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Capitulo 5: El lugar miserioso.

Luego de tener el permiso, comienzo a bailar en mi habitación con ESSKEETIT de Lil pump.

La verdad soy rara en cuanto mis gustos, al menos eso dice Dakota.

Mientras suena la canción, reviso mis redes sociales.

Dakota había subido una publicación a I*******m dónde aparecía con Patrick.

"Hey, estás muy loco... Pero te quiero asi"

Me causa gracia el pie de la foto quen escribió, ambos salían en Peppe's Burguer. Patrick la tenía abrazada, con los ojos cerrados y la lengua afuera. Mientras que Dakota salía con una sonrisa genuina.

Inmediatamente la comento.

@Avajhons: Ambos están locos. Por cierto... ¡Que lindooos!

Dakota no tarda en responderme con un emoji.

Salgo de I*******m y entro a F******k. Me percato que tengo un mensaje, no pierdo tiempo y veo de quién es...

[Nathaniel D]:

¿Amaneciste queriendo ser atrevida?

Que cambios, señorita loba solitaria.

Fruncí el ceño, ¿A qué se refería?

[Yo]:

Ser atrevida? ¡Ja!

¿De que hablas azulejo?

[Nathaniel D]:

Azulejo? JAJAJAJ.

Me enteré que acompañarías a los chicos a un lugar donde jamás pensé verte.

[Yo]:

Si, azulejo; por tus ojos.

¿Es peligroso el lugar? ¡ESTOY PENSANDO SI IR O NO!

[Nathaniel D]:

Me gusta, me siento alagado de que tu me hayas puesto un apodo;)

Eh... No diré nada, sería bueno que fueras, prueba cosas nuevas, de ahí tu podrás discernir que cosas están bien o no.

[Yo]:

No te sientas alagado. Es normal.

Me dieron miedo esas palabras, pero vale, no hay marcha atrás.

[Nathaniel D]:

Si me siento alagado. Fin.

¿Qué tal las clases hoy?

[Yo]:

Estuvieron bien, ¿Cómo sigues?

[Nathaniel D]

¿Qué cómo sigo?

[Yo]:

Lucía dijo que estabas enfermo...

[Nathaniel D]

Ah, claro, luego te cuento.

Me tengo que ir, nos vemos Bestia ;)

[Yo]:

No me digas así. Adiós Azulejo.

Continuó revisando mi celular, para luego dejarlo tirado sobre mi escritorio.

Siento que Lucía mintió sobre el porqué Nathaniel faltó hoy. Pero bueno, la verdad siempre sale a la luz, ¿no?

[...]

Ya eran las 6:00pm, me encontraba preparando mi mochila.

Entre eso, comer y perder el tiempo ya se habían hecho las 7:00pm.

Le envío un mensaje a Petter para que me viniera recoger, ya que no quería caminar sóla de noche.

A los minutos escucho el claxon del auto, salgo con mi gran mochila y almohada.

-¿A caso se irá de viaje, pequeña Avani?- Me pregunta el señor Petter al entrar al auto.

-JAJAJ, noo. Ya sabés cómo soy cuándo me toca dormir fuera de casa- Le respondo, el señor Petter se ríe y pone en marcha el auto.

Al llegar, noto que Dakota estaba en la entrada con Lucía, así que me encamino hacía ellas.

-Te tomaste en serio la idea de ir a una pijamada- Me dice Dakota, mirándome de pies a cabeza. No la juzgo, había ido con mi mono de donitas, un top y una chaqueta por encima. Ah, y mis debidas crocs.

-Cállate, ni que fuera a ir así vestida al lugar misterioso.- le respondo rodando los ojos.

-¡Miren cómo estoy vestida yo! Dejense de dramas- Exclamó Lucía, quién iba con un enterizo de Stitch y unas crocs.

-Tienes estilo Luci-. Le digo con una cara de acosadora. - Por cierto, ¿que hacían aquí en la entrada?

Escucho un auto frenar, las tres volteamos hacía dónde aparcó.

Lo siguiente es que sale de dicho auto Nathaniel, con una camisa negra que se ajustaba a su cuerpo, unos Jeans negros rasgados y para colmo, unas convers. ERA UN BENDITO CHICO MALO DE PELICULAS.

Un Bad boy? Nonono, Nathaniel tenía cara angelical, era un intento de chico malo, sólo por su ropa y auto negro.

Le entregó un bolso a Lucía, el cuál no había notado que llevaba en sus manos.

Saludó a Dakota y cuándo pensé que me saludaría de igual manera. Sólo se dispuso a mirarme de arriba a abajo.

-¿Qué?-. Le pregunté borde.

-Me gustan las donas-. Me dice pícaro, para darse la espalda e irse nuevamente.

-GRACIAAS- le grita Lucía.

Y me quedé ahí, con mi respuesta borde en los labios.

-Le gustan las donas- Me dice Dakota con esa misma sonrisa pícara.

Creo que me puse roja ante ese comentario, porque las chicas se inspiraron a reír.

-Lo hace por molestarte Avani-. Me aclara Lucía

-No pensé que me lo dijo cómo coqueteo, ya sé que es alguien molesto-. Le hago saber.

-Entremos a cenar y matar tiempo. YA QUIERO QUE LLEGUE LA HORAAA- Grita mi amiga.

Y así fue, cenamos, vimos vídeos juntas y bailamos un poco.

Ya casi llegaba la hora de alistarnos para irnos, que nervios, auxilio.

-Toc-toc, toqui-tic-toc- grita Ryan al otro lado de la puerta.

-PASA- Le responde Dakota

-Mamá dijo que lleg...- Paró en seco Ryan, fijándose en Lucía- Eh, que llegará mañana por la mañana del trabajo. Tuvo que tomar la guardia de su amiga Jannet. Para que supieras- Dijo y se fue casi corriendo

-No sabía que Ryan es tu hermano-. Suelta de pronto Lucía.

-¿Lo conoces?- le pregunté

-Si... Me ayudó muchísimo en medio de todo el caos que viví hace un año atrás-. Bajó la mirada

-¿Qué caos?-. Preguntó con los ojos muy abiertos Dakota

-Supongo que ya sabes, tu cara lo dice todo-. sonríe tristemente. -Si, esa chica que estuvo a punto de suicidarse en un puente, cuando apareció un chico y no permitió que hiciera eso. Yo soy esa chica-.

Quedé atónita, había escuchado sobre eso. Jamás pensé que tendría a esa chica justo enfrente de mí un año después de aquello.

-S-si, mi hermano nos contó... Pero no sabía que eras tú-. Podía notar que Dakota estaba temblando sólo un poco. Cuándo está nerviosa hace eso.

-Me alegra que Ryan te haya salvado, y que estés aquí... Eres una buena persona, Luci, imposible ignorar la luz que llevas contigo-. Le hago saber con una sonrisa.

-Gracias Avani... Y pensar que yo estaba molesta con él por haberme impedido hacer eso. Estaba cegada, claro.

Igual, luego la historia había cambiado. Pero no hablemos de temas tristes ésta noche, ok? ¡Vamos a vestirnos y salgamos!-.

Dakota y yo asentimos, pusimos música nuevamente para cambiar el ambiente que esa confesión creó.

[...]

-Tienes que saltar de una vez por todas.- Dice susurrándo desde abajo Dakota.

No podíamos salir por la puerta, porque la loca de Dakota me mintió. Dijo que podíamos decirle a los gemelos y así salir tranquilamente; PERO NO, NO LO HIZO.

Aseguró que no nos dejarían, en especial con lo celosos que son con ella.

-No puedo, no puedo-. lloriqueo un poco. -Vayan sin mí, disfruten-. Cuándo ya estaba a punto de meter mi pierna nuevamente hacía la habitación, Lucía casi gritó.

-Los chicos ya casi van llegando, si se quedan estacionados en el frente el motor del auto se oirá y tus hermanos nos atraparán- sacudió sus manos de un lado a otro.

-NO PUEDE SER, ALLÁ TE VOY JESUCRISTO.- digo antes de saltar. Caigo de pie pero luego mis rodillas golpean el piso, auch.

-¿ESTÁS BIEN?-. Dakota me ayuda a levantarme

-Si, sólo me dolieron un poco las rodillas-

-Bien, chicas cuándo vean el auto, hay que salir corriendo y subir rápidamente- Dakota nos explica.

Y así mismo sucedió, llegaron Patrick y Lucas en un auto mas pequeño que el de Nathaniel, color azul oscuro. Corrimos, subimos y el resto fue carretera y calles oscuras.

Todos estábamos callados. En mi caso, estaba tan nerviosa que ya me iba a quedar sin uñas de tanto morderlas.

-¿Escuchan eso?- Pregunta Dakota.

Realmente se escuchaba algo, los bajos de alguna música lejana.

Patrick y Lucas se miraron entre sí. Fueron disminuyendo la velocidad del coche. La música se hacía más fuerte, la canción hacía un conteo, lo cuál me hizo querer recordar algo pero no podía.

Al cruzar, lo siguiente a continuación me dejó petrificada.

Autos lujosos y deportivos, camionetas con cornetas gigantes, mucha gente, bebidas... No puede ser. Y cómo si me leyera la mente Dakota, habló.

-¿CARRERAS ILEGALES?-.

No, no, no. Sabía que no tenía que venir.

-Llevenme devuelta a casa de Dakota, no quiero quedarme aquí por favor-. Les digo sin ocultar el miedo que mi voz emanaba.

-Lucas, qué significa ésto?- le pregunta Lucía, asustada.

Ellos parecían estar alertas, dudo que nos estuvieran escuchando. Sólo se disponían a mirar entre la gente, e intentando avanzar.

Las tres mirábamos por la ventana cuando encendieron unos cauchos con fuego. Y al parecer ahí iban los dos coches que correrían.

Un auto deportivo, creo. Era rojo y negro, quién lo conducía desde lejos se venía que era un chico asiático.

Luego apareció un Mustang azul eléctrico, las llantas eran llamativas. Estaba tan distraída viendo el auto, que al notar quién era él que lo conducía, no pude evitar el asombro

No lo podía creer...

No puede ser...

-¿QUÉ HACE ÉL AHÍ?- Dijimos al unísono Dakota y yo.

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