Cipriano Mangolini. Después de haber escuchado semejante aberración que, de hecho, se me hace muy difícil de comprender, termine echando a ese recién aparecido de mi casa. Aunque no se me hizo fácil echarlo de mi morada, se fue, no sin antes darme una mirada desafiante y una fuerte amenaza de que volverá a molestar. Al haberme deshecho de él lo primero en que pensé es ir a confrontar a Maye, pero, pensándolo bien no es una buena idea. Así que voy directo a mi oficina para poder calmarme. Me tomo un trago de whisky y lo medito detenidamente. Decidido a intentar arreglar un poco las cosas con ella, me dirijo a la habitación. Antes de abrir la puerta, tomo una bocanada de aire y entro. Lo primero que veo al entrar es a Eloísa hablándole amablemente a la mujer escurridiza mientras ella tiene una postura que denota inconformidad a sus palabras. Al verme hace una mueca que me desagrada y al mismo tiempo gira la silla colocándose de espaldas en mi dirección. Nunca pensé en tener que lidia
Maye Ruiz Las declaraciones de la mañana del diabólico lisiado me sorprendieron mucho ¿ahora quiere que nos tengamos confianza? Este tipo realmente está loco, siempre que pienso que reaccionara o actuara de una forma sucede todo lo contrario a lo que estoy esperando. Llevo tres días aplicándole la ley del hielo ¿será por eso que su temperamento cambio o más bien, porque se siente culpable de haberme herido y de nuevo terminar en el hospital? No lo sé, no debería estar pensando en eso, debo planear bien alguna estrategia para salir de aquí. Ahora que Giovanny sabe dónde me encuentro las posibilidades de escapar aumentaron. Ya quiero ver lo que hará para ayudarme. Por un momento pensé que no le había llegado mi mensaje y empecé a dudar, le gracias a Dios si lo recibió. Todos esos días en que me obligaba a aprenderme ese número de teléfono, aunque no quisiera, todo el empeño que le puso, ha valido la pena. Nuca imagine que después de tanto tiempo me haya sido de utilidad. Espero que el
Cipriano Mangolini.Siguiendo la recomendación de mi asistente, antes de llegar a casa le compre un pequeño ramo de flores a la mujer escurridiza. La empleada del lugar me hablo de algo que, entre los floristas, le llaman el lenguaje de las flores. No sabía de eso porque nunca he sido un hombre que se fije en ese tipo de cosas, pero si es algo que puede hacer que Maye no huya de mí, al menos por el momento, me esforzare por tenerlo en cuenta.Según me explico la empleada de la tienda los narcisos representan un nuevo comienzo y espero que a partir de ahora las cosas mejoren en casa. Silvino tiene razón, si vamos a convivir como pareja, aunque sea falsa, mi hogar no debería ser otro campo de batalla. Debería ser el lugar donde puedo estar tranquilo sin muchas preocupaciones o sentir que duermo al lado del enemigo.Al llegar lo primero que hago es ir directamente a mi habitación y entregárselas, ella se ve algo reacia en aceptarlas. No dice nada y ni me mira cuando intento dárselas amab
Maye Ruiz. — ¿QUÉ LE DIJISTE QUE COSA? — Grita Giovanny con gran exaltación — No puedo creer que me hayas hecho venir hasta aquí para “rescatarte” como me indicabas en el audio que me dejaste y ahora me involucres en una mentira tan vil, una que daña completamente mi imagen del hombre más cotizado de la ciudad, me habían nombrado como el play boys y rompe corazones del año y tú me sales ahora con algo así, es un acto imperdonable Puedo sentir su frustración en cada frase que dijo, pero la verdad es que no lo pensé, es más por un momento lo sentí necesario, no me imagine esta reacción, intentare calmarlo. — Sé que cometí un error, pero no es para tanto, había olvidado la personalidad que tienes. Lamento mucho que te haya involucrado en este problema, pero no tenía opción, lo dije porque fue lo primero que se me ocurrió en el calor del momento, por favor ayúdame, solo será por un tiempo y además le hice prometer que no se lo diría a nadie. Te he pedido perdón un millón de veces, me p
