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Bajo el código: 2109289374098TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©[Enrique](Final del verano)
Abro los ojos lentamente mientras siento un terrible dolor de cabeza que enseguida me hace cerrar los ojos. No sé cuánto bebí anoche, pero por el dolor de cabeza sé que fue más de lo que planeaba beber en la última fiesta del verano.
Me incorporo lo más lento que puedo y al bajar el pie siento un vaso de plástico romperse cuando hago contacto con él. El simple crujido del vaso provoca que la cabeza retumbe tan fuerte que quiero volver a la cama. Volteo a mi lado y veo a la mujer que llegó a mi piso esta noche.
―Espero que no despiertes mientras esté aquí porque honestamente no recuerdo tu nombre― murmuro.
Lentamente busco con la mano mi móvil sobre la mesita de noche y cuando lo toco lo acerco a mí. Son las 11:00 am y es seguro que me he perdido las primeras dos clases y que me perderé la que sigue.
―Mierda― expreso bajito mientras siento el aliento alcoholico― jamás vuelvo a seguirte el juego Salvador.
Me pongo de pie y camino desnudo entre la ropa interior tanto mía como de ella, vasos de plástico sobre el suelo y manchas de que huelen intensamente a tequila y a ron, para llegar hasta el baño y enseguida darme una ducha. Tan solo siento el agua caliente caer por mi espalda siento que me he quitado medio olor a fiesta, aunque mi aliento diga otra cosa.
Jamás había tenido un verano tan loco, jamás, había tenido otros llenos de viajes a la playa, fiestas que terminaban hasta el amanecer y sobre todo ligues de mujeres que terminaban en mi cama, pero este tuvo más alcohol que las veces anteriores. Según Salvador, este era el último verano en donde seríamos estudiantes, donde no tendríamos que preocuparnos por nada de lo que nos deparara el futuro y era el momento de llevar la fiesta al máximo, de perder la cabeza por solo unos meses para después dar el último esfuerzo en la escuela y emprender la vida adulta.
―Vaya forma de dar el último esfuerzo, faltando a las primeras dos clases ― me digo en voz baja mientras termino de darme la ducha.
Cierra la llave del paso de agua, abro la puerta de la ducha y tomo una toalla para envolver mi cintura en ella. Voy hacia el espejo, lo limpio con la palma mano y en seguida mi rostro demacrado de hace presente. Comienzo a tocar mis pómulos inflamados, noto mi barba desaliñada y en seguida abro mi set de barba sin el cual no puedo vivir. Comienzo a arreglármela cuando mi móvil suena y en seguida veo el nombre de Salvador en la pantalla.
―¡Eh macho! ― expreso entre sonrisas mientras veo cómo aparece su rostro en la pantalla.
―Oye, que no has venido a las primeras clases, han explicado lo del proyecto final y todo eso que debes hacer― me dice en tono preocupado.
Dejo de rasurarme la barba para voltear a verlo a la pantalla y después ambos estallamos a carcajadas.
―Casi me la creo― digo entre risas.
―¡Lo sé!, amo imitar a mi padre ― responde Salvador que veo camina por el campus de la universidad ―¿pero si vendrás?, ¿cierto? ― inquiera.
―Claro que iré, sólo termino de arreglarme y llego al cuarto módulo― comento.
―¿Al cuarto?, ¿faltarás a otras clase? ― pregunta.
―¿Qué no me ves?, creo que sigo ebrio y lo que me sorprende es que tú no te veas así.
―Te dije que no mezclaras ron con tequila pero eres necio ― dice para luego reírse― yo sabía que terminarías mal por lo que me alejé de eso― responde mi amigo entre risas.
―Me apuraré para llegar al módulo, al menos tarde pero llegaré, te lo prometo.
―¡Vale!, por cierto… ¿supiste algo de esa chica Caroline que vendría de intercambio? ― me pregunta y yo terminó de secar mi barba con una toalla para después negar con la cabeza.
―Nada, absolutamente nada, y si te soy sincero no he averiguado más. Sólo te puedo decir que no está en España y que si no llegó en el verano, no creo que llegue para este semestre.
―Lástima, al menos tuvimos una gran fiesta mientras la esperábamos ― me dice― lo que se me hace más raro es que no hayas salido con nadie se día, siempre te llevas a alguien a la cama.
―Ya te dije que no tenía ganas ese día, además no es obligatorio Salva, a veces siento que piensas que es algo que debo hacer.
