Cathaysa Vi que con el comentario Duff, se tensaba, todo el mundo se mostraba curiosos, todos menos mi familia, que estaba incomoda con la presencia de William, sobre todo porque mi hermano no hacía más que intentar soltarse de quien lo tenía agarrado, para ir a por el estúpido de William, nada lo calmaba, hasta que Mary lo abrazo, y le pidió que se quedara con ella, eso consiguió apaciguarlo.Yo por mi lado me acerqué a Duff y le toqué la espalda, esta acción pareció divertir a William.-” Sera mejor que lo toques, o hazlo sólo por encima de la ropa, no queremos que el gran heredero Sinclair, se ponga enfermo, ¿no?”- dijo de nuevo William burlón, cada vez más intentado que Duff perdiera la paciencia.-” Así que sabe de la enfermedad de Duff, seguramente su corrompida madre le habló de ello.”- pensé.La tensión en el cuerpo de Duff era cada vez mayor, si seguía así iba a estallar, y nunca lo he visto verdaderamente enfadado, no quería que William se saliera con la suya debía de hacer
Duff.El resto de lo que quedo de la celebración de la boda transcurrió muy bien, yo le impuse el Tartán a Cathaysa, cubriéndolo a los dos con él para luego sujetarlo alrededor de su cuerpo, de la forma tradicional, declarando que me pertenecía, que la reclamaba como mía, como hacían los grandes guerreros del mi clan, en su época, cuando se casaban con sus esposas, sobre todo el caso de los Lairds del clan.Mi esposa tenía una idea muy romántica y excitante de los clanes y las tradiciones de nosotros los escoceses, por su parte a mí me gustaba cumplir sus expectativas, mientras pueda, y si le ilusionaba que en su boda se cumpliera estas tradiciones, las iba a cumplir todas. Aunque la que más me gustaba a mi es la que haremos esta noche, mientras cumplimos con la tradición de nuestra primera noche como marido y mujer, en nuestro lecho nupcial, el tartán de mi familia nos cubrirá, para asegurar así que los hijos de mi clan, ósea mis hijos, serás concebidos bajo la protección del clan.
Duff.Sentí más que vi, como la onda expansiva me impulsaba para atrás justo después de haber llegado junto a Cathaysa. Casi no me dio tiempo de abrazarla, mientras ambos caíamos contra en suelo e intentar taparla con mi cuerpo. Me golpeé fuertemente la espalda contra el suelo, pero me olvidé del dolor, para comprobar cómo se encontraba mi mujer.Noté que no respiraba, y en su muñeca, no tenía pulso, en ese momento mi mundo se paralizó y el terror me atravesó, actué por instinto y comencé a realizarle la RCP.Oía gritos a mi alrededor, gente que se acumulaba rodeándonos, otras personas les indicaban que dejaran espacio, no sabía quién hablaba, ni reconocía a nadie.Los oídos los tenía taponados por le explosión, mi mente, mi concentración y mi vida estaba puesta en reanimar a la mujer que tenía frente a mi, mientras le realizaba las compresiones en el pecho y comprobaban si volvía a respirar.-” Por favor mi diosa ninfa, no me dejes quédate conmigo por favor no me dejes, me ha costado
Cathaysa.Me encontraba inmovilizada, el cuerpo no me respondía, y todo estaba oscuro, de repente sentí un contacto cálido, un contacto conocido, en mis labios, duró más de lo normal y me sentí segura, protegida, comencé a escuchar los sonidos a mi alrededor. Pero algo me impedía abrir los ojos, moverme y hablar, estaba como encerrada en mi cuerpo, el cual me instaba a dejarme llevar, a permanecer así, estática, tranquila, para que nada me afectara. Cuando comencé a ceder a esa sensación, una voz, la voz que desde hace días conseguía alterarme el ritmo cardiaco, excitando mi cuerpo y mi mente, retumbo en mi oscuridad, y no me dejo alejarme.Al principio oía murmullos de fondo, pero tras sentir ese contacto abrumador en mis labios, mi atención se centró, en la voz que me hablaba que identifiqué enseguida como la voz del hombre que amaba. Me esforcé en entender todo lo que me decía, porque sabía que hablaba conmigo, y me aferré a su voz, para anclarme a su lado.-” Mo bhan-dia nymph, no