Maye Ruíz — Oye Eva, ¿Te sucede alguna cosa? — No, solo estoy un poco distraída, no es nada. Como te decía, para aprovechar la tregua que propuso el lisiado, he estado tratando de ganarme su confianza. Estoy intentando averiguar algún secreto turbio o algo que él no desee que sea público para intentar comprar mi libertad con eso y creo que puede haber algo comprometedor. — ¿Y de qué se trata? — Veraz, el día que paso el segundo incidente, donde me corte los pies con los restos de los vidrios, después de que el guarda espaladas me derribara, me pareció ver al lisiado de pie. No lo recuerdo bien porque ese día estaba muy agitada, con la fuerza que ejerció el hombre al derribarme me aturdió tanto que, termine desmayada en el suelo. No logro identificar si fue mi imaginación o si paso realmente. — Ahora que traes a colación nuevamente ese incidente, me vuelve a dar coraje, entiendo por qué querías escapar de allí desesperadamente. Quisiera hacerle lo mism
Cipriano Mangolini. Estoy en la oficina y es inevitable para mí observar mi teléfono a cada minuto. Me siento angustiado, aunque fue mi idea tratar de llevarme bien con la mujer escurridiza, jamás me paso por la mente que darle algo de libertad me haría sentir de esta manera. En realidad, no puedo confiar plenamente en ella y es por esa razón que mi leal asistente y yo ideamos una estrategia infalible, para poder ver y escuchar lo que hace la mujer escurridiza cuando no estoy en casa. Hace algunos días Silvino junto con una compañía de vigilancia instalaron en mi casa el sistema de circuito cerrado. Les dije a todos que era por su seguridad, pero sin que la mujer escurridiza se diera cuenta, instale unas cámaras espías y micrófonos estratégicamente ubicados en la habitación y en su despacho. Pensé que lo tenía todo bajo mi control, lo que no esperaba es que la primera reunión con su amigo fuera lejos de casa. Sus lesiones en los pies se han sanado rápidamente, ya
— Que no te dé vergüenza hablar de lo que ocurre con tu familia. Yo mejor que nadie sé lo que se siente, no haberle dicho lo que consideramos que, debimos haber hablado con nuestros padres. Y cuando te das cuenta de ese error ya es demasiado tarde, él ya no estará allí para escuchar esas palabras y te arrepientes de no haberlo dicho en el momento que debiste hacerlo. Es una sensación con la cual lucharas el resto de tu vida ¿No es así? Le digo honestamente y con toda la seriedad que me caracteriza — No sabía que un hombre como usted podría sentirse así — ¿Por qué no? También soy un ser humano igual que tu Maye. Aunque no lo parezca, también siento y sufro. Por cierto, es la primera vez en todo este tiempo que te oigo hablar de tu familia. Nunca te he escuchado mencionar nada sobre ellos, ahora puedo darme cuenta del porqué. — Siendo honesta con usted, la verdad, no me gusta hablar de este tema. Me hace sentir nostálgica, mis padres murieron cuando yo era niñ
Maye Ruiz. Desde aquel día que, le conté lo que supuestamente les sucedió a mis padres al lisiado, es una mentirita blanca ya lo sé. Lo hice por una buena causa, fue para que se compadeciera de mí, por increíble que parezca, logre algo más que eso. Ahora me trata con más amabilidad, ya no tiene esa mirada desconfiada ni los músculos de su cara se ven tan contraídos como antes. Es como si se hubiera relajado un poco, aunque sigue siendo tan precavido como siempre pero cuando estamos juntos el ambiente ya no se siente tan pesado como al principio. Me siento un poco más cómoda ahora, la casa tiene más aire a hogar y hasta los empleados se ven menos inquietos ante su presencia. Espero que este aire refrescante dure hasta que pueda salir de aquí, antes era más difícil mi estadía en esta casa. La sentía como una jaula de oro, pero ahora me he acostumbrado un poco a estar aquí, no sé porque, pero ahora la veo más hermosa. Mi pie esta sanando rápidamente, pronto soltare