―No es que lo piense, es que siempre lo haces, así que cuando es costumbre…
―Tu costumbre es decir tonterías así que deja de hacerlo, tienes un hijo,¿qué no?, no crees que le va a dar vergüenza saber que su padre dice tonterías a su edad.
―Ja,ja,ja, ― se burla ― amaneciste muy chistoso.
―Dale, déjame vestirme para poder llegar al módulo y presta atención que necesitaré los apuntes― le comento y apago la video llamada para quedar de nuevo en silencio.
Salgo de la habitación para ver a la mujer aún dormida y desnuda sobre mi cama; a pesar de que hago ruido no se despierta por lo que me relajo y voy hacia mi armario para escoger la ropa.
Tomo unos pantalones color amarillo mostaza, una camisa azul y unos zapatos a combinación. Me visto de inmediato, arreglando a la perfección cualquier detalle que haya en mi ropa, me rocío mi colonia favorita, agrego detalles y salgo de ahí para caminar hacia la mesa de noche y tomar mi cartera.
―¿Segura que no te quieres despertar ahora?― murmuro, pero la chica está tan borracha y dormida que estoy seguro que ni sabe que estoy a punto de irme ―lo siento nena, pero debo ir a cumplir un destino.
Tomo el móvil, la cartera y las llaves del auto para luego salir de mi habitación y encontrarme a Concepción la señora del personal que viene a hacer la limpieza todos los días. Al verme salir pone un rostro que debo admitir que me hace sentir culpable y me obliga a sonreírle.
―¡Otra vez Enrique!― me regaña. Concepción es la única mujer que puede regañarme después de mi madre― es la segunda vez en una semana.
―Lo sé, pero si te hace sentir mejor el verano ha terminado y no más fiestas.
―Eso dijiste hace dos días…― me contesta.
¿Enrique?, escucho la voz de la mujer de anoche.
―¿Es en serio?, ¡no tienes vergüenza! ― me regaña Concepción.
―Es mi momento de marcharme, me voy, muchas gracias, adiós― hablo en frases y palabras entrecortadas y salgo por la puerta del piso para evitarme el tener que esperarla y explicar el porque esto no podrá continuar.
Aliviado de que una vez más me he librado de la responsabilidad de tener que lidiar con el drama de otra mujer, bajo por el ascensor hacia el estacionamiento del edificio para subirme a mi auto deportivo y manejar hasta el campus que ha sido mi segundo hogar durante tantos años.
Estoy en mi último semestre del grado en Dirección y Gestión de Empresas, uno que mi padre ya había seleccionado por mí ya que, según sus planes, regresaré a hacer prácticas en mi propia empresa para después tomar el puesto me que asignen y todo será como debe de ser.
Mi vida, ya está previamente trazada desde el momento en que mi madre me dio a luz y mi padre me llamó con su nombre y me puso su apellido. He estado donde quieren que esté, estudiado en las escuelas que ellos quisieron que estudiara y al parecer trabajaré dónde él quiera, ¡ah! Y no puedo olvidar qué estuve a punto de andar con la persona que ellos eligieron; con Caroline.
Caroline, una joven francesa de ojos azules y cabello rubio que, al parecer, llegaría de intercambio este semestre a nuestra universidad para estudiar algo que no recuerdo. Su padre, al parecer es un nuevo rico, un empresario que tuvo mucha suerte con un producto y que ahora es uno de los objetivos de mi familia y yo soy parte de ese objetivo. Sin embargo, Caroline no llegó y la fiesta que hicimos para que yo pudiese conocerla antes de que empezara el semestre fue un tremendo fracaso, bueno, no un fracaso en sí porque estuvo muy buena, pero no cumplió su propósito y sólo me dejó con esa chica mexicana de nombre raro y ojos brillantes que si puedo confesar no he olvidado por completo.
“Única” desapareció. Ella se fue esa noche dejándome sólo esa tarjeta echa a mano que a veces suelo leer mientras estoy recostado sobre mi cama. Se perdió entre la gente, no supe dónde buscarla y aunque he pasado varias veces por esa misma acera con al esperanza de verla pero no lo he conseguido. Quiero pensar que al estar de intercambio se ha movido a otras partes del país y pasó su verano conociéndolo, nadando en las playas del sur y viendo los girasoles que hay para el norte o tal vez es de las típicas matadas que se ha pasado en los museos admirando todo y preguntando aún más, solo de pensar en eso sonrío.
