CAPÍTULO 67: ELLA ES SU MADRE.―Gracias por traerme a casa, ―Isabella le dio una pequeña sonrisa a Elijah. Él extendió su mano y sujetó la de ella.―No tienes que ser tan formal, Isa. ¿Desde cuándo nos conocemos? Además, no es nada lo que estoy haciendo. ―Elijah le devolvió la sonrisa con calidez.Isabella sonrió de nuevo y retiró su mano.―Lo sé, pero no dejo de pensar que… viniste aquí solo por mí. Tu trabajo…Escucha, él la interrumpió suavemente y la hizo mirarlo a los ojos.―Deja de dar las gracias por todo, deja de preocuparte por todo, ¿de acuerdo? Isabella, tienes que mostrarte fuerte, y más para lo que viene. Si mantienes esa actitud, me temo que… aunque mostremos pruebas, tu exmarido barrerá el suelo contigo.Isabella asintió lentamente, aunque su corazón latía con fuerza al pensar en enfrentarse a Sebastián en los tribunales.―Elijah, ¿no hay manera de qué… no vayamos a un tribunal?Él negó con la cabeza.―No, tu marido fue muy claro al decir que pediría la custodia legal d
CAPÍTULO 68: UN PADRE ABNEGADO.Finalmente, Elijah e Isabella llegaron al hospital, un edificio imponente con luces parpadeantes en la entrada. Isabella salió del auto casi antes de que se detuviera por completo, sus zapatos resonando en el pavimento mientras corría hacia la entrada con el corazón en la garganta.En la sala de emergencias, Coraline vio a Isabella entrar y se levantó rápidamente.―Gracias a Dios que estás aquí.―¿Dónde está? ―preguntó Isabella, desesperada.En la sala de emergencias, los médicos lo están atendiendo.Isabella se dirigió hacia la sala indicada, su corazón latiendo con fuerza.«Nicholas, mamá, está aquí, pensó con determinación. Voy a cuidarte, pase lo que pase»Mientras tanto, Sebastián, ajeno a todo, seguía atendiendo a los futuros socios en la oficina.A su lado, Inesa vio el teléfono encenderse y lo tomó. Sus labios se apretaron cuando vio que era Isabella.—Sebastián, ¿podrías darme un recorrido por la empresa? Me gustaría ver el área de publicidad —
CAPÍTULO 69: ¿AHORA TU AMANTE TE DEFIENDE?En la fría habitación del hospital, Isabella estaba sentada al lado de la cama de Nicholas, sosteniendo su pequeña mano con delicadeza. Los monitores emitían pitidos rítmicos y el aire olía a antiséptico mientras Nicholas seguía dormido.Elijah se mantuvo cerca, ofreciendo su apoyo silencioso con una mano en el hombro de Isabella.Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe y Sebastián entró apresuradamente, seguido de Inesa. Su mirada se dirigió inmediatamente a Isabella y Elijah, y su expresión se oscureció al ver la mano de Elijah tocando a su esposa. Sus puños se cerraron involuntariamente y sintió un calor abrasador subir por su cuello hasta sus mejillas.Sin embargo, aunque los celos lo consumían por dentro, Sebastián decidió callarse y centrarse en la situación de su hijo.―¿Cómo está Nicholas? ―Sebastián trató de mantener la calma, pero su voz temblaba ligeramente. No podía evitar lanzar miradas furtivas a Elija
CAPÍTULO 70: ¿QUE TIPÓ DE RELACION TIENES CON EL?Después de que Coraline llegará, logró convencer a Sebastián de que lo mejor Nicholas y Sienna era tener a su madre cerca, por eso, él había aceptado que Isabella se quedará en el departamento con Nicholas y él se quedaría en la mansión con sus padres.Esa noche, Isabella fue a la mansión para recoger las cosas de Sienna y Nicholas. Al entrar en la habitación de su hijo, los recuerdos de los días antes de que todo saliera a la luz la invadieron. Se llevó una mano al pecho, tratando de calmar su acelerado corazón.«Al menos estás con él, Isabella. Eso es algo, es algo hasta que Elijah encuentre a ese maldito abogado», pensó, intentando encontrar consuelo en sus propias palabras.De repente, la puerta se cerró de golpe. Isabella se giró y se encontró con Sebastián, quien la miraba fijamente mientras cerraba la puerta con seguro.—¿Así que ahora ni siquiera tienes el decoro de venir sola? ¿Tienes que traer a ese idiota contigo a todas par
CAPITULO 71: DECLINO TU OFERTASebastián la miró en silencio, viendo la furia y la determinación en su voz.—Me lo quitaron, me robaron a mi hijo. Me hicieron creer que había muerto por seis años, ¿tienes idea de lo que es vivir con eso? Primero lloraba frente a una tumba vacía. Me culpé, día y noche, por no haber sido una buena madre. Luego, cuando el infeliz que pensé era el hombre que amaba, y el padre de mi hijo, me dijo que estaba vivo, sentí mi mundo derrumbarse. Esa es la maldita verdad, Sebastián. Nunca planifiqué nada, y creo que fue Dios o el destino quien me llevó a cruzarme con Nicholas, pero no me arrepiento, ¿sabes por qué? Porque ahora lo he encontrado, y te juro que nada, ni nadie me va a separar de él de nuevo, ¿entiendes? ¡Nadie! —dijo Isabella, con lágrimas en los ojos.Sebastián quedó en silencio y tentado a creerle, pero todo le resultaba demasiado irrisible. Se rio, como si lo que ella le acababa de decir fuera una broma.—Demasiado fantasiosa, mi amor —dijo Seba
CAPÍTULO 72: ¿Y SI ES INOCENTE?Sebastián miraba la fotografía de Nicholas y Sienna con una mezcla de nostalgia y amargura. La tormenta en su interior no se había calmado, a pesar de que amaba profundamente a Isabella. La imagen de ella con Elijah lo llenaba de furia y desconfianza. No podía creer en ella, no después de todo lo que había pasado. Sin embargo, una pequeña duda lo atacaba constantemente: ¿y si Isabella realmente era inocente como decía?El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos. Louis, su secretario, entró y le informó que el abogado que había solicitado había llegado. Sebastián asintió y le indicó que lo hiciera pasar.El abogado, un hombre de mediana edad con canas en las sienes y un traje impecablemente cortado, entró en la oficina con pasos decididos. Su porte seguro y profesional se reflejaba en su mirada aguda y en el apretón de manos firme que ofreció a Sebastián, dejando claro que estaba acostumbrado a ganar.—Señor Ashford, es un placer conocerlo —dijo
CAPITULO 73: NO TOQUES A MI MAMI.Sin pensarlo más, sacó su celular y la llamó. Le hizo señas al abogado de que le diera un momento y se dirigió al salón privado. La línea sonó unas cuantas veces antes de que Isabella contestara.—¿Sebastián? —dijo ella, con un tono de sorpresa en su voz.—Necesito hablar contigo ahora mismo —respondió él, con una voz cargada de tensión.—¿Qué pasa? Estoy con los niños…—Eso lo sé muy bien —interrumpió Sebastián, tratando de mantener la calma—. Quiero saber qué demonios haces con Elijah. ¿Por qué está cerca de mis hijos?Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea. Sebastián podía escuchar el murmullo de voces y el sonido lejano de risas infantiles.—Sebastián, no tienes derecho a exigirme explicaciones —dijo finalmente Isabella, con un tono duro—. No eres mi dueño ni tienes autoridad sobre mis decisiones.—¡Exigirte explicaciones, es lo mínimo que debería hacer! —Sebastián casi gritó—. ¡Estamos aún casados, Isabella! ¿Cómo puedes estar tan c
CAPITULO 74: ALGO LLAMADO: KARMA.—¡Estás engañándome con ella! ¡Admítelo! ¡Tienes algo con esa mujer! —En la mansión Becker, Amanda enfrentaba a Marcus con lágrimas de furia en los ojos.—¿Quieres dejarme en paz? Me tienes harto con tus celos, Amanda. ¡Harto! —Marcus fue por su chaqueta y las llaves del auto, su paciencia llegando al límite.—¿Harto? ¡Harta estoy yo! Harta de que me veas la cara, Marcus. Al menos sé hombre y acéptalo. Acepta que estás follando con esa maldita.Marcus apretó los labios y le dio una mirada de advertencia.—No te pases de la raya, Amanda, y ten mucho cuidado con cómo te refieres a ella, ¿está claro?Amanda rio amargamente, su risa llena de desdén.―¿Te duele que la llame como lo que es? ¡Una zorra! ―Amanda gritó, recordando cómo había visto a Marcus salir del departamento de Inesa. —¡Una zorra! Eso es lo que es Inesa, una maldita zorra.La bofetada no tardó en llegar. El golpe resonó en la habitación, y Amanda se sostuvo la mejilla ardiente, mirándolo c