Cathaysa.Cuando sacaron a casi a la fuerza a mi marido de la habitación del hospital, no pude evitar preguntar que era verdaderamente lo que había pasado a Pocahontas, mis recuerdos estaban algo borrados, recordaba mi boda, la interrupción de William, el sí quiero, y parte de la celebración posterior, también recuerdo que corrí con un paquete, pero en general mi memoria tenía lagunas. Abigail no me pudo responder en ese momento porque Marcus estaba a mi lado, muy preocupado, y era peligroso dar cierta información cuando mi sabio príncipe estaba cerca, le podia dar ideas que pondría la presión arterial de su madre, en peligro de sufrir un colapso. Además, en ese momento, la mamá gallina entro. Acompañado por el gallo herido y los polluelos, mejor dicho, los aprendices de gallo.Mientras mi madre no hacía más que agobiarme, por el susto que le había dado, por lo imprudente que había sido, reprochándole de vez en cuando a mi padre por no encontrar a los mal nacidos que había hecho eso a
Duff.Mirábamos la mampara de metacrilato reforzado, mientras esperábamos que nos trajeran a la presa, el habitáculo estaba lleno de visitantes a la espera que llegaran los presos que iban a visitar. Miré a Cathaysa, ella me apretó la mano y me sonrió. -” Termina con esto rápido, para llegar a nuestra habitación y encerrarnos toda la noche, que nos traigan comida, y así comenzaremos nuestra vida de casados retrasada.”- me dijo en un susurro, en el oído.-” Sera rápido, Mo bhan-dia nymph.”- le dije, justo en ese momento apareció ante nosotros Emily Sinclair. Al vernos, en un principio se sorprendió, y tardo unos segundos, en reaccionar. Finalmente adecuo su cara y se mostró más seria, pero dejes de que estuviera afectada.-” Te sorprende de vernos, verdad, te puedo decir que, excepto por unos estúpida arañazos que ya se han curado, tu plan no salió bien.,”- su cara intento disimular, pero cuando alguien es tan soberbia como Emily siempre hay algo que te delata, en el caso de mi cuñada
Ruyman. Esto estaba siendo un auténtico suplicio, mi casa se había convertido, en el hogar de Romeo y Julieta, el troll de mi hermano se había convertido, en un estúpido, un Romeo de tres al cuarto. Mi cuñada, no dejaba de recibir flores, joyas, la llama a todas horas, había pasado de siempre hacerle la vida imposible, y prácticamente no dirigirle la palabra, a casi ni dejarla trabajar tranquila, siempre pendiente de ella, quería que dejara de trabajar, y había recibido una amenaza de mi cuñada de que, si intentaba controlarle la vida, dormiría conmigo una temporada. -” ¡Ni que yo hubiera hecho algo!, para que me castigase así, soportando los lloros enamorados de mi tonto hermano gemelo.”- Cuando íbamos a su despacho debíamos llamar antes, no sea que Zipi estuviera seduciendo a su mujer sobre la mesa de su despacho. La misma Mary, se estaba hartando de la situación, era como si viviera con otro hombre del que se enamoró. Al idiota de Bencomo, le había dado una infección de enamoram
Cathaysa. Han pasado ya casi dos años desde que Duff y yo nos hemos casado, mi vida no puede ir mejor de lo que va. La empresa que gestiono va viento en poa, Abigail y yo hemos creado unas nuevas de estrategia de márquetin para las agencias de viaje Canary Paradise, que están teniendo bastante éxito, incluso estamos expandiendo las rutas hasta Asia, así mi hermano Zape está recibiendo más clientes europeos en sus hoteles. Las reservas de los hoteles en Canarias están llenas, al final el idiota de Zipi no es tan tonto, como todos creíamos, pero claro, como dice el dicho detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y Mary es lo mejor que le ha podido ocurrir al idiota de Zipi. No solo profesionalmente sino personalmente, ya que hace un año que soy tía de dos preciosas gemelas, pelirrojas de ojos azules, las verdaderas princesas reales de él gran empresario Carlos Bencomo, y la reina madre, Diane Pelayo. Mi padre al nacer sus nietas dejó todo el control a su hijo mayor, para ayudar a s