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CAPÍTULO 4   UN CAMBIO DE VIDA  

Y como la vida se mueve por costumbres yo poco a poco me iba acostumbrando a no tener a mi abuela, no fué nada fácil, las cosas eran más difíciles y además  la extrañaba aún mucho, pero el adaptarme llevó a ser día a día las cosas un poco más sencillas y  en busca de un mejor futuro, opte por conseguir  un nuevo empleo, el mismo que no fue tan difícil encontrar me ofrecían una mejor paga, el horario era ajustable a mis necesidades el cambio debido a eso no fué tan brusco y  al paso de casi ocho meses  todo marchaba bien, el sol era más brillante y el cielo más azul, aquel clima me gustaba mucho, más sin embargo la temporada de lluvia se aproximaba  trayendo consigo fuertes  vendavales.

Aquel día 20 de octubre, me levanté temprano para llevar a Dorian a su escuela y de allí fui a mí trabajo, era un día muy soleado, pero con un extraño olor a  tierra mojada –¿Lloverá? – recuerdo decir casi en susurro mirando el cielo azul justo antes de pasar la puerta de la tienda de joyas dónde laboraba.

–Por favor Bora pasa por Dorian hoy, necesito ir a comprar para que la cena no alcanzaré  llegar a tiempo.

Le dije por teléfono a mí amiga ya que para aquel día la despensa estaba vacía  y los ingredientes de la comida favorita de mí hijo se habían agotado, pero justo  a la hora de mí salida un señor de edad se acercó a mí, él lucía tan pulcro e inteligente, además de sofisticado  y guapo para su edad, por la fina ropa y sus guardias cualquiera habría notado que era adinerado.

–Señorita necesitamos hablar.

Esas palabras provienen de él y su tono fue amable y tranquilo, pero autoritario se notaba que era alguien de carácter muy fuerte con un corazón cúal fogata que te sirve para quitar el frio y evitar que te congelará, aquel señor empezó por presentar se y mientras me miraba tan fijamente casi a punto de incomodar me  dijo.

--Un placer mi nombre es Francisco Hilary.

Aquella frase fué corta e hizo una pausa, quizás por mí cara de desconcierto ya que en ese instante aquel nombre me parecía  incierto, no sabía quién era él anciano.

–Soy el abuelo paterno de  Dorian

–Espera ¿Qué? o mejor dicho ¿Quién dijo que era?. 

Según tenía entendido  nunca se descubrió quién fué aquel que abusó de mí, así que cómo era posible que estuviera frente al abuelo paterno de mí hijo, eso seguramente era una broma de muy mal gusto, lo que reflejaba mí cara de desconcierto y enojó, denotando la forma de verlo de arriba a abajo.

–No sé con quién me ha confundido, pero debería pedirle que se retire ahora 

Le dije con un tono suave pero  demandante , nadie vendría a dañar mí vida, suspire profundo para darme media vuelta y alejarme, pero uno de sus acompañantes extendía hacia mí un papel el cual tomé sin hacer mayor pregunta y empecé a leerlo, cada línea era un cuchillo, cada renglón era una humillación a mí, consternada por el contenido mire al viejo esta vez mis ojos estaban rojos del enojo y mí cara encendida por la furia.

–¿Cree qué ahora tiene el derecho de aparecer frente a mí después de lo que su hijo y usted me hicieron? ¿Por qué apareció? 

Tenía tanta ira aquel hombre  compró cada autoridad del lugar para dejar limpio el nombre de su hijo y luego lo envió al extranjero, más sin embargo el viejo no mostró ninguna señal de sentimientos en su mirada, era fría y dominante  para ese momento  él sólo agrego 

–Cásate con mí hijo y podrás criar al tuyo en paz.

Cómo era de esperarse me negué a semejante ridiculez con toda mí fuerza, pero él  muy astuto antes de marcharse me susurro

–Podrás perder lo que más amas si no aceptas.

Para los siguientes días el joven que me dio los papeles llegaba, y me hacía la misma pregunta.. ¿Te casarás con el joven? Mí respuesta nunca cambió siempre fue la misma, más sin embargo dos semanas después  este mismo llegó e hizo la misma pregunta.¿Te casarás con el joven? Mí respuesta no cambió y está vez agregó.

–Señorita esta es su última oportunidad.

Lo dijo antes de darme la citación para una audiencia, aquél señor me demandaba por ocultarle a su nieto, realmente me reí creí que estaba tan loco y que yo jamás perdería, pero  la primera audiencia fué demasiado mal, aquel señor no sólo tenía el poder de compra sino también de armar  falsas pruebas. ´´Muchas veces el dinero te da todo lo que quieres´´.

Al final  todo salió justo como el señor quería y yo perdí ese día a mí hijo, miícorazón estaba tan destrozado. ¿Acaso la vida podía ser más injusta conmigo? Teníamos que salir de aquella sala y él se llevaría a mí Dorian consigo, realmente abrace tan fuerte a mípequeño que no quería soltarlo, entonces fué cuando ese anciano se me acercó y me dijo.

–¿Recuerdas la pregunta? Nuevamente, respóndela.

No la repite, pero ya sabía cuál era,  en ese momento mi respuesta cambió. 

–Sí. 

Pude ver su sonrisa, había ganado y él lo sabía, él señor Hilary no andaba con rodeo y ese mismo día nos mudamos a su casa, mí corazón latía muy fuerte y con gran odio en él, pensé que vería  por fin la cara de aquel canalla, pero él no estaba, aún no regresaba del exterior y eso fué cómo una brisa refrescante.

Por casi 6 meses puedo decir que mí vida no fué dura, en casa sólo vivíamos Dorian y yo él anciano Hilary nunca estaba y él hijo de éste seguía de viaje, por lo tanto la vida no era tan mala y yo deseaba con mí alma que siguiera de aquella forma, estudiaba y practicaba deportes, ayudaba en la cocina y  luego sólo me dedicaba a cuidar de mí hijo.

Ya siendo sábado y cómo era costumbre había salido a correr, me gustaba hacerlo cada mañana y regresaba casi a las 7:00 AM  para despedir al pequeño Dorian que partía a la escuela, sin embargo aquel día  había un auto fuera de la casa, uno que jamás había visto, por un momento pensé que era el señor Hilary y suspire para ingresar a casa con una buena actitud, abrí la puerta principal de esta y me adentre,  en la sala de star habían dos hombres, no me había equivocado uno era el señor Hilary  y el otro era  mucho más joven, por el tono y los gestos en él rostro del anciano supuse que aquella conversación sostenida con él joven no era cordial .

–Buen día señor Hilary.

Comente mientras me acercaba el viejo no dudó en regalarme esa brillante, pero fría sonrisa que da muy a menudo y el hombre a su lado volteo, puedo asegurarles que era él más hermoso, chico que había visto, su altura, su cuerpo sus ojos su parecido con él anciano, allí al verlo tan fijamente retrocedí dos pasos mis ojos no dejaban de estar impregnados aquel hombre, esa altura no podía equivocarse, era aquel monstruo que marcó mí vida.

–Él es Logan Hilary mi hijo y  tú futuro esposo.

Dijo el viejo , mientras que mí corazón se llenaba de odio, quería brincarle sacarle los ojos, mí rostro demostraba mí asco hacía ese sujeto, sin darme cuenta empecé a retroceder queriendo huir de ese lugar, aquel sujeto me miraba cómo si yo fuera una presa despreciable y me hacía sentir cada vez más pequeña, pero mis pasos fueron detenidos al tropezar contra  Daniel.

–Respira profundo y que no vean tu miedo.

 Daniel es el tipo perfecto, se veía tan hermoso en todo lo que usaba, era como un príncipe, ese de los cuentos de hadas, el mismo que cada noche me raptaba y me llevaba lejos  para ser feliz juntos, era tierno, pero fuerte, sabía que decir y en el momento justo, muchas de las chicas estaban enamoradas de él y lo sabía, pero fingía no darse cuenta de aquello además era alto, y su cuerpo fornido daba una sensación de tranquilidad si él estaba a tu lado, sus ojos cafés te daban la sensación de estar bajo un hechizo y esa voz tan dulce te hacía sentir que estaban en el paraíso, yo podía quedarme horas viéndolos, no puedo negarlo que desde que lo conocí me enamoré de él, cuando iba cada día a preguntarme esa ridiculez a la tienda de joyas, pero era la mano derecha del anciano. 

El viejo Hilary con su tono de satisfacción volvió a comentar 

–El próximo fin de semana es la boda, todo está casi listo, ni yo sabía que él estaba preparando aquello, Logan me miraba cómo  mirara a un gusano, pero no pronunciaba palabra. Aquella semana fue un caos, las reuniones constantes con ese hombre fueron  insoportables y terminé siendo una gran actriz que debía manejar un papel por un bien personal.

“La hermosura es pasajera cuando no viene del alma”

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