PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 4. Princesa de díaCameron hubiera querido mirarla de arriba abajo, pero no podía porque la chica estaba agazapada como un pequeño depredador acorralado. Lo único perfectamente visible era esa cadenita con su nombre en delicadas letras de oro rosa: Dandara.¡Así que aque
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 5. Lo que séDandara tenía el corazón disparado en el pecho, porque era evidente que aquel tipo, fuera quien fuera, estaba llegando a su casa con invitación. Sin embargo no pudo hacer otra cosa que aprovechar el descarado impulso, ahogar una maldición sorprendida por la
PRINCESA… DE DÍA. CAPÍTULO 6. La dueña de la correaEra como buscarle las cosquillas al diablo, Cameron lo sabía, como también estaba seguro de que en el mismo momento en que Jhon Hopkins entrara de nuevo por aquella puerta, ella volvería a ser la dulce e inocente maestra de niños chiquitos que apar
PRINCESA… DE DÍA. CAPITULO 7. El nuevo guardaespaldasPara dejarlo claro, por supuesto que Dandara tenía una amiga, una de verdad, pero a la que no había llevado jamás a su casa ni le había presentado a sus padres porque no quería que la corrompieran con sus perennes actos de amor y bondad. Las hist
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 8. Un guardaespaldas poco convencionalDandara respiró hondo y levantó la barbilla porque a ella jamás la habían sacado de sus casillas como aquel hombre era capaz de hacerlo. Más bien siempre era ella la que acababa volviendo locos a los guardaespaldas que le ponía su p
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 9. Un guardaespaldas poco convencionalY por supuesto que la rabia de Dandara no le alcanzaba como para ir a ningún lado, al menos no con él y menos en aquel plan de conquistador mandón… ¡menos después de que le había tocado las chichis y… joder solo las chichis!Cameron
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 10. El kit de la mujer inteligenteDandara quería que la tierra se abriera a sus pies y se tragara a aquel hombre de cualquier forma, de la peor posible, porque habría jurado que no habría quien le pusiera un freno en la vida, y en lugar de eso aquel condenado guardaespa
PRINCESA... DE DÍA. CAPÍTULO 11. Si sabes rezar...Cameron no podía decir que era un experto tratando con mujeres locas, porque si era honesto, para el momento en que había entrado a la cárcel era solo un chiquillo de diecinueve años. ¿Bien parecido? Sí. ¿Con la cabeza puesta en cualquier tontería