—no lo sabe tía...—¡No acepto esta mierda! Selene no puedes ocultar quién eres, querida, porque van a querer pasar por encima tuyo, ay Dios, dónde tú padre se entere de lo cruel que es ese chiquillo contigo, creo que se va a desatar el infierno no de las dos familias ¿No pensaste en eso?— su tía Channel está furiosa, de paso, ella se manda un genio de los mil demonios—no lo había pensando de esa manera, es que yo quería que él fuera tal cual como es, y no por mi estatus, entonces me tratará hipócritamente —cariño, entiendo lo que me quieres decir, sabes que vamos a beber las dos, necesitas unos tips de cómo doblegar un hombre— Channel camina hacia la puerta —¡No tía, no inventes! Cuando todas las mujeres Villareal se reúnen parecen locas, y yo no quiero una relación dominante—cariño, baja de la nube dónde estás, los hombres son dominantes en la cama y las mujeres fuera de ese entorno sexual, somos las reinas, y deben besar nuestros piesChannel abre la puerta, y Tatiana por chism
—Selene, hablemos— pide Massimo mirándola fijamente a los ojos —¡No! Vamos Jorge, muero por bailar— ella lo agarra de la mano y se lo lleva a la pista de baile dejando a Massimo enfurecido, se siente burlado por parte de ella por no haberle dicho la verdad Tatiana es agarrada para ser sacada del hotel. —¡Massimo reacciona maldición! No dejes que me saquen de aquí—¡Cierra la maldita boca, no quiero escucharte!— Parrow se marcha y Selene se percata de ello—¡Déjenme malditos inútiles!— Tatiana intenta soltarse, pero no puede y la sacan del bar, se siente súper humillada y eso no lo dejara pasar por alto —no te sientas mal por lo que pasó— Jorge le habla a Selene en el oído—tienes razón, mejor olvidemos este mal rato porque aún queda noche por disfrutar—Selene se que es muy pronto, pero quiero que seas mi novia— ella se sonroja, no se esperaba esa propuestaSi Jorge se la hubiera hecho cuando estudiaban en la universidad, ella como una loca le hubiera dicho que sí, además, Jorge aú
—tú...— Selene siente que su pobre corazón se acelera y no lo puedo controlar —qué... ¿Qué haces en mi habitación?— pregunta ella aún dispuesta a golpearlo con la botella de vino —¿Disfrutaste con Jorge?— pregunta y apaga el cigarroMassimo se coloca de pie, y por fin Selene puede ver su silueta. —¡No estoy jugando Massimo! Vete— ordenó Selene, pero Massimo no lo hace, sino que se acerca a ella, pasos lentos pero firmes y todo lo hace para molestarla —te hice una pregunta— su voz ronca y determinante la hizo erizar hasta sus pezonesLa chica camina al otro extremo de la habitación, necesita llegar a la cama y agarrar la sábana para cubrir su cuerpo, no quiere que la vea desnuda.Pero Massimo la agarra del brazo y la atrae hacia él, la copa cae al suelo y se hace pedacitos, por lo que Massimo la carga y Selene abre sus ojos como platos, por poco y se le salen de las cuencas por su atrevimiento.Parrow la coloca sobre la cama, lo hizo para protegerla, no quería que ella se lastimara a
—ocultabas mucho con esa ropa de hombre, señorita Villarreal— Massimo está cruzando la línea—¡Deja de tocarme, maldito pervertido!— Selene ejerce más fuerza y Massimo gruñó de dolor —¡Me sueltas o te juro que estaremos en esta posición y morirás ahogando— el rostro de Massimo palidece, después de todo, Selene tiene fuerza —¡Está bien! Suéltame y te voy a soltar— dijo y Selene automáticamente lo suelta —bien, suéltame que me duelen las manos y ya estoy sudando, ¡Estoy estresada!— Selene está agitada—¡No lo haré!— Massimo sonríe maliciosamente —me has hecho pasar días de mierda, y de paso, te has burlado de mí, mereces ser castigada—¡Joder Massimo! Estás ebrio, ¡Suéltame ya que me estoy perdiendo la paciencia!— el rostro de Selene está rojo de la rabia —me tiene sin cuidado que estés molesta— Massimo acerca su rostro al de Selene y ella siente que el corazón se le va a salir —te odió tanto Selene Villarreal, pero debo admitir que me gusta tenerte bajo mis garras—¡Massimo! No te a
