—¿Qué?

La repentina voz sorprendió a los tres, dejándolos atónitos.

Miraron hacia la fuente del sonido.

En el centro del lago, sobre el escenario, Pedro estaba de pie, con las manos detrás y una expresión indiferente.

—Muchacho, ¿qué acabas de decir? No te escuché bien.

El hombre fornido con el machete entrecerró los ojos, su semblante mostraba desagrado.

—Les propongo que los tres suban juntos, así ahorramos tiempo y evitamos disputas innecesarias, ¿no es mejor? —dijo Pedro con calma.

Estas palabras causaron un gran revuelo entre la multitud.

—¿Se ha vuelto loco este tipo? ¡Qué arrogancia!

—¿Desafiar al mismo tiempo a tres expertos de Lista Paraíso? ¿Acaso este muchacho no valora su vida?

—¡Humph! Realmente no sabe lo que le espera.

La gente murmuraba y señalaba, discutiendo entre ellos.

Todos miraban a Pedro como si fuera un idiota.

—Hermano mayor, ¿crees que este tipo está loco? No tiene ninguna posibilidad en un uno contra uno, ¿y aún así piensa en un tres contra uno? ¡Qué ridículo