El gran día había llegado. Patricia miraba su reflejo en el espejo, se sentía como la mujer más afortunada del mundo entero.Se casaría con la persona que amaba. La boda se celebraría en uno de los hoteles de la familia Clark. No cualquiera podía casarse en un lugar como ese, obviamente ella era la dueña del hotel. —Te ves realmente hermosa —habló Violeta mirando a su amiga. —Lo sé, soy feliz, me casaré con el hombre que amo, nadie se interpone en mi camino. Patricia se colocó los zapatos, su vestido en corte princesa, la hacía ver hermosa, la puerta fue abierta, llamando la atención de ambas mujeres. La madre de Patricia ingresó a la habitación, miró a su hija y una sonrisa se dibujó en sus labios. Lo había logrado, su hija sería la esposa del hombre más rico de la ciudad. Si su hermano le hubiera dejado la herencia a su ella, todo sería diferente, pero había tomado la decisión de dejárselo a una mocosa estúpida. —Te ves realmente hermosa, se nota que eres una Clark, espero qu
Sofía —murmuró Pablo mirando a la mujer. La joven le mostró una sonrisa burlona, luego sus ojos cayeron en su prima, quien parecía estar aterrada. Pablo no sabía si correr o quedarse allí, había fingido ser un esposo dolido por la muerte de su mujer. Había dado una conferencia de prensa, y en ese momento estaba quedando como un maldito mentiroso. Sofía se veía diferente a cómo la recordaba, la mirada de desprecio que le dedicó la mujer fue realmente doloroso. —¡Tú! —la señaló su suegra —¡estás muerta!Sofía volvió la mirada a su exesposo, quien parecía haber perdido el habla de la impresión. —No estoy muerta, pero es lo que muchos de este lugar quisieran, ¿no es verdad?Sofía continuó caminando lentamente, las personas del lugar estaban asombradas, otros asustados, era un verdadero espectáculo. Darío miraba lo que sucedía con diversión; Pablo estaba obteniendo lo que merecía. —Vine a desearles mucha felicidad, en este día tan especial —habló Sofía mirando a ambos. —Lárgate de
—Y eso que, deberías estar feliz es nuestro matrimonio, ella quedó en el pasado. Pablo intentó levantarse, pero cayó sentado en el suelo. —Sofía sigue siendo mi esposa.Estaba demasiado ebrio, Patricia intentó pasar por alto las palabras de su ahora esposo.—No todo es color de rosa, después de todo, creo que el regreso de Sofía al mundo de los vivos lo afectó —habló Andrew mirando el estado de su hermano —que dirán los invitados si lo ven en ese estado, ebrio y hablando de su exesposa, ¡sería un escándalo! Patricia se cruzó de brazos, furiosa. Ese imbécil no sabía quedarse callado, siempre hablaba de más.Por ese motivo no lo toleraba. —Llévalo a la habitación, evita que lo vean, no necesito problemas innecesarios, suficiente tengo con que Sofía haya regresado.Andrew miró a la mujer con un semblante serio, no quería tener que hacer de niñera.—Es tu esposo, yo tengo asunto que atender.—Esto es importante, mira cómo está, apesta y parece haber perdido el juicio.Andrew miró a Pa
Linda estaba mirando las noticias, lanzó los libros que tenía en la mano contra la pared. Estaba molesta, entonces de eso se trataba. Darío estaba buscando vengarse de su sobrino, casándose con Sofía Clark. Una lágrima resbaló por su mejilla, estaba segura de que todo había sido planeado, obviamente su suegra lo sabía todo. —Maldito imbécil —grito molesta —te dediqué los mejores años de mi vida, me quedé contigo todo este tiempo y no fue suficiente. ¿Qué más querías de mí, que más?Tomo el jarrón de la mesa y la estrelló contra el suelo. —¿Qué más querías? Te di todo lo que tenía, egoísta. Lanzo todo lo que había en su escritorio al suelo, se llevó las manos al rostro y sollozó con fuerza, dolía. No había aceptado casarse con ella porque no estaba preparado, pero sí había accedido a casarse con otra mujer. Eso no lo podía aceptar, siempre decía no estar preparado, pero en ese momento se daba cuenta de la verdad. Él nunca la había amado, era simplemente un premio de consolación
