Sofía trataba de estar tranquila por el bien de su bebé, habían intentado rastrear el celular de Gaby, sin resultados positivos.Habían encontrado en teléfono en un basurero, completamente destrozado. Linda no había dicho nada más, habían transcurrido dos días más y la angustia la estaba matando.Era como si la tierra se hubiera tragado a ambas.Bebió un sorbo de café. Habían sido días realmente difíciles, y su esposo se veía muy preocupado.Había visto la grabación del interrogatorio de Patricia, creía que esa mujer fingía no saber nada.La empleada le entregó un sobre a Darío, tenía el nombre de Sofía en el exterior.Lo abrió sin pesarlo, contenía una dirección y hora, era todo lo que contenía y estaba formada por Patricia.El teléfono de Sofía empezó a timbrar, miro la pantalla, era un número desconocido, atendió rápidamente.—Espero mi socia te haya enviado la dirección, nos vemos en ese lugar, no faltes, debes de venir sola, sin armas ni policías, de lo contrario la voy a elimina
Pablo salió de la ducha con una toalla enredada en su cintura. Observó a Linda vestirse, no podía negar que la mujer era realmente hermosa.Cómo su tío había podido dejar escapar algo como eso, Darío era un completo imbécil. —Ten cuidado, hay muchos policías rondando la ciudad.—No deberías de preocuparte por mí, estaré bien. Tu esposa debe de estar molesta, se encuentra en una celda esperando ser rescatada por su príncipe —habló en modo de burla.—Ella estará bien, debe de estar enojada, pero se le pasará en cuanto me vea. —Cuando se entere de todo lo que estás planeando, va a odiarte. No te da miedo lo que pueda hacer en tu contra, una mujer herida es sumamente peligrosa, grábatelo. Pablo empezó a vestirse con total tranquilidad. —No tiene dinero, mucho menos influencias, sé muchos de sus secretos, así que le conviene quedarse tranquila. Pablo observó a la joven salir de la habitación y marcharse. Se colocó los zapatos y salió del hotel y unos minutos después estaba en la esta
Sofía despertó con un dolor agudo en el vientre, eran las dos de la madrugada. Se levantó de la cama lentamente, sentía que le estaban desgarrando algo por dentro.Avanzó lentamente por los pasillos, de seguro Darío estaba en la planta baja. Grito el nombre de su esposo, en cuestión de segundos él estaba junto a ella, le miraba con preocupación.—¿Sofía, estás bien?—Duele mucho, tengo miedo —murmuró —el bebé.Darío se acercó y levantó a la mujer en sus brazos, y salió prácticamente corriendo de la mansión.Andrew y Félix lo siguieron en su auto.Al llegar al hospital, una enfermera lo ayudó. Estaba realmente angustiado, Sofía había estado muy preocupada y estresada en los últimos días.Era consciente de que eso podía afectar su embarazo, caminaba de un lado al otro en el pasillo.Su sobrino llegó y se detuvo a su lado.—Patricia está en la estación de policía, todos sabemos que no fue ella, alguien trató de inculparla.—Esa mujer miente mejor que cualquiera de nosotros y lo sabes,
—¡Cómo puedes decir una estupidez como esa! Acaso quieres terminar en la cárcel, sé muchos secretos tuyos, mi vida, a mí no puedes amenazarme, lo olvidas.Pablo miró a su amada esposa; ella no sabía de lo que él era capaz o simplemente intentaba ignorarlo.—Te utilicé para llegar a donde estoy. Si hablas, venderé este video al mejor postor. ¿Lo recuerdas? Cuando asesinaste a varios de los empleados de Sofía, por puro placer, no me hagas hundirte conmigo.Patricia se limpió las lágrimas, estaba molesta, dolida, una mezcla de emociones se arremolinaba en su interior.—Tú ganas, de acuerdo, pero debes de tener cuidado al dormir, mi amor, puedes no despertar luego, te odio maldita escoria. Patricia salió del lugar con una mano en su pecho; sentía que toda su vida había terminado en fracción de segundo.Estaba en la calle, sin un solo centavo; Pablo la había traicionado.Las lágrimas bañaron su rostro y nublaron su visión, había recibido un golpe fuerte.El karma se había hecho cargo de e
Patricia empezó a caminar sin rumbo nuevamente, tomó su celular y marcó el número de su antigua amiga. —¿Patricia, estás bien? —escuchó la voz preocupada de la joven.—En realidad no lo estoy —respondió con sinceridad.—No vemos en el lugar de siempre en media hora.Continuó caminando, su corazón dolía de manera inexplicable, había llamado a su madre, pero ella le dejó muy en claro que no quería volver a verla.No le perdonaba la muerte de su hermano, incluso a ella misma le costaba perdonarse, fue una tonta que pensó con el corazón y no con la razón. La vida estaba dándole la lección de su vida, se encontraba cerca del café que ella y su amiga frecuentaban casi a diario, tomó asiento en una de las mesas y ordenó una taza de té para los nervios.Había dormido en un hotel de mala muerte la noche anterior y con el poco dinero que le quedaba, había comprado algo de ropa y comida. Jamás imagino que llegaría a estar en una situación como esa, Pablo era un maldito desgraciado. ¿Pero cóm
Linda le colocó esposas en las manos a su rehén; así se evitaba algún problema. No podía permitir que Sofía escapara de sus manos; su primera parte del plan, estaba en camino. —Nos vamos, sé que lo vas a disfrutar tanto como yo. —No pienso moverme hasta que dejes libre a mi prima.—Obviamente, ella no está aquí, no soy estúpida, sé que Darío está en algún lugar, no quiero terminar en sus manos, ahora camina o sabes lo que pasará.Linda tomó el brazo de Sofía, caminó rápidamente hasta el ascensor de servicio; marcó el primer piso. Avanzó por el pasillo y salió por la puerta trasera donde había un auto y obligó a su rehén a hacer lo mismo.Sofía sabía que no podía discutir con la mujer, solo obedecer, no quería perder a Gaby.Andrew ingresó a la habitación para encontrarla vacía, la ropa y los accesorios de Sofía estaban en la mesa.Salió prácticamente corriendo del lugar y dio aviso: no podían estar lejos.Darío, al escuchar el mensaje, salió prácticamente corriendo del auto. Al l
Linda ato a Sofía a una silla, había sangre en el rostro de la mujer, tomó una cerveza, la abrió y bebió un sorbo.Podía notar la mirada asesina de Sofía sobre ella, sonrió ampliamente. —Me odias, no es verdad, el sentimiento es mutuo. Al fin tendré el placer de deshacerme de ti. Esperé tanto tiempo por este momento, por la mañana. Ustedes dos están muertas; lanzaré sus cadáveres al lago congelado. Después de meses, en el verano, encontrarán sus cuerpos. Sofía intentó soltarse, pero era imposible. En ese momento estaba en las manos de esa loca. —Lo haces porque no quieres aceptar la realidad, él jamás volverá a poner sus ojos en ti, no te engañes. La mujer tomó la lata de cerveza y la lanzó contra la pared. Gabriela miró a Sofía y negó con la cabeza, no quería que Sofía hiciera enojar a la mujer. —Si me haces enojar, voy a desfigurar tu bello rostro. —Suficiente, Sofía —la habló Gaby —no quiero que te haga daño, es mejor que te quedes tranquila. Sofía soltó un suspiro pesado,
Darío soltó el cuello de la mujer, sabía que no podía confiar en una rata como Patricia, pero qué opción tenía en ese momento. —Son para protección, últimamente tengo muchos enemigos al acecho, incluyéndote. Iré a buscarlas, puedes venir conmigo o quedarte, como quieras.La mujer tomó el arma y la colocó en su bolso. Darío la miró con desconfianza.—Tú, ir a buscarlas, acaso me tomas por imbécil.—Quiero meterle un tiro a esa mujer en la cabeza y tengo mis motivos, así que no te metas en mis asuntos.La mujer le mostró una fotografía, se podía apreciar a Pablo y la mujer besándose apasionadamente a las afueras de un bar.Darío miró las fotografías por un momento, luego las colocó en la mesita. —Esa maldita intentó aprovecharse de mi buena voluntad, ahora la quiero muerta. Si Sofía sobrevive, podré cumplir la segunda parte de mi venganza: ver a Pablo en la calle, no pido mucho.Darío se cruzó en el camino de Patricia, no confiaba en ella. —¿Cómo sé que dices la verdad? Siempre has s