CAPÍTULO 39: UNA CITA CON EL PASADOKatherine nunca imaginó que reencontrarse con Michael, su crush de infancia, la emocionaría tanto. Aunque han pasado años, él sigue siendo el mismo chico carismático y dulce que recordaba. Sin embargo, ahora es mucho más que eso: su porte musculoso, sus ojos oscuros llenos de intensidad y su sonrisa cálida y coqueta lo convierten en un hombre irresistible, con una presencia tan magnética que parece un dios africano encarnado.Al llegar al restaurante, Michael le abre la puerta con caballerosidad y luego le sostiene la silla para que se siente, un gesto que Katherine no puede evitar encontrar encantador.—No puedo creer que te hayas convertido en detective —comenta ella mientras toma el menú.—Siempre fui un hombre de sorpresas —responde Michael, esbozando una sonrisa.Katherine ríe suavemente.—Pero si mal no recuerdo, siempre decías que la policía era una…—Vamos, dilo sin miedo.—Una mierd4 corrupta —susurra ella, inclinándose hacia él con una piz
CAPÍTULO 40: TODO TIENE UN COSTOAnthony nunca había sentido que alguien lo enfrentara con tanta determinación, tanto ímpetu y, sobre todo, sin un rastro de miedo. Katherine no le teme. Esa certeza lo sacude, lo fascina, y lo enfurece a partes iguales.La rebelde pelirroja está ahí frente a él, con los ojos encendidos de rabia, como si fuera capaz de quemarlo con solo mirarlo. Ahora entiende su actitud. Sabe por qué lo ha estado evitando, por qué lo trata con tanto desdén. Escuchó la conversación con Joseph en la oficina.—Suéltame —le espeta con los dientes apretados y su voz cargada de furia—. Tú no eres mi dueño, y si es por ese contrato, rómpelo. No quiero nada de ti ni de tu maldit0 dinero.Sus palabras son como un desafío directo al hombre que lo controla todo. Anthony siente el fuego de su rabia, pero en lugar de enfriar su ardor, ese fuego alimenta algo más oscuro en su interior, algo que lo consume cada vez más. Si ya estaba obsesionado con ella, ahora no hay duda: Katherine
CAPÍTULO 41: UNA NOCHE EN LA CÁRCELEl trayecto hacia la estación transcurre en un silencio tenso. Ninguno de los dos hombres pronuncia palabra, pero la tensión entre ellos es obvia.Cuando llegan, los oficiales escoltan a Anthony hacia el interior, sin darle oportunidad de resistirse. Lo conducen directamente a una celda vacía, fría y sombría. Anthony entra con calma, sin perder su aire de superioridad.Observa sus alrededores con un gesto indiferente, pero su mente trabaja rápido. Nota que no hay formalidades, ni proceso, ni siquiera la rutina básica de registro. Eso solo puede significar una cosa: Michael aún no ha presentado cargos formales.Una sonrisa lenta y peligrosa se forma en sus labios.—Vaya, interesante forma de demostrar autoridad, detective —le dice con un dejo de burla y desafío—. Me encierras aquí porque no puedes manejar la competencia. Aunque, siendo sinceros, no sé si llamaría competencia a esto… —Se inclina contra los barrotes, sus ojos brillan con un fuego que i
CAPÍTULO 42: CONVENCIENDO AL DETECTIVEEl taxi se detiene frente a la estación de policía. Katherine paga al conductor y sale del auto ajustando la bufanda alrededor de su cuello para protegerse del frío de la noche. Siente un nudo en el estómago mientras contempla el edificio. No está segura de por qué está ahí, pero la idea de dejar a Anthony encerrado le resulta insoportable, incluso si él a menudo la saca de quicio.Con pasos vacilantes entra en la estación mientras sus zapatos resuenan en el suelo de baldosas. El ambiente está tranquilo, casi desierto a esas horas. Se acerca al mostrador y pide hablar con Michael.—Este no es horario de visitas —le dice el oficial de turno con un tono neutral.Katherine abre la boca para insistir, pero antes de que pueda decir algo más, una voz familiar interrumpe.—Déjala pasar.Michael aparece desde un pasillo cercano, mirándola con sorpresa. Hace un gesto con la cabeza y Katherine lo sigue hasta su oficina. Él cierra la puerta tras ellos, y se
