Capítulo once

Cuando intenté pararme para poder agradecerles correctamente el dolor me atravesó con considerable fuerza, solté un grito ahogado y caí de rodillas de vuelta al suelo.

Mis muchachos me miraron y rápidamente me levantaron entre todos formando una camilla de brazos y manos.

–Llévenselo, nosotros atenderemos a sus heridos–.

Reconocí de inmediato la voz de Logan y aunque quise protestar ante su orden, mis guerreros le obedecieron y me llevaron a mi casa con cuidado de no moverme para evitar que el hueso roto perforara alguno de mis órganos.

Pude alcanzar a ver como otros 20 lobos salían de los alrededores y cada uno se aceraba a una persona tirada y empezaba a atenderla, abrí los ojos desmesuradamente cuando los vi haciendo cortes profundos en su cuerpo y acercarse a donde se encontraban las heridas de mis chicos.

 Antes de que pueda entender lo que acabo de ver lleg

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP