Capítulo 982
Al ver a Pedro sosteniendo la espada negra, todos quedaron atónitos, un poco incrédulos.

No podían creer que la espada, que no habían logrado mover ni con un esfuerzo titánico, hubiera saltado por sí misma y, además, volado directamente hacia las manos de Pedro.

Lo más aterrador era que, de principio a fin, Pedro ni siquiera había tocado la espada.

Simplemente extendió dos dedos y la atrajo desde el aire.

Entonces, como si hubiera sido llamada, la espada se levantó de repente del suelo y cayó precisamente en su palma.

¿Por qué?

Habían agotado todas sus ideas y esfuerzos, y no pudieron sacar la espada.

¿Por qué con un simple gesto de Pedro, la espada salió volando hacia él?

¿Es esto un trato preferencial?

¿Discriminación?

¿Acaso ellos no son humanos?

—No, ¡imposible! ¿Cómo pudo hacerlo tan fácilmente?!

César abrió mucho los ojos, su rostro lleno de asombro.

Si ni siquiera su maestro pudo sacar la espada, ¿cómo fue que Pedro, con solo mover un dedo, la espada se entregó a él?

¿Qué está p
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