Howard.Mientras llegábamos al lugar donde estaban secuestrados, la señorita Mary y Marcus, estudié los planos de la casa, para localizar donde podía estar el estudio. Donde seguro estaba Marcus, para poder así acceder a un ordenador.Debido a que gracias a que había podido, con ayuda de ese pequeño gran genio, controlar toda la informática, la seguridad, y control de las puertas de la casa, pude localizar donde podía estar encerrado él.Me había costado convencer a Mi lady para que no viniera con nosotros, estaba histerias y me había hecho prometer que le traería su hijo sano y salvo.-” Júramelo Howard, que mi hijo estará aquí en dos horas, como mucho, o me subo en el primer coche y entró en esa casa, para sacarlo de allí, yo misma, prométemelo, que harás lo que sea para tenerlo aquí, lo antes posible.”- me exigió, a cambio de no presentarse en la casa.Cuando llegamos a la finca, ya estaban preparados, todos los equipos para asaltarla, así que desbloqué todas las puertas, y anulé l
Cathaysa.Me desperté a las tres de la mañana, con un dolor de cabeza espectacular, nadie me manda a beber, como si no hubiera un mañana, pero recordé que debía hablar con Duff, mañana nos casaríamos y no quería que hubiera secretos entre los dos. Debíamos ser uno, en esto no ayudaba que algo tan grande, me lo ocultara. ¿O será que después de esa noche, se hubiera curado? La verdad era que sólo deseaba comprobar que de verdad había en las afirmaciones de la bruja de Emily Sinclair. Lo mismo era todo mentira y yo estaba aquí comiéndome la cabeza, tenía que averiguarlo, me puse un conjunto más sexy que tenía, con cuidado y sin hacer ruido para no despertar a nadie por el pasillo, llegué a la habitación de Duff. Pesé que tardaría en abrir, pero al segundo toqué la puerta se abrió. - “¿Qué haces aquí? Es…”- no lo deje terminar, sin pensarlo me abalance sobre él, besándolo. Me respondió en milésimas de segundo abrazándome y cerrando la puerta para apoyarme en ella. - “¡Dímelo!”- le dije en
Abigail.Después del día de ayer, lo menos que me apetecía era ir a una boda, aunque esta fuera la de mi mejor amiga. No pude asistir a la de Mary, ya que tenía que estar con Marcus, pero la de Cathy se iba a realizar en unas seis horas, Lo único que me animaba era que era una manera de fastidiar al cabrón de William, y a la despreciable de su madre, y que sabía que mi amiga iba a estar con un buen hombre, que si mi intuición no me fallaba la haría muy feliz.Mire a Marcus y a Howard, ambos aun dormían, no pudimos soltar a mi hijo, de los brazos de Howard, se había aferrado a él y a su camisa, mientras dormía. Mi hijo es muy sensitivo, y el Señor X, habían congeniado muy bien con él, en poco tiempo.Marcus tiene un don, notaba las vibraciones que emiten las personas, o su aura, no sé cómo explicarlo, tienen que ser que, al ser tan especial, ve el mundo de forma diferente, lo que les hace tan únicos. Lo que quiero decir es que mi hijo, rechaza a todo aquello que no emite buenas vibracio
Cathaysa.Esto de escapar de una habitación antes del amanecer cuando apenas has dormido, porque no deseas que tu madre ponga el grito en el cielo, no es nada conveniente.Mi madre es muy tradicional, para ella las tradiciones lo son todo. Su paciencia tenía un límite, y ya tuvo que ceder cuando, su hijo mayor se casó, deprisa y corriendo, sin que ella lo acompañara al altar. Si añadimos que no fue una boda católica, y que mis padres no pudieron asistir, ya tienes a una mujer de cincuenta y nueve años, con una crisis reprochando a sus hijos como se habían portado con ella. Aún recuerdo sus lamentaciones, cuando llegamos de la boda de Mary.-” No lo entiendo Benearo, tus padres no te educamos así, esto se tiene que hacer bien, no deprisa y corriendo como si tuvieran que ocultar algo”- tuvo que intervenir mi padre para calmarla, y mi hermano prometerle que cuando llegáramos a Canarias, mi madre podría programar la boda que mi madre quería. Lo que le valió una mirada de advertencia de su
