EN MI PRÓXIMA VIDA. CAPÍTULO 18. Prisionera
—Suéltame, Percy. ¡Basta, suéltame! —Kim intentó liberarse porque sabía que cada segundo que aquellos dedos se mantenían aferrados a su cara dejarían aún más profunda y larga la marca sobre su piel.
—¡No puedo creer que hayas hecho esa barbaridad, Kim! —