Se giró y observó a Pablo detrás de ella, llevaba las manos en los bolsillos.—No te me acerques —le advirtió —¡olvidas quién es mi esposo! Pablo le mostró una sonrisa maliciosa; parecía no preocuparse por sus palabras.La joven dio un paso atrás, presa del pánico, todavía recordaba el día en que él había enviado a asesinarla. —Crees que eso me importa, cariño. Pablo la tomó del cuello y ejerció algo de fuerza. Sofía intentó soltarse, pero le resultaba imposible.—Puedo hacer contigo lo que quiera, puedo matarte en este momento, pero no sería divertido.El hombre aspiró el aroma de su cuello. Sofía se sintió asqueada, trató de soltarse sin éxito.—Suéltame, me das asco —habló con repulsión.Pablo soltó su cuello, pero le dio tremenda bofetada que la hizo caer al suelo. En el proceso se lastimó el tobillo.Podía sentir el sabor de la sangre en sus labios, se levantó del suelo y miró fijamente a Pablo.—Eres un maldito cobarde, no eres nadie sin el dinero de mi herencia, no es verdad
Pablo estaba furioso, golpeó su escritorio con fuerza, había estado tan cerca. Si no fuera por el inútil de su tío, Sofía estaría muerta. Al parecer tenía ojos por todos lados, los medios no habían dejado de acosarlo para obtener una respuesta válida.¿Cómo explicaría lo sucedido? Estaba harto de todos, no tenía paz.Respiró profundamente y trató de calmarse, llamó a su abogado para que redactara un documento realmente importante. Patricia estaba en el ascensor, el chófer de su esposo la había llamado para contarle lo sucedido, no podía creer que Pablo fuera tan imbécil como para exponerse de esa manera.Tuvo que amenazar a algunas personas para qué la noticia y los videos no fueran publicados.La puerta se abrió de par en par, salió hecha una furia, ingresó a la oficina de golpe, observó a su marido sentado en el sofá.Tenía varios golpes en el rostro, obviamente se había peleado con Darío por la estúpida de Sofía. Se acercó y le dio tremenda bofetada, se sentía avergonzada, no en
Gabriela había estado platicando con Darío y Sofía por un largo tiempo, le parecía un hombre bueno, un poco serio, pero tenía un gran corazón. Podía notar el cariño que le tenía a la hija de su Sofía, él la había puesto al día con todo. Después de todo, Patricia no había tenido la boda de sus sueños y de seguro estaba preocupada por la reaparición de Sofía. Su padre también le había dado la espalda a Sofía, parecía tenerle más devoción a Pablo que a ellas. —¿Vas a reclamar tu herencia o piensas dejárselo a ese bastardo?—Eso jamás, el abogado de mi esposo se está haciendo cargo de todo —respondió con tranquilidad. Gabriela se sintió tan feliz de saber que los planes de ese desgraciado no le habían resultado. Su prima gozaba de buena salud, al igual que la pequeña. —Debe de estar molesto, pagaría por ver su cara de decepción. El que obra mal siempre recibe su castigo tarde o temprano. —No lo dudes, debe de estar furioso, revolcándose en su rabia, su ambición lo ha llevado a come
—Papá, cómo puedes hacer esto —exclamó Rubén, furioso —esa mujer le fue infiel a mi hijo, fingió su muerte, y ahora viene con alguna excusa, apoyada por el bastardo de tu hijo. El anciano volvió la mirada a su hijo; era evidente que no toleraba a Darío y Sofía por ser su esposa. —¿Qué pretendes que haga, cerrarle la puerta a mi hijo como lo hice en el pasado? ¿Eso pretendes?Rubén estaba decidido a sacar a esos dos intrusos de la mansión a cómo diera lugar. —Eso es lo que deberías de hacer. Si es que todavía te preocupas por esta familia, hay personas que no deberían ni llevar nuestro apellido. —Cómo puedes hablarle al abuelo de esa manera, papá, tiene sus razones, no puedes tapar el sol con un dedo, algo no está bien —habló Andrew. Su padre le dedicó una mirada filosa; no podía creer que su propio hijo estuviera en su contra.Andrew estaba de pasada, al escuchar el escándalo, decidió ir a mirar qué sucedía. Se llevó la sorpresa de ver a su tío acompañado de su nueva esposa. —¿D