Elevó su mano para que un mesero se acercara, al instante la mujer le dio una nota escrita con lápiz labial sobre una servilleta, dejó una estricta orden, dando como propina mil dólares.

—No conoces mi rostro,¿cierto?— hablo la mujer.

El mesero no elevó la mirada, pero asintió con la cabeza gacha,— No la conozco señorita— respondió el.

Camino hasta el otro extremo del club con la copa sobre la charola.

En la mesa de Jayden, una copa de vino tinto fue puesta delante de él, junto con una servilleta de papel.

[— Para cupido que acaba de arreglar un matrimonio, ¡ Salud!… cupido tú y yo tenemos cuentas pendientes—] resaltó la mujer.

Jayden se mordió el labio con una sonrisa curveada en sus labios, elevó la mirada para buscar de donde provenía aquella misteriosa nota escrita con lápiz labial, olor a frambuesa.

—¿Quien es la mujer?— pregunto con los dientes apretados, sentía curiosidad, y vergüenza, al final el solo fue quien se nombró cupido.

—No lo sé— respondió el, dándose la vuelta para