Cathaysa.La espera tras las puertas se me estaba haciendo desesperarme no estaba hecho para esperar, y la actitud mi madre no estaba ayudando demasiado, comprendía que era su única hija y era el día de su boda, pero que se mantuviera en esa actitud, no ayudaba nada.-” ¡Por favor, mamá! ¡Me estas poniendo nerviosa!, deja de dar órdenes a mi alrededor, ya bastante estresado estaban todos los del staff, para que tú encima los pongas más nerviosos. Nos han explicado exactamente, que en cuanto empiece la marcha nupcial, entramos ¿qué dificultad tienes eso?”- estaba harta del día que me estaba dando mi madre. Aunque sabía que la culpa no era solo suya, se sentía frustrada por culpa de mi hermano.Aún no había digerido su primogénito, se hubiera casado de secreto, y si encima sin que ella asistiera a la boda. Así que me estaba haciendo pagar a mí, por todos los errores del idiota de Zipi.Mi padre llegó el momento, y con la mirada le supliqué, que por favor alejara a mi madre de mí. Lo ente
Cathaysa Vi que con el comentario Duff, se tensaba, todo el mundo se mostraba curiosos, todos menos mi familia, que estaba incomoda con la presencia de William, sobre todo porque mi hermano no hacía más que intentar soltarse de quien lo tenía agarrado, para ir a por el estúpido de William, nada lo calmaba, hasta que Mary lo abrazo, y le pidió que se quedara con ella, eso consiguió apaciguarlo.Yo por mi lado me acerqué a Duff y le toqué la espalda, esta acción pareció divertir a William.-” Sera mejor que lo toques, o hazlo sólo por encima de la ropa, no queremos que el gran heredero Sinclair, se ponga enfermo, ¿no?”- dijo de nuevo William burlón, cada vez más intentado que Duff perdiera la paciencia.-” Así que sabe de la enfermedad de Duff, seguramente su corrompida madre le habló de ello.”- pensé.La tensión en el cuerpo de Duff era cada vez mayor, si seguía así iba a estallar, y nunca lo he visto verdaderamente enfadado, no quería que William se saliera con la suya debía de hacer
Duff.El resto de lo que quedo de la celebración de la boda transcurrió muy bien, yo le impuse el Tartán a Cathaysa, cubriéndolo a los dos con él para luego sujetarlo alrededor de su cuerpo, de la forma tradicional, declarando que me pertenecía, que la reclamaba como mía, como hacían los grandes guerreros del mi clan, en su época, cuando se casaban con sus esposas, sobre todo el caso de los Lairds del clan.Mi esposa tenía una idea muy romántica y excitante de los clanes y las tradiciones de nosotros los escoceses, por su parte a mí me gustaba cumplir sus expectativas, mientras pueda, y si le ilusionaba que en su boda se cumpliera estas tradiciones, las iba a cumplir todas. Aunque la que más me gustaba a mi es la que haremos esta noche, mientras cumplimos con la tradición de nuestra primera noche como marido y mujer, en nuestro lecho nupcial, el tartán de mi familia nos cubrirá, para asegurar así que los hijos de mi clan, ósea mis hijos, serás concebidos bajo la protección del clan.
Duff.Sentí más que vi, como la onda expansiva me impulsaba para atrás justo después de haber llegado junto a Cathaysa. Casi no me dio tiempo de abrazarla, mientras ambos caíamos contra en suelo e intentar taparla con mi cuerpo. Me golpeé fuertemente la espalda contra el suelo, pero me olvidé del dolor, para comprobar cómo se encontraba mi mujer.Noté que no respiraba, y en su muñeca, no tenía pulso, en ese momento mi mundo se paralizó y el terror me atravesó, actué por instinto y comencé a realizarle la RCP.Oía gritos a mi alrededor, gente que se acumulaba rodeándonos, otras personas les indicaban que dejaran espacio, no sabía quién hablaba, ni reconocía a nadie.Los oídos los tenía taponados por le explosión, mi mente, mi concentración y mi vida estaba puesta en reanimar a la mujer que tenía frente a mi, mientras le realizaba las compresiones en el pecho y comprobaban si volvía a respirar.-” Por favor mi diosa ninfa, no me dejes quédate conmigo por favor no me dejes, me ha costado