Jeremy

La veo y no sé por qué carajos todo de mi se paraliza, porque es como otra mujer ¿no? Cómo las anteriores con las que he estado. Solo que con ella me obsesioné más, es como si fuera una droga adictiva.

Esa falda que trajo y se le marca ese culo apretado, me dan ganas de arrancársela sobre mi escritorio y darle unos azotes por mentirosa. Nunca me comentó que tenía una hija, y ni siquiera sé por qué me siento tan jodidamente molesto.

No debería molestarme que esa niña no fuera mía, creo que me ando volviendo loco, porque definitivamente nunca quise tener hijos. Ni siquiera sé cómo dar cariño fuera de la cama a una mujer, menos a un bebé.

Salgo de la oficina y me cabrea aún más el tener que verla en su oficina que queda justo al frente de la mía, me molesta que se vea tan hermosa y vulnerable, que sea una terca y me haya dejado solo, pero lo que más me vuelve malditamente loco, es que ella con su inocencia y belleza, haga que me plantee mis reglas de no tener nada serio con