Capítulo 282
Ese era el abismo de Delicia. ¿Yolanda... podría considerarse su salvadora? Fue la presión lo que llevó a Alvaro a divorciarse de ella, liberándola de un infierno. Pero ahora, ¿qué era esto? ¿Un castigo?

—¿Verlo? Yolanda, parece que aún no estás al tanto. Isabel ha dicho que bajo ninguna circunstancia deben estar solos juntos. —Antonia expresó esto con un tono de satisfacción aún más marcado.

Al escuchar esto, el rostro de Yolanda palideció. ¿Impedirle estar sola con Alvaro? ¿No era eso lo mismo que impedirle verlo?

Aunque decían que era para pagar una deuda, ahora... con el corazón agitado y un sabor amargo en la garganta, Yolanda se obligó a reprimir esos sentimientos.

—¡Antonia Jiménez!

—¡Despídete de esa idea!

—He dicho que nunca he tenido intenciones hacia él, ¡nunca he tenido pensamientos indebidos!

—¿Quién creería tus mentiras? —Antonia replicó con dureza tan pronto como Yolanda terminó de hablar.

Los labios de Yolanda temblaban. No lo esperaba, realmente no esperaba que, en un
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