No sé porque la busco, no debería, ella prácticamente no está dentro ni siquiera del nivel social en el que me desempeño, no estudia mi carrera, no está entre mis grupos de amigos sin embargo, la busco en cada esquina, en cada calle, cada plaza con la esperanza de poder verla de nuevo y sólo verla, simplemente verla, ¿qué significará eso?
Me pierdo tanto en mis pensamientos que no me percato que he llegado a mi destino y que he manejado casi de automático hacia el estacionamiento del campus. Tan sólo algunos ven mi auto se acercan a mí para saludarme desde afuera y sonreírme como si en verdad fuera una celebridad aunque muy dentro sé que no soy nadie o al menos no me siento así.
Estaciono el auto cerca del lugar de siempre cuando el rostro de Salvador aparece en la ventana de mi auto vistiendo una sonrisa que me hace pensar que algo bueno ha pasado. Bajo la ventanilla y subo la ceja esperando a que él se anime a decirme lo que sucede.
―Dime.
―El profesor dio la clase de quince minutos y se fue, es otro proyecto, al parecer así será en todas las clases el resto del semestre.
―¡Vaya!, pagamos por estudiar en una de las escuelas con más renombre en España y sólo nos dan clases de quince minutos.
―Dice que él que perdió los dos primeros módulos ― me reclama Salvador en una carcajada.
―¿A qué hora es la siguiente? ― pregunto ignorando su burla.
―A las cuatro de la tarde y seguro es otro proyecto, qué dices, ¿vamos a otro lado?
―No sé, no tengo muchos ánimos, aún me duele la cabeza y no quiero caminar bajo el sol― me explico.
Así, mientras me excuso con mi mejor amigo, veo pasar caminando detrás de él, a la chica de nombre raro, de pendientes bonitos y piel canela, con una bolsa de tela sobre el hombro y leyendo una hoja con atención.
―Hazte un lado―le pido a Salvador mientras abro la puerta de mi auto y me bajo apresuradamente.
―¿Qué pasó, tío? ― me pregunta.
―Nos vemos al rato en la clase te llamo luego ― me despido y camino siguiéndola hasta que llega un punto en que puedo alcanzarla. La tomo del brazo para que ella voltee y de pronto siento una dolor en la ingle que hace que todo me dé vueltas y no precisamente por estar aun un poco ebrio; la chica del nombre extraño me había pateado y ahora me hacía revolcarme de dolor en frente de todos.
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©IzelPor un momento me quedo viendo a la persona que acaba de tomar mi brazo y cuándo lo reconozco dejo mis cosas y voy hacia él.―¡Íjole!, perdón…― le digo mientras le ayudo a levantarse.―Dios mío, sí que tienes fuerza ― me reclama y con cuidado lo ayudo a sentar en una de las bancas cercanas. Él se queja mientras trata de mover las piernas de nuevo.―De verdad perdón, es que llegaste por atrás y eso no es bien visto en mi país, pensé que ibas a asaltarme o algo.―¿Asaltarte?, ¿en el campus? ― me pregunta mientras sus manos siguen entre su entrepierna.―¿Quieres hielo o algo así?, puedo traer un poco de la cafetería o comprar una botella de agua muy fría.―No, est&aacut
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©―¡Ey!, ¿dónde estabas hombre? ― me dice Salvador mientras me bajo del auto después de llevar a Izel a almorzar y comprar lo que necesita para su clase.Debo confesar que después de la plática que tuvimos me he quedado un poco pensativo porque de pronto me doy cuenta que no tengo una pasión o tal vez si y la enterré tan hondo que no sé donde re-descubrirla.―¿Enrique?― me pregunta porque al parecer ahora estoy más distraído.―¿Qué?―¡Qué te pasa!, te estoy preguntando que ¿dónde estabas?, la chica de ayer por la noche te está buscando, así que debes estar alerta.―Estaba… por ahí, Salvador, ¿tú tienes una pasión? ― le pregunto y él arquea las cejas
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©IzelLevantó la mirada y de pronto vuelvo a ver a ese hombre de ojos bonitos en frente de mí. Me levanto un poco mareada después del golpe y volteo a mi alrededor para ver todo el desastre que se ha armado.―¿Izel?, ¿estás bien? ― me vuelve a preguntar con esa voz tan melodiosa qué tiene.―Creo que si― respondo mientras todo me sigue dando vueltas. En seguida veo que mi cena está sucia y aplastada de bajo de su pierna―¡Ay no!, mi cena de cinco euros― murmuro.Enrique levanta la pierna y ve sus pantalones manchados de la comida― los acababan de lavar― expresa.―¿Eso te preocupa? ― pregunto un poco molesta―¿por qué no te hiciste al lado?, te estuve tocando la campanilla y diciéndote: a un lado, a un lado, y no fuiste para moverte.<
