En ese momento, dentro de un coche Bentley plateado… —Señor González, muchas gracias por haber salvado la vida de mi abuelo. Esta es la Tarjeta del Dragón Verde de la familia Flores. Acéptala, por favor. —Estrella sacó una tarjeta negra con bordes dorados y se la entregó a Pedro—. Esta tarjeta le acredita como un estimado invitado de la familia Flores. Podrá disfrutar del mejor servicio en todas las propiedades y bienes de la familia.—Señora Flores, lo que necesito no es esto —dijo Pedro moviendo la cabeza de izquierda a derecha. —Descuida, señor González. Esto solo representa mi agradecimiento. En cuanto a la agrimonia de la que habló Bruno, enviaré a alguien para que la lleve a tu casa —sonrió Estrella. —Estrella es muy franca. Muchas gracias. Pedro sonrió y aceptó la Tarjeta del Dragón Verde. Obviamente, no estaba mal lo que le había regalado Estrella. —¡Crunch! Mientras conversaban, de repente el chófer frenó y detuvo el coche a un lado. —Jefa, lo siento. ¡Me obligaron!De
— ¿Qué? Pedro se quedó asombrado. Nunca había pensado que Estrella le diría algo así, sin previo aviso. La belleza de la mujer que estaba frente a él era diferente a la belleza indiferente de Leticia. Era una belleza encantadora y coqueta. Sobre todo, cuando sonreía, parecía más talentosa y gallarda. En pocas palabras, era una mujer naturalmente encantadora y pocos hombres podían rechazarla.—Jajaja… solo bromeaba. ¡Qué asustado estás! Estrella sonrió tanto que tembló sin poder contenerse. Dos bolas de carne blanca en el pecho se movieron sin parar, lo cual era extremadamente impactante. Los ojos de Pedro se crisparon y enseguida desvió la mirada. Esta mujer era tan hermosa y atractiva que cuanto más la miraba, más le encantaba. —Señor González, necesito molestarte de nuevo —Estrella dejó de sonreír. —¿De qué se trata? —Pedro se quedó pasmado.—Ya sabes cómo están las cosas ahora. Mis guardaespaldas están en el hospital con el anciano y no tengo a nadie más para que me proteja. A
— Resulta que es la presidenta García. ¿Para qué me buscas? Cuando vio a Leticia acercarse, Pedro se quedó pasmado por un instante y enseguida volvió a su indiferencia. —Nos encontramos por casualidad, así que quería saludarte. —explicó Leticia, aunque las palabras que de verdad quería decirle se le quedaron en la garganta. La madre de Leticia le había contado que Pedro ya tenía otra mujer, pero ella no le había creído. Ahora, sin embargo, estaba viendo la verdad con sus propios ojos. Aunque ya se habían divorciado, ver a su exmarido con otra mujer la molestó. Era una sensación inesperada y desagradable. —Señor González, ¿es tu amiga? —preguntó Estrella, mirando a Leticia de arriba abajo. Por intuición femenina, Estrella percibió la hostilidad de Leticia hacia ella. —Es mi exesposa —respondió Pedro. —¿Oh? Estrella movió las cejas y sonrió. —Encantada de conocerte. Me apellido Flores. Extendió la mano sonriendo. Su comportamiento era cortés y elegante, pero su barbilla levan
— ¡Hermosa! ¿No me estás entendiendo? ¡Ese tipo es un mentiroso! ¡No vas a conseguir nada bueno de él! —dijo Jaime, tratando de persuadir a Estrella.Al ver que sus palabras no surtían efecto, Jaime empezó a sentirse inquieto. No podía soportar la idea de que una mujer tan hermosa cayera en las manos de Pedro.—Oye, no estés molesto. Iré con quien quiera. Esto no tiene nada que ver contigo — dijo Estrella, quien estaba perdiendo la paciencia.—¡Tú!... Jaime estaba tan furioso que le hervía la sangre hervía. Nunca había pensado que esta mujer fuera tan terca. Le estaban diciendo que estaba siendo engañada y aun así prefería estar con él. ¿Tan grande era la atracción de ese joven?—Señor Fuentes, esta mujer merece ser engañada. Le advertiste con todas tus buenas intenciones, pero en vez de aceptarlo, incluso te dijo impertinencias. ¡Tomó a una persona buena por mala! —dijo Juana, que estaba al lado de Jaime. —¡En estos tiempos ya no podemos ser buenas personas! —A Jaime le parecía inju