CAPÍTULO 43: LA EXPLICACIÓNLa distancia que hay entre ambos en el taxi es pequeña físicamente, pero al mismo tiempo pareciera haber un abismo entre los dos. Katherine está rígida y con los brazos cruzados, evita incluso mirarlo. Anthony, por su parte, la estudia de reojo, sus pensamientos más oscuros se mezclan con un inexplicable deseo de acercarse a ella.Cuando bajan del taxi, la tensión sigue ahí como un hilo invisible tirando de ambos, aunque ninguno lo admite. Anthony le paga al conductor mientras Katherine ya se apresura hacia la puerta de la casa con un andar seguro, aunque por dentro no sabe ni cómo sentirse o qué pensar.—Espera, cara mia. Necesitamos hablar. —La voz firme de Anthony corta el aire, aunque con una nota de vulnerabilidad.Ella se detiene, apenas voltea, y siente la mano del italiano envolviendo la suya, pero esta vez no hay la sostiene con fuerza.—¿Qué? ¿Ahora quieres hablar? ¿Aquí, frente a todos los paparazis? —pregunta con sarcasmo, como si quisiera const
CAPÍTULO 44: LA FIESTA DE NAVIDADLa víspera de Nochebuena ha llegado y la casa está envuelta en un ambiente festivo, aunque Katherine no logra sentirse completamente presente. Lucy está sentada frente al espejo, luciendo como una auténtica princesa con su vestido blanco y rojo, adornado con delicados detalles brillantes. El abrigo largo, similar al de Santa Claus, le da un aire encantador y mágico, perfecto para la ocasión.Andrea, con paciencia y precisión, termina de peinar los rizos pelirrojos de Lucy, mientras Katherine se inclina frente a su propio reflejo, intentando enfocarse en los últimos toques de su maquillaje. Pero su mente está en otro lugar.“Seis meses. Ni un día más.”Las palabras de Anthony del día anterior se repiten en su mente. Siente un nudo en el estómago, uno de pura ansiedad y confusión. Si Anthony Salvatore ha logrado colarse hasta lo más profundo de su ser en menos de un mes, ¿qué será de ella después de seis largos meses fingiendo ser su prometida?Katherin
CAPÍTULO 45: BAJO EL MUERDAGOCuando la música llega a su clímax, Anthony la gira con destreza, solo para volver a atraerla a sus brazos con una elegancia que parece sacada de una película. El final de la canción llega con una nota prolongada. Él la inclina ligeramente hacia atrás, y la sostiene con firmeza mientras ella siente que su mundo se desmorona y se reconstruye al mismo tiempo.Sus labios se rozan, al principio de forma suave, casi como si fuera un accidente. Pero cuando Katherine no se aparta, Anthony no lo duda. La besa con más profundidad, suave y apasionadamente.Ella siente que el tiempo se detiene. La presión de sus labios, el sabor a vino mezclado con algo puramente a Anthony, la calidez de su mano en la cintura… todo se graba en su memoria como una marca indeleble. Cuando se separan, la pelirroja está sin aliento, con los ojos abiertos y llenos de preguntas.De inmediato se aparta, aturdida, con el corazón desbocado. Murmura algo incomprensible y se retira hacia el ba
CAPÍTULO 46: AMBIGÜEDAD—Por favor, te lo suplico… —la voz de Katherine es apenas un susurro vulnerable—… no juegues conmigo.Anthony le acaricia la mejilla con una ternura que desarma cada una de sus defensas. Sus dedos trazan un camino delicado, como si tuviera miedo de romperla. Ella cierra los ojos, como si hacerlo pudiera protegerla de lo que siente. Pero entonces, sus palabras la alcanzan.—No estoy jugando, cara mia.Katherine abre los ojos y se encuentra con los de él, tan oscuros, tan cargados de emociones que no puede descifrar. Su corazón late con tanta fuerza que le duele, y por un momento siente que todo su mundo está girando fuera de control. El calor de su cuerpo cerca al suyo, el leve roce de su aliento, la forma en que sus miradas se sostienen como si nada más existiera... todo la embriaga.Quiere decirle algo, cualquier cosa que le devuelva el control, pero las palabras se atascan en su garganta. Quiere gritarle que no sabe qué está haciendo con ella, que no puede en