Se giró y observó a Pablo detrás de ella, llevaba las manos en los bolsillos.—No te me acerques —le advirtió —¡olvidas quién es mi esposo! Pablo le mostró una sonrisa maliciosa; parecía no preocuparse por sus palabras.La joven dio un paso atrás, presa del pánico, todavía recordaba el día en que él había enviado a asesinarla. —Crees que eso me importa, cariño. Pablo la tomó del cuello y ejerció algo de fuerza. Sofía intentó soltarse, pero le resultaba imposible.—Puedo hacer contigo lo que quiera, puedo matarte en este momento, pero no sería divertido.El hombre aspiró el aroma de su cuello. Sofía se sintió asqueada, trató de soltarse sin éxito.—Suéltame, me das asco —habló con repulsión.Pablo soltó su cuello, pero le dio tremenda bofetada que la hizo caer al suelo. En el proceso se lastimó el tobillo.Podía sentir el sabor de la sangre en sus labios, se levantó del suelo y miró fijamente a Pablo.—Eres un maldito cobarde, no eres nadie sin el dinero de mi herencia, no es verdad
Pablo estaba furioso, golpeó su escritorio con fuerza, había estado tan cerca. Si no fuera por el inútil de su tío, Sofía estaría muerta. Al parecer tenía ojos por todos lados, los medios no habían dejado de acosarlo para obtener una respuesta válida.¿Cómo explicaría lo sucedido? Estaba harto de todos, no tenía paz.Respiró profundamente y trató de calmarse, llamó a su abogado para que redactara un documento realmente importante. Patricia estaba en el ascensor, el chófer de su esposo la había llamado para contarle lo sucedido, no podía creer que Pablo fuera tan imbécil como para exponerse de esa manera.Tuvo que amenazar a algunas personas para qué la noticia y los videos no fueran publicados.La puerta se abrió de par en par, salió hecha una furia, ingresó a la oficina de golpe, observó a su marido sentado en el sofá.Tenía varios golpes en el rostro, obviamente se había peleado con Darío por la estúpida de Sofía. Se acercó y le dio tremenda bofetada, se sentía avergonzada, no en
Gabriela había estado platicando con Darío y Sofía por un largo tiempo, le parecía un hombre bueno, un poco serio, pero tenía un gran corazón. Podía notar el cariño que le tenía a la hija de su Sofía, él la había puesto al día con todo. Después de todo, Patricia no había tenido la boda de sus sueños y de seguro estaba preocupada por la reaparición de Sofía. Su padre también le había dado la espalda a Sofía, parecía tenerle más devoción a Pablo que a ellas. —¿Vas a reclamar tu herencia o piensas dejárselo a ese bastardo?—Eso jamás, el abogado de mi esposo se está haciendo cargo de todo —respondió con tranquilidad. Gabriela se sintió tan feliz de saber que los planes de ese desgraciado no le habían resultado. Su prima gozaba de buena salud, al igual que la pequeña. —Debe de estar molesto, pagaría por ver su cara de decepción. El que obra mal siempre recibe su castigo tarde o temprano. —No lo dudes, debe de estar furioso, revolcándose en su rabia, su ambición lo ha llevado a come
—Papá, cómo puedes hacer esto —exclamó Rubén, furioso —esa mujer le fue infiel a mi hijo, fingió su muerte, y ahora viene con alguna excusa, apoyada por el bastardo de tu hijo. El anciano volvió la mirada a su hijo; era evidente que no toleraba a Darío y Sofía por ser su esposa. —¿Qué pretendes que haga, cerrarle la puerta a mi hijo como lo hice en el pasado? ¿Eso pretendes?Rubén estaba decidido a sacar a esos dos intrusos de la mansión a cómo diera lugar. —Eso es lo que deberías de hacer. Si es que todavía te preocupas por esta familia, hay personas que no deberían ni llevar nuestro apellido. —Cómo puedes hablarle al abuelo de esa manera, papá, tiene sus razones, no puedes tapar el sol con un dedo, algo no está bien —habló Andrew. Su padre le dedicó una mirada filosa; no podía creer que su propio hijo estuviera en su contra.Andrew estaba de pasada, al escuchar el escándalo, decidió ir a mirar qué sucedía. Se llevó la sorpresa de ver a su tío acompañado de su nueva esposa. —¿D
