Andrew
La tarde estaba transcurriendo muy bien, la comida resulto menos incomoda de lo que pensé podría ponerse, porque la verdad conozco a mi familia, hablan demasiado y hacen muchas preguntas, no quería que Cody se sintiera acorralado.
Pero como era de esperarse, todos amaron a Cody, sobre todo Tocquer, quien ahora llevaba de la mano a mi amigo hasta su cuarto para mostrarle sus dibujos.
Los seguí despacio para darles su momento, además yo también estaba disfrutando la vista. Ver a Cody siendo arrastrado por un niño de cinco años y ser atiborrado con historias y millones de anécdotas detrás de los dibujos que había por toda la habitación, era algo que no me perdería por nada del mundo.
-Debo admitir, que jamás pensé que llegaría este día—la voz de mi mamá me sacó de mis pensamientos.
-¿Qué día exactamente?—pregunté.-El día en que trajeras a alguien más a casa—dijo mientras contemplaba la escena conmigo—Comenzaba a pensar queAndrew Mi día de clases había terminado, estaba caminando hasta mi bicicleta para irme a recoger a Tocquer cuando escuche una voz llamándome. -¡Andrew! ¡Andrew, espera! Me gire para ver de quien se trataba y vi a Cody corriendo hasta donde yo estaba. Se sostuvo sobre sus rodillas un momento, intentando recuperar el aliento. Cuando por fin de enderezó, pude ver su cara roja por el escuerzo y en su frente había unas pequeñas gotas de sudor. “Es lindo. Demasiado lindo.” ¿Q-Qué sucede Cody?—pregunté intentando no pensar demasiado en lo bien que se veía.-Es que, mi última clase fue cancelada y… Bueno, quería saber si tú… ¡Solo si quieres! Lo que pasa es que… Ver a Cody intentando decirme algo y notar como se pone nervioso está en
Cody Andrew continuó guiándome hasta llegar a la escuela de Tocquer, estaba esperando en el auto a que regresaran y pensaba en lo que había pasado hace unos momentos. Ya van varias ocasiones en que Andrew y yo tenemos nuestros “momentos”. Nunca he sabido controlar mis emociones, así que, cuando me mira así, cuando se acerca solo puedo pensar en besarlo y… “¡CODY CONTROLATE!” Sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos de mi mente. No debería pensar así de Andrew, ya que él me ve solo como un amigo y no quiero echarlo todo a perder. -¡Tío Cody! La voz cantarina y dulce de Tocquer me hizo volver a la realidad. El pequeño estaba sentado en la parte trasera del auto, con su lindo uniforme y su cabello bien pei
Andrew -Papi, ¿qué opinas? “Bese a Cody. Yo realmente lo besé.” -¿Papi? “Sus labios son tan suaves, como dos pedazos de algodón.” -¿Qué le pasa al tío Andrew?-No lo sé, esta así desde que se fue el tío Cody. “Y su rostro estaba tan rojo, sus labios estaban ligeramente hinchados por besarnos y sus ojos…” -¡PAPÁ! La voz de Tocquer m
Cody -¿Entonces él te beso?-¡Sí, lo hizo! ¿Puedes creerlo? Estaba en la cafetería contándole a Dallas lo que había sucedido el día de ayer. Ya no estaba molesto con él, jamás he sido de los que guardan rencor o permanecen enojados mucho tiempo, así que ya todo estaba bien entre nosotros. -Imagino que te invitó a salir—comentó Dallas.-Bueno, jeje…-Tiene que ser una broma. Dallas frotó su frente en respuesta obvia a que nuestra situación le provocaba dolor de cabeza. Dallas era demasiado practico, si quería algo lo pedía, si algo le molestaba simplemente lo decía, pero yo no puedo ser así. Pienso demasiado las cosas y me sugestiono tanto de pensamientos que entro en pánico. Por eso, si Andrew no me hubiera mandado ese mensaje anoche, habría pensado que quizás se había arrepentido. -¿Y qué crees que suceda ahora?—me pregunta Dallas.-No lo sé, supongo que ver cómo avanzan las cosas.-Me refería al hecho de que es