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©(Enrique)Sentir los labios de Izel sobre los míos ha despertado una mezcla de sensaciones y sentimientos que pensé estaban muertos en mí desde que Eira salió por la puerta dejándome con el anillo de compromiso entre los dedos. Vuelvo a sentir el corazón latiendo desesperadamente, mi piel erizándose por completo y mi cabeza se va completamente a las nubes haciendo que el suelo se pierda y empiezo a volar. Los labios de Izel son tan suaves, tímidos y carnosos por lo que aprovecho para besar cada esquina de ellos disfrutándolo al máximo como si esto fuera algo raro y único que no todos tienen la oportunidad de sentir.Lentamente me separo de ella y nuestras miradas se cruzan una vez más.Los ojos de Izel brillan más que los luceros de esta noche estrellada y
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Enrique Sé que tal vez es una reverenda tontería que Izel y yo hayamos empezado esto. No lo digo porque esté mal, si no porque para algunas personas será muy pronto e incluso se podrá ver cómo acelerado e intenso, pero así es el amor y ella y yo no tenemos tiempo que perder; el tiempo está en nuestra contra. Después de salir de la cafetería. Izel y yo regresamos a la universidad y nos subimos a mi auto para irnos lejos de ahí y platicar un poco más sobre nosotros. Quiero conocerla por completo, saber lo que le gusta, lo que le apasiona y sobre todo escucharla hablar, verla a los ojos y sentirme especial, tal como lo he hecho desde el principio. ―Ven, vamos― le pido mientras la tomo de la mano y caminamos juntos hacia el faro de Moncloa. Ella me sigue, tomando su bolso y caminando a mi lado mientras subimos por el elevador para llegar hacia
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©EnriqueSalvador me sigue viendo a los ojos, pero como siempre yo trato de ignorarlo, no me gusta cuando viene a interrumpir los comentos bonitos que tengo.―¿De cuándo acá te conviertes en mi pepe grillo? ― le respondo, tomando las llaves de mi auto y caminando hacia la puerta del conductor.Salvador me detiene con la mano ― escúchame, sabes que lo que te digo es verdad.―Y, ¿desde cuándo te interesa lo que me pasa?― pregunto molesto.―No lo sé, tú dime― contesta y toma la manga de mi camisa y la sube para descubrir mi muñeca ― ¿quieres que te vuelva a encontrar como ese día?, dímelo tío para irme preparando.―¡Basta!― habló molesto― no me moletes más.―Sólo estoy tratando de prevenir lo
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©IzelAbro los ojos al escuchar el ting, ting, del teléfono. No es la alarma, ni es una llamada, dos mensajes me han llegado y yo simplemente me volteo para tomar el móvil y ver que son las cinco de la mañana. Sin embargo, al ver el nombre de la persona que me los envía, sonrío.ENRIQUEYA VISTE UN ATARDECER, ¿QUIERES VER UN AMANECER?, VISTETE. TIENES 15 MINUTOS.ENRIQUETRAIGO CAFÉ.Me levanto de inmediato y sin pensarla mucho me pongo unos jeans azules y una playera básica color negro. Me pongo los aretes de plata con forma de quetzal, me hago una cola de cabello alta para salir de ahí y me lavo los dientes. Tal vez no vaya de lo más arreglada pero es todo lo que pude hacer
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2011045801413 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Enrique Debo admitir que me dio pena dejar a Izel en la residencia después de haber pasado una maravillosa mañana con ella, pero por el momento debe ser así. Mi hermana en este momento se encuentra obstaculizando mi vida y, aunque es buena persona, es muy débil de mente y manipulable, por lo que puede ser un arma letal para cualquier persona que la use, llámese mamá, papá o ese novio tóxico que no la deja en paz. Ante de meterme a la ducha tomo el móvil y le envío un mensaje a Izel. ENRIQUE NOS VEMOS POR LA TARDE, TE QUIERO. Y luego lo aviento sobre la cama para entrar al baño y continuar el día. Se me hace muy extraño estar duchándome a las 7:30 am, suelo ser una persona que a esta hora sigue dormido o apenas se está yendo a dormir sin embargo, ahora que tengo a Izel debo hacer este esfuerzo para pasar tiempo con ella fuera de