Rubén tomó su celular y decidió llamar a su hijo para advertirle lo que sucedía en su ausencia. Las cosas podían tornarse más oscuras con el pasar de los días.Después de un par de segundos escucho la voz adormilada de su hijo. —¿Papá, que sucede? Es mi luna de miel, se supone que debo de estar alejado del trabajo. —Sofía y Darío están en la mansión, le contaron todo a tu abuelo. Pablo se preocupó al escuchar las palabras de su padre, esa maldita zorra se había atrevido a ir a hablar con su abuelo, eso no era posible. Estaba en serios problemas, pero todavía tenía un as bajo la manga. —Bueno, al parecer no valoran mucho su vida, no es así. —Espero logres arreglar todo esto. Pablo cortó la llamada, estaba realmente molesto, iba a lanzar su celular contra la pared cuando recibió la llamada de su secretaria. —¿¡Qué carajos quieres!? Te ordené que no me llamaras a menos de que no fuera estrictamente necesario. —Lo lamento mucho jefe, pero el teléfono no ha parado de sonar, algo n
Gabriela observó a su prima subir las escaleras como si estuviera loca, ¿acaso algo malo había sucedido?Decidió seguirla, acaso el abuelo había sido duro con ella, o la familia Allen la había tratado mal.Llamó a la puerta de su amiga, y segundos después la observó abrir la puerta. Tenía la carita roja como un tomate; parecía avergonzada. —¿Qué sucedió?—Soy una tonta.Gabriela sintió más curiosidad, acaso se había vuelto loca o algo parecido, acaso era contagioso, ya que Darío parecía confundido cuando ingresó por la puerta.—¿Qué significa eso?—Lo besé, bueno, él lo hizo, pero yo no lo detuve, me quedé allí disfrutando de sus besos. Esto es demasiado, soy una tonta. Él solo me ve como su aliada, no como algo más, además es el tío de mi exesposo, que dirán de mí luego.Gabriela se rio al escuchar las palabras de su prima, pensó que algo más grave había sucedido.—Al parecer te gustan los hombres mayores, no puedo negar que Darío es todo un papacito, incluso alguien como yo, caería
Sofía no podía dejar de pensar en lo que había sucedido la noche, anterior; había pasado toda la tarde distraída. Su prima le había ayudado a conseguir una entrevista, Pablo debía de buscar donde ocultarse, estaba dispuesta a decir toda la verdad. Se acercó a la pequeña y la cargo en sus brazos, Elena era realmente hermosa, era su razón de existir.Avanzó por las escaleras, luego se dirigió al jardín, coloco a la pequeña sobre una manta, luego tomo un libro y se dispuso a leer un rato.Necesitaba dejar de pensar en Darío por un momento.Su teléfono empezó a timbrar, miro la pantalla, era un número desconocido, decidió responder.—¡Aló!—Sofía, cariño, es un gusto escuchar tu voz, decidí llamarte porque tenemos que hablar. Tienes que detenerte o vas a terminar en el cementerio. Me escuchas, esta vez no pienso fallar, te lo juro por mi vida, las personas que aprecias correrán la misma suerte.Sofía se quedó en silencio por un momento. Ella no podía tener miedo, no en ese momento. Habí
Darío estaba completamente distraído, seguía sin entender qué debía de hacer; esa mañana su esposa ni siquiera le había dirigido la palabra.Se había arreglado ella, tampoco alzó a mirarlo, no sabía si estaba molesta o simplemente no quería hablar con él.—¿Sigues pensando en ella?—Vas a empezar a molestarme de nuevo.Levantó la mirada y observó la hermosa orquídea en la mano de su asistente.—De nada, aquí está el regalo perfecto. Gracias a su prima, me di cuenta de que le fascinan las orquídeas, los diamantes rosados y los chocolates. Puedes sorprenderla esta noche.Una sonrisa asomó en sus labios. La orquídea era realmente hermosa. Entonces entendía por qué le gustaban.Eran tan idénticas a ella que llamaba la atención de cualquiera que la viera, incluso dejaba a cualquier hombre sin aliento.—Gracias, después de todo eres muy eficiente. —Discúlpame, señor, siempre soy eficiente. Su sobrino está perdiendo mucho dinero. La familia Allen está alarmada, en especial su padre, que pid