Harrison y los paramédicos nada más llegaron a dónde la ambulancia estaba estacionada, de inmediato se subieron a la ambulancia.
— Por favor, que todo salga bien— dijo aquel joven sin quitarle la mirada a Belén.
Todos se subