—¿Qué?

Pedro se quedó atónito.

Héctor se quedó atónito.

Peter también se quedó atónito.

Los Ponce y todos los presentes, incluidos los invitados, quedaron boquiabiertos, con una expresión de incredulidad.

Cuando Rufo lanzó su ataque, todos pensaron que Tomás estaba en peligro.

Porque para un guerrero de nivel gran maestro, matar a un anciano era tan fácil como cortar vegetales, sin esfuerzo alguno.

Sin embargo, nadie esperaba que el resultado final fuera al revés.

Rufo no solo no logró herir a Tomás, sino que perdió su propia vida.

Incluso, Tomás no lo miró directamente, solo extendió la mano casualmente, lo dejó suspendido en el aire y luego le rompió el cuello con un apretón.

La manera en que lo hizo parecía tan fácil y despreocupada, como si no estuviera matando a un gran maestro, sino a un pequeño polluelo.

—¿Yo... yo no estoy viendo mal, verdad? ¿Rufo... realmente está muerto?

—¡Dios mío! Matar a un gran maestro de un solo golpe, ¿eso es demasiado poderoso, no?

—Resulta que el vie