Capítulo 1231
La daga afilada penetró desde la espalda y salió por el pecho. La punta ensangrentada asomaba lentamente del corazón de Valentín.

Valentín tembló, su rostro se quedó inmóvil. Instintivamente, bajó la mirada y vio la punta de la daga, de donde goteaba sangre lentamente.

—¿Qué?

La repentina escena dejó a todos atónitos. Nadie esperaba que Bernardo atacara de repente y, mucho menos, de manera tan letal. ¿No se suponía que iban a intercambiar rehenes? Esto era demasiado.

—¿Valentín? —Pedro también se quedó perplejo, sin prever el ataque. Toda su atención estaba en Elvis y Vania, sin imaginar que Bernardo, el rehén, haría algo así.

—Pedro, cuida de mi hija—Valentín murmuró con dificultad antes de dejar caer su cabeza y morir.

—Morir es una liberación—comentó Vania con frialdad al ver la escena.

—Valentín—murmuró Leocadio entre la multitud, con una expresión de dolor. Aunque eran hermanos que habían crecido juntos y trabajado por la familia, la muerte de Valentín le afectaba. Sin emba
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