamente, luchando contra el peso abrumador de la anestesia y el cansancio. El mundo a su alrededor es un montón de formas borrosas y luces pálidas que se disipan con lentitud. Parpadea varias veces hasta que sus ojos consiguen enfocar la habitación fría y estéril, y entonces lo ve a él.Anthony está sentado junto a su cama con los codos apoyados en sus rodillas y las manos sosteniendo su cabeza gacha. Su postura refleja pura preocupación y agotamiento, como si el peso del mundo descansara sobre sus hombros. Es una imagen que ella nunca imaginó ver: el hombre que siempre parece invencible, ahora abatido.Con esfuerzo, Katherine levanta una mano temblorosa. Apenas logra moverla, pero el gesto no pasa desapercibido. Anthony alza la cabeza de inmediato, sus ojos oscuros se encuentran con los de ella en un instante.—¡Katherine! —exclama, poniéndose de pie de un salto. En un segundo está a su lado, tomando su mano entre las suyas c
CAPÍTULO 68: BÚSQUEDA DE VENGANZAAnthony no está seguro de cómo procesar la muerte de su abuelo. No es algo que lo tome por sorpresa; Giuseppe Salvatore, ya era un hombre mayor, y era evidente que su cuerpo no podría resistir las múltiples heridas de bala infligidas por los desgraciados que dispararon desde los carros blindados.A lo largo de su vida, lo habían preparado para este momento. A sus treinta y seis años, Anthony sabe que ahora recae sobre sus hombros el liderazgo absoluto de la familia Salvatore, tanto de sus negocios legales como de los de la mafia.Durante años, su abuelo lo moldeó para asumir el trono, pero ahora que ese día ha llegado, la carga se siente diferente. Es real, definitiva. Ya no hay una figura detrás de él, ningún mentor para guiarlo. Ahora está completamente solo.Sin embargo, no es la responsabilidad lo que lo atormenta; ha llevado ese peso por mucho tiempo. Es la presencia de Katherine, Lucy, y el bebé que ahora sabe que viene en camino lo que lo hace
CAPÍTULO 69: VISITA EN EL HOSPITALKatherine apenas puede procesar la noticia de que está embarazada. Su mano tiembla ligeramente al posarse sobre su vientre mientras observa por la ventana del hospital, donde las luces de la ciudad italiana parpadean a lo lejos.Por suerte, no recuerda mucho de lo que sucedió aquella fatídica noche de Año Nuevo. Después de los disparos todo se tornó borroso, como un mal sueño al que no desea volver. Pero la prueba de lo que ocurrió está grabada en su cuerpo: la herida de bala en su hombro, cerrada con puntos que ahora llevará como un recordatorio permanente.Suspira, intentando calmar su mente, y sin pensarlo demasiado, una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.—Un pequeño Anthony… un pequeño Salvatore —murmura para sí, casi con ternura.Debe haberse saltado una pastilla durante el primer viaje a la Toscana. Con el cambio de horario, los nervios y el caos de esos días, seguramente olvidó alguna dosis. Pero ahora eso no importa.—No importa —repite
CAPÍTULO 70: EVASIVAGiulia no parece dispuesta a responder las preguntas de Katherine. Desde que salieron del hospital ella se ha visto demasiado tensa y ha permanecido en silencio. Aun así, Katherine quiere saber a dónde la está llevando, porque es evidente que no están volviendo al viñedo o la otra gran casona en la que estuvo la primera vez.—¿A dónde vamos? —pregunta al fin.—A Roma —dice Giulia sin apartar la vista del camino.Parece que eso es todo lo que va a recibir de su cuñada y ella está demasiado agotada para insistir. Se queda dormida, pero Giulia la agita suavemente cuando llegan.Lo primero que la impresiona es el departamento. Es amplio, moderno, con grandes ventanales que dejan entrar la luz del sol y ofrecen una vista impresionante de la ciudad. El lugar parece diseñado para alguien que quiere esconderse con estilo, lo que no la tranquiliza del todo.—¿Dónde estamos exactamente? —pregunta Katherine mientras camina hacia la sala, observando cada detalle.—En un lugar