PELEAR POR TI. CAPITULO 54. Santa Claus está llegando Estaban cerca… tan cerca que Adriana podía oler el aroma a chocolate en su aliento, y por más enojada que estuviera con él, o por más decepcionada, no podía evitar que aquella chispa se sintiera por todos lados. Ahora… que esa chispa volviera a
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 55. ¡Eres un maldito peligro! El plan realmente era muy elemental: 1. Trepar hasta el techo. 2. No romperse la nuca rodando desde el alero. 3. Alcanzar la chimenea. 4. Descolgarse por ella. 5. Apretar lentamente el cuello de Adriana mientras la besaba, duro, para que su
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 56. Dime que no es por mí —¡No puedes hacer esto…! ¡Suéltame! —gruñó Adriana mordiendo su labio inferior con tanta fuerza que le hizo sangre, pero aun así la lengua de Kyle se hundió en su boca y sus brazos la rodearon con tanta fuerza que por un segundo Adriana creyó que se
PELEAR POR TI. CAPITULO 57. Esther Kiegan Él estaba furioso. Ella estaba furiosa. Afuera el clima parecía estar peor que los dos juntos, porque las ráfagas de viento golpeaban contra los costados de la cabaña como si fueran sólidas. Kyle se había fijado en todo antes de llevar a Adriana allí, en
PELEAR POR TI. CAPITULO 58. Dolor Kyle estaba aturdido, la pequeña explosión focalizada había destruido sus piernas por debajo de las rodillas de metal. ¿Qué no lo iba a matar? Cierto. ¿Qué dolía como el demonio? ¡También! Porque aunque aquellas piernas fueran falsas, la forma en que las placas ba
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 59. ¿Dónde está esa memoria? El mundo giraba de una forma extraña, estaba mareado, incómodo y un dolor seco se extendía por su cuerpo, como si literalmente le hubiera pasado un camión por encima, sin embargo abrir los ojos y sentirse atado solo hizo que todo su cuerpo reacci
PELEAR POR TI. CAPITULO 60. No puedo prometerlo Los ojos de Kyle se dirigieron con incredulidad hacia las placas bases que tenía conectadas a su cuerpo. Esas jamás se cambiaban más que con operaciones quirúrgicas y eran completamente independientes de las prótesis, por eso podía cambiarlas por unas
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 61. Una ventaja Le dolía. ¡Dios sabía que le dolía, pero no estaba dispuesto a decirlo en ese momento! —Tienes que entender los riesgos… —intentó decirle Víctor mientras recolocaba una de las prótesis y veía a su hermano mayor hacer un gruñido de dolor. —No eres mi proveed