Capítulo 1044
Cuando Pedro y sus compañeros escucharon la noticia y corrieron hacia la puerta del quirófano, Tania, quien estaba inconsciente, acababa de ser sacada.

A su lado, había algo cubierto con una tela blanca.

Con las manos temblando levemente, Pedro levantó la tela para descubrir, para su horror, el cuerpo de un bebé.

En ese instante, sus ojos se tornaron rojos de furia, mordiéndose los dientes con rabia.

Una ira indescriptible brotó de repente en su corazón.

Él le había prometido a Josué proteger a Tania y a Dolores a toda costa.

Ahora, un accidente no solo había causado que madre e hija fueran hospitalizadas con graves heridas, sino que también había resultado en la trágica muerte del bebé que Tania llevaba en su vientre. Para él, esta era una noticia devastadora.

Mientras se debatía entre la culpa y la autoinculpación, lo que predominaba era la ira. ¡Una furia desbordante!

—¿Cómo pudo pasar esto? ¿No estaba todo bien cuando llegamos? ¿Por qué de repente...? Estrella, pálida, parec
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