Charles tiene el rostro enrojecido, por lo tanto, la señora Anastasia de Parrow interrumpe.—Por favor, señor Villareal, cálmate. No es porque Miguel sea mi hijo, pero realmente es un buen muchacho y, siendo sincera, mejor que Massimo —lo confiesa—. Dejemos este mal rato a un lado, ellos son adultos, es evidente que se aman y se desean. Mi hijo cometió errores como todo ser humano, pero es Dulce la que toma la decisión si quiere estar o no con Miguel. Así que usted ha podido notar, señor Villareal, que su hija ama a mi hijo. Lo mejor que podemos hacer es apoyarlos y agradecer a Dios que ha unido más nuestras familias. —Gracias, madre, gracias por ser tan buena— le sonríe Miguel.—Y sobre el embarazo...— Anastasia sabe que debe buscar el momento adecuado para hablar con Miguel y decirle la verdad —. Apoyemos, la familia ha crecido. Mi hijo Massimo también será padre. La familia está creciendo, no más enemistad, por favor. Massimo y Selene, dejen de burlarse, par de tortolitos— los reg
Dulce María está en su habitación, arreglándose más hermosa de lo normal para su amado Miguel. Solo desea que la verdad no haga que pierdan ese amor tan bonito que ambos tienen.—¿Puedo pasar?— le pregunta Charles, su padre, quien sostiene una rosa roja en sus manos.—Sí, padre— ella continúa maquillándose mientras se mira en el tocador.—Hija... Para mí no es fácil, ya has crecido y ahora me vas a hacer abuelo— Charles se coloca detrás de ella, donde puede ver su reflejo. Dulce, al verle el rostro que ha llorado y la rosa, solloza echando a perder el maquillaje.—Te amo, papá— se gira y lo abraza.—Perdón por ser tan duro contigo.—Descuida, gracias por ayudarme a encontrar a Miguel, papá. Ese es el hombre que yo amo, es el indicado.Charles le entrega la rosa. —Recibe esta rosa, perdóname, hija.—Dejemos todo eso atrás— le sonríe ampliamente —siempre seré tu niña, siempre seré tu Dulce María, nada va a cambiar.—Trataré de ser un poco amable con ese Parrow... Lo siento, hija, pero n
—mi amor... Me asustas— Dulce, traga grueso, realmente desea salir corriendo, ya que nunca había visto a Parrow así, pero a su vez esa curiosidad y esa tentación de saber que le va hacer, la hace sentir más deseo por él—¡Silencio!— la nalguea y ella muerde su labio inferiorLuego la agarra del cabello, haciendo su cabeza hacia atrás para que ella lo mire. —esto será para que jamás, me vuelvas a mentir— entró en ella, en una estocada y fuerteMiguel contempla el gesto placentero de Dulce, y siente como ella se humedece rápidamente, ya que ese dominio en la cama a ella le encanta.—Entonces... Seré una chica mala, porque me estás matando Miguel, amo que seas así—¡Silencio! No te he dado permiso de hablar —¡Carajo!— gimió al sentirlo más adentro—¡Obedece!— la jala de las manos y literal que la pobre Dulce parece una esclava sexual, pero ambos lo están disfrutando —¡Eres mía Dulce María!— Miguel está como un demente pasional, brindando ese sexo salvaje y delicioso que una mujer no qui
—Quiero casarme contigo, quiero ser tu esposa, lo quiero todo contigo Miguel, te amo y estoy muy enamorada de ti.—Me haces feliz, mi Dulce María. —le coloca el anillo mientras su mano tiembla y Dulce sonríe—. Lo bueno de que fueron buenos amigos por años es que se conocen muy bien.—Gracias abuela Hailey, gracias abuelo Arturo, vamos a conservar nuestro matrimonio así como ustedes, hasta que la muerte nos separe. —Dulce se lanza a los brazos de Miguel. Le pareció un gesto muy lindo por parte de su abuela. El que Miguel se haya esmerado para hacer un delicioso desayuno y haya decorado con rosas el comedor, siente que es el día más feliz de su vida.—Mi amor, se va a enfriar el desayuno. —Miguel está que se lo come, pero quiere aguantarse las ganas para luego de desayunar agarrarla nuevamente.—Tienes razón. —le propina un fugaz beso en los labios.Al estar en el comedor, desayunan plácidamente, ambos están muy felices. —Mi amor, quiero preguntarte algo. —Miguel bebió un sorbo de jugo
