Capítulo 989
Pedro sintió cómo su pecho se hundía, y fue lanzado hacia arriba antes de caer pesadamente al suelo.

La sangre que expulsaba dibujaba en el aire una arcada macabra y fascinante.

Era una visión que conmovía el alma.

—¡Tío!

La voz de Lizbeth era desgarradora, sus ojos rojos de dolor.

Su rostro estaba cubierto de rabia y tristeza.

Intentaba avanzar, pero Zoraida la retenía con fuerza, obligándola a ver cómo Pedro sufría sin poder hacer nada.

—A solo un paso... solo faltaba un paso... Estrella aún me espera... ¡No puedo caer!

Después de una oleada de mareos, Pedro mordió fuerte y, temblando, se apoyó en su cuerpo a punto de desmoronarse para levantarse lentamente.

Se tambaleaba, débil e inestable.

Parecía una vela en medio de un vendaval, como si pudiera ser apagado en cualquier momento.

—¡Tío, déjalo ya! ¡No necesitamos la flor del inframundo, si seguimos así, perderás la vida!

Lizbeth estaba desesperada, las lágrimas caían sin cesar.

Ella podía ver que Pedro había alcanzado su límite.

Ot
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