Cuando entraron al Hotel Armonio, Juana todavía estaba muy enojada.—Es verdad que esa mujer es bonita. No sé si realmente tiene mal ojo o no. ¡Le gusta Pedro, ese pedazo de basura! —¿Quién podría decir que no? ¡Es como una flor junto a una mierda! —suspiró Jaime. Él era guapo, elegante y muy rico. ¿Por qué no podía estar con una mujer tan hermosa como ella? —Bueno, dejemos de hablar de eso. Hoy vinimos por algo más importante —dijo Leticia, cambiando de tema—. Juana, ve, escucha y pregunta quién es el líder de la familia Flores que estará aquí esta noche. Sería mejor que me lo presenten.—Una amiga mía está trabajando aquí precisamente. Ahora mismo la llamo. Mientras hablaba, Juana sacó su celular y marcó unos números rápidamente. Tras un buen rato, dijo: —Presidenta García, ya he preguntado. La velada de beneficencia de esta noche fue organizada por la presidenta Flores en persona. En cuanto al socio, dependerá de su decisión. —¿La presidenta Flores? ¿Es esa mujer que reina e
En ese momento, la sala de la velada estaba muy animada. En el escenario, mujeres de esbeltas figuras y vestidas con trajes tradicionales de México estaban bailando la danza jarabe. Cada cambio de semblante y cada acción eran especialmente hermosos. Todos estaban encantados y habían perdido la noción del tiempo. Debajo del escenario, se sentaban nobles vestidos con elegancia. Algunos brindaban y conversaban, mientras que otros observaban silenciosamente el espectáculo. Pedro encontró un asiento vacío y se sentó, mirando el espectáculo mientras bebía su jugo. —Pedro, es una sorpresa verte en un lugar como este —alguien interrumpió su momento de esparcimiento.Pedro echó un vistazo y vio a Jaime y a Leticia, entre otros. —¡Qué mala suerte! ¿Por qué estás en todas partes? —Juana estaba muy insatisfecha. Leticia no dijo nada y, después de lanzarle una mirada indiferente, se sentó en un asiento de la fila anterior. —Pedro, dentro de un rato habrá una subasta de beneficencia. ¿Tienes d
— ¿La candidata idónea? Al oírlo, Leticia quedó atónita. O sea, no se atrevía a creerlo. Lo que le decían no tenía que ver con la lista de candidatos, ¡sino que la habían nombrado directamente como socia de la familia Flores! Incluso habían omitido el examen final. ¿Qué había pasado? —¿Es verdad lo que me ha dicho? —preguntó Leticia. —¿Por qué sería falso? Si no lo crees, ve directamente a la empresa mañana y firma el contrato. Bueno, ahora estoy ocupado, hasta luego —respondió el director general del Grupo Flores antes de colgar el teléfono. Leticia estaba sorprendida y contenta al mismo tiempo. Ella nunca había pensado que esto marcharía tan bien. Hace un momento iba a ser expulsada de la lista de candidatos, pero en un instante, se había convertido directamente en la socia de la familia Flores. ¡Qué repentina era la felicidad! —Presidenta García, ¿qué ha pasado? ¿Le han dicho algo? —preguntó Juana. —Sí. —Leticia movió la cabeza de arriba abajo y le lanzó una sonrisa excepcio
Pedro no se había imaginado que, a pesar de llevar tres años casados, Leticia no tendría ninguna confianza en él. ¿Acaso su confianza no significaba nada en comparación con la de un extraño? —Bueno… soy una persona despreciable y Jaime es un noble. Le he calumniado. ¿Estás satisfecha ahora? —dijo Pedro, burlándose de sí mismo. Cuando no existía la confianza, no servían de nada las explicaciones. —¿Y esa actitud? ¿Acaso estoy culpando a un inocente? —Leticia frunció el ceño. —No has hecho nada mal. Dije lo que no debía decir y recibiré lo que me merezco —dijo Pedro en un tono frío. —¡Eres tan terco! —Leticia empezaba a enojarse. No había pensado que Pedro fuera una persona así. Había calumniado a alguien más por envidia y, además, no mostraba arrepentimiento. ¿Había dejado de fingir después del divorcio? —Bueno, Leticia, no te enojes tanto. —En ese momento, Jaime trató de hacerse el bueno—. Es normal que Pedro sienta hostilidad hacia mí al vernos juntos. No lo culpo. Todos comet