Fuertes palabras para Massimo Parrow, porque de repente se aleja de Selene, no quiero escucharla más y menos de que ella esté llorando.Se siente un asco de hombre, en su corta edad, digamos desde que empezó una vida sexual, las mujeres siempre lo han halagado por ser un adonis en la cama, pero ahora, Selene, la Curvy de sus pesadillas, aunque no lo quiera aceptar, lo está opacando, está lastimando su ego de hombre.Sin decir una palabra, busca su ropa en la oscuridad y se empieza a vestir. Su amiguito que estaba erecto y ansioso por sentir paredes húmedas y estrechas, se ha dormido. —¿Qué haces?— pregunta Selene, mientras observa la silueta de Massimo Pero simplemente el hombre no le responde, y el que calla otorga, sin embargo, Selene no se siente bien consigo misma.Al ver el acercamiento de Parrow, se desespera e intenta soltarse nuevamente, pensando que él le iba hacer algo, pero no, lo que hace es soltar una mano y luego retroceder, para así, marcharse.—¿¡Massimo!?— lo menci
Massimo Parrow, sabía que ella lo estaba mirando, pudo sentirlo. —vamos, es hora de ser atendido como un rey— dijo dándole una nalgada en el trasero—lo que tú digas guapo— sonríe ampliamente buscando sus labios con ferocidad y mientras se besan caminan a la habitaciónY allí quedó Selene, estática, sin poder dejar de mirar a la terraza solitaria, dónde escasos segundos vio al hombre que ama con otra mujer y eso fue demasiado frustrante. Sentía que sus huesos dolían, que necesitaba acostarse en la cama y llorar, sacar todo ese sentimiento amargo que la tiene inmóvil, porque siente que no puede moverse, ir no puede caminar hacia su habitación.—eres un idiota Massimo, pero todo este dolor que me estás haciendo sentir, la vida te lo devolverá el doble— dijo entre dientes, con su voz entrecortada por llorar. Al bajar su mirada, se percata de los trozos de vidrios rotos por haber dejado caer la copa, y da un paso hacia atrás para no cortarse. Aunque las piernas no le dan, porque es com
—¡No lo hagas!— interviene Selene pero, demasiado tarde—¡Selene, tienes 20 minutos para reunirnos!— ordena Massimo y Mariano arquea una ceja —¿Quién es usted, para que se atreva a hablarle a una mujer maravillosa como ella, de esa forma?— Mariano habló tan determinante que Selene le hace señas de que cuelgue la llamada—¿Quién carajos, habla?— pregunta Massimo y camina de un lado a otro —un hombre que tiene más pelotas que tú, y que sabe perfectamente que a una dama, como a Selene Villarreal, no se le habla de esa forma —¡No te importa, maldito imbécil!— le gritó Massimo, perdiendo la cordura —¡Sí me importa!— gritó aún más fuerte —¡No la molestes! Algún día no muy lejano te veré besando sus pies, cobarde de mierda— cuelga la llamada —¿Cobarde? ¡Cobarde...!— Massimo no dijo una palabra más, porque sabe que le han colgado la llamada —¡Ahh maldita sea!— espetó furioso y sintió el impulso de lanzar su móvil a la pared más cercana pero, se aguanta—¿Qué carajos?— Selene le quita el
—estaré ansioso porque llegué la noche— en realidad Jorge se emocionó con las palabras de Selene Parrow, hace una mueca de disgusto que ninguno de los tres que están a sus espaldas pudieron ver. Él continúa caminando, pero no piensa ser burlado, pues tienen un plan perfecto.Cuando Massimo se marcha por completo, Selene suelta el aire retenido. —¡Santa madre!— exclama Mariano y agarra la copa que contiene jugo de naranja y la bebió a fondoJorge no deja de mirar a Selene, aunque sabe perfectamente que algo le pasa con Massimo, también sabe que es su oportunidad para conquistar el corazón de Selene.Ella se suelta del agarre de Jorge, y baja su mirada por la vergüenza. —Entonces... ¿Nos vemos esta noche?— pregunta Jorge y sus ojos brillanEl rostro de Selene se sonroja hasta sus orejas.—Jorge yo dije todo eso porque...— Mariano la interrumpe, sabe que ella iba a ser sincera con Jorge—en la noche, nos vemos, Jorgito— Mariano le guiña el ojo —en tus sueños Mariano, no me mires con ga