BIENVENIDAS A ESTA NUEVA AVENTURA, GRACIAS POR COMTINUAR. ESPERO QUE LA HISTORIA DE AURORA PARROW, SE IMPREGNE EN SU CORAZÓN Y MENTE. ..Aurora Parrow está en su habitación, con su mirada fija en el cielo raso. El desacuerdo que ha tenido con sus padres no le permite tener paz. La familia Parrow tiene una gran variedad de propiedades, incluyendo empresas que generan grandes cantidades de dinero.Sin embargo, a Aurora no le llama la atención ser empresaria, vestir como empresaria, ni siquiera vestir elegante. Su forma de ser es sencilla a pesar de heredar gran riqueza, aunque en fiestas especiales viste elegante para estar a la altura de su familia.Su padre, Sebastián Parrow, ha tenido conversaciones sobre la vida de los negocios con ella, pero la chica no siente pasión por querer trabajar en el viñedo o en las empresas de su madre. Ella ama el arte, la fotografía, es algo que la llena, es algo que la hace sentir adrenalina. Siente curiosidad por los cuadros de antigüedad, saber su
—¡Esto debe ser una equivocación!— se apresura a decir Aurora al ver la perfección de hombre y esa sonrisa ladina dibujada en sus labios haciendo palpitar su corazón seguidamente—no lo es.— responde Oliver Emilio Spencer, acercándose a ella con firmeza sin dejar de sonreír y lo peor de todo es que Aurora al tenerlo tan cerca, su boca se le hizo agua, tanto, que tuvo que pasar saliva antes que la baba saliera haciéndole pasar su mayor vergüenza—¿Te estás burlando de mí? ¡Perfectamente me dijeron que era para un señor de edad! Lo mejor es que me vaya— da la media vuelta, lo que más desea es salir del lugar y poder respirar, pero Oliver no la deja, la agarra de la mano derecha y le dice con autoridad, una que ella odia de los hombres porque le gusta la libertad y porque piensa que las mujeres no deben ser sumisas, ni siquiera por amor —¡No vas a ningún lado! No importa a quién le vayas a tomar las fotos, estás aquí, haz tu trabajo —¡Odió las mentiras!—¿Y? Te pagaré una suma muy gran
—¿Desnudo? No, ese no es el trato —debes hacerlo, si no lo haces, no saldrás nunca de mi casa, se lo aseguro —¡No eres mi puto dueño! —¡Tienes una boca muy sucia! La puedo limpiar, ya sabes... —¡Eres un sucio, depravado!Emilio sonríe maliciosamente. —¿Lo soy? O lo eres tú. Al pensar tan sucio, dígame señorita Parrow, ¿Qué más tiene en su cabeza depravada?El rostro de Aurora se torna rojo hasta sus ojeras, por primera vez en su vida un hombre la desarma y juega con su mente.—Al parecer, usted señor Spencer, es un hombre con un ego muy alto. Perfecto, igual, no es el primer hombre desnudo que he fotografiado— miente —con la condición de llevarme el cuadro "False start", realizado por Jasper Johns. Es eso o nada— le habla con determinación—es un cuadro muy costoso, ni siquiera tu servicio de fotografía lograría pagarlo en corto tiempo, aunque hay otra forma de pagarme—¡Claro que lo hay señor Spencer! Fotografías por monto, ¿Trato?—No. Es mi casa, mis cuadros, mis reglas, si me
Aurora Parrow está sorprendida y durante el camino no dejaba de divagar en sus pensamientos.—¿Le puede ayudar en algo?— le pregunta Ramos, fijando su mirada en ella por segundos por el retrovisor, para luego nuevamente mirar la carretera—sí... ¿Por qué el señor Spencer tiene tantos escoltas?—eso es fácil de responder señorita Parrow. Mi jefe es un hombre multimillonario—¿A qué se dedica?— Ramos medio sonríe de lado —Lo lamento, pero es necesario que el señor personalmente se lo diga mañana. Pero no sé preocupe, el señor la va a proteger—¿De quién?— le entra aún más la curiosidad—a lo que quiero llegar, es que no tenga miedo— continúa manejandoAurora quería hacerle otra pregunta, pero prefirió callar.Al llegar al lugar donde la había recogido, ella se bajó inmediatamente. —¡Señorita!— le habla Ramos al verla tan apresurada de huir Ella no le responde, si no que lo voltea a mirar.—vendré a recogerla mañana, aquí tiene la USB —al parecer ese señor Spencer tiene todo bajo cont