Capítulo 228
—¿Así que todavía piensan hacer algo? —Una sonrisa fría se dibujó en la comisura de la boca de Pedro al ver entrar a los guardias de seguridad.

Cuando se topaba con gente arrogante, él solía ser aún más imponente.

Si lo hablaban bien, quizás él accedería; si venían con fuerza, no tendría problema en darles una lección.

—¿Y qué si lo hacemos? ¡No sabes agradecer cuando te dan la cara! —Saúl estaba furioso.

Desde el primer momento que vio a Pedro, lo detestaba. Había sido humillado, forzado a arrodillarse y comer tierra. Si no fuera por Estrella, ya le habría dado su merecido.

Ahora que Estrella no estaba, era el momento perfecto para su venganza.

—¡Oye! ¡Saúl! ¡No te pases! —interrumpió Irene, quien no podía soportarlo más.

—Si quiere vender o no sus acciones es asunto de Pedro. Si te atreves a hacer algo, ¡no me culpes si me pongo en tu contra!

—¡Irene! Esto no es asunto tuyo, ¡mejor mantente al margen! —Saúl no tenía intenciones de darle importancia.

—Tu... —Irene estaba a punto d
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