—Así que es así, pero, ¿por qué le ordenaste a Gedeón asesinar a Andrés? ¿No será excesivo? —Edgar estaba algo sorprendido.

Andrés, solo un peón, matarlo es simplemente un desperdicio de recursos.

—¿Andrés? Ni siquiera sé quién es él, ¿cómo voy a matarlo? Debe ser algo que Gedeón decidió por su cuenta, pero ya no importa, si esa persona muere o no, no tiene ninguna influencia —Fabiola hizo un gesto con la mano.

Mientras hablaba, de repente se estremeció y empezó a respirar con dificultad.

Al mismo tiempo, un dolor punzante comenzó a extenderse por todo su cuerpo.

—Abuela, ¿te sientes mal en alguna parte? —Edgar notó rápidamente que algo no estaba bien.

—La enfermedad crónica ha vuelto, ve al coche a buscarme medicina, rápido —Fabiola ordenó inmediatamente.

—De acuerdo.

Edgar no se atrevió a dudar y corrió rápidamente al lujoso coche de adelante, buscando frenéticamente, y pronto regresó con un frasco de medicina morado.—Abuela, aquí está tu medicina.

Fabiola rápidamente abrió el frasco