Capítulo 212
—¿Qué quieres decir con que la herida no parece reciente? —preguntó Alvaro, su tono era frío y autoritario. No le gustaban las respuestas ambiguas, especialmente con su experiencia en el mundo de los negocios donde siempre buscaba certezas.

Diego respondió:

—Estoy respetando tus deseos. Si quieres, puedo realizar una evaluación más precisa para confirmar.

—Así que, ¿no estás seguro? —insistió Alvaro.

—¡Exacto!

—¡Qué pérdida de tiempo! —exclamó Alvaro, colgando el teléfono con frustración. No tenía interés en especulaciones o incertidumbres.

No quería pensar en cómo Yolanda había resultado herida... Cada vez que lo hacía, su corazón se apretaba. Imaginar el desespero de Yolanda en ese momento solo intensificaba su resentimiento hacia Delicia.

Al volver a la habitación, vio que Yolanda ya estaba sentada en la cama, el vendaje cubriendo sus heridas, devolviéndole su habitual apariencia serena y vulnerable.

—¿Por qué te has levantado? —preguntó Alvaro con el ceño fruncido al entrar en la
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