Cody Al principio estaba sentado en mi cama, pero los nervios no me permitían mantenerme quieto así que comencé a caminar sin ningún sentido por mi habitación. Incluso me cambie de ropa dos veces, no sabía que era lo que debía de usar en una cita. Sé que técnicamente es nuestra segunda cita, pero ahora todo era diferente. Ya no había un misterio de por medio entre Andrew y yo, nos conocíamos más y aunque me dije a mi mismo cientos de veces que debía relajarme, no podía. Andrew dijo que pasaría por mí, tampoco me dijo a donde iríamos o que cosa íbamos a hacer, lo que solo ayudaba a incrementar mi nerviosismo. Continúe caminando un rato más hasta que escuche el sonido de un motor detenerse frente a mi casa; mis manos comenzaron a sudar y todo yo temblaba. Andrew había llegado. Sacudí mi cabeza alejando mis pensamientos un poco, ya que necesitaba de toda mi concentración para no caerme mientras bajaba las escaleras. Antes
-¿De verdad nunca te habías subido a una moto? Habíamos llegado a un restaurante bastante lindo hace unos diez minutos, estábamos esperando a que trajeran nuestra comida cuando Andrew finalmente soltó esa pregunta que había querido hacerme cuando al bajarme de su moto casi caigo de cara contra el suelo. -Mi madre siempre dijo que eran peligrosas—me excuse apenado.-Mi madre dice lo mismo—explicó—Además, tampoco sabes andar en bicicleta. Ambos nos comenzamos a reír de nuevo, era curioso como éramos tan diferentes, pero también era agradable que eso no fuera un impedimento para llevarnos bien. -¿Quién te enseñó a conducir?—pregunte dándole un trago a mi bebida.-Mi padre. Siempre que Andrew mencionaba a su padre, una sonrisa y un aire de nostalgia lo envolvían. No era una mala sensación, no como cuando prefieres evadir el tema, sino, cuando quieres indagar en él. -¿Eran muy cercanos? -Fue mi primer mejor amigo. Me gusta
Cody Andrew me llevó a casa, estábamos parados frente a la puerta pensando en cómo despedirnos. Y es que, después de tantas confesiones, no estaba seguro de cuál sería la mejor manera de decir adiós. -Gracias por traerme Andrew—dije sonriente. -No agradezcas, lo hice con gusto. Su sonrisa y el tono siempre sincero con el que me hablaba llenaban mi corazón de algo que aún no sé cómo describirlo. Pero se siente bonito. Nos quedamos en silencio, mirándonos mutuamente. No estoy seguro si “incomodo” es la palabra correcta, pero el que ninguno diga nada me pone demasiado nervioso. -Entonces, ¿te veo mañana?—pregunté. -Sí, nos vemos mañana—respondió él. El silencio se hizo de nuevo. Ninguno se movió. Miraba al suelo, evitando la mirada penetrante de Andrew, sintiendo mi cara roja y preguntándome si debería entrar o hacer algo. Finalmente, Andrew me sonrió y se despidió sutilmente con su mano. Pero no llegó muy lejos, d
-¿Te sientes bien?—pregunta Andrew. -Sí—respondí tratando de controlar mis nervios—Es solo que, tu mamá…-¿Te molesta lo que dijo? Ese es el problema, no me molesta. El hecho de que crean que somos una pareja o que podemos llegar a ser una me hace inmensamente feliz. Pero, Andrew ya me ha besado dos veces y, no sé si tenga en mente formalizar lo que sea que tengamos. -No me molesta—aclaré—Es solo que… Tu y yo… Nosotros… Es confuso. Andrew frunció el ceño, pero, segundos después, su rostro se relajó, como comprendiéndolo todo. Su boca se abrió y espere ansioso escuchar que tenía para decir, pero las pisadas de Tocquer se escucharon viniendo hacia nosotros y no nos quedó de otra más que dejar la conversación para después. -¿Ya podemos irnos?—preguntó el pequeño emocionado. Andrew asintió gentilmente con la cabeza y Tocquer salió corriendo a esperarnos en la puerta. Tomé la mano de Andrew en un gesto que intentaba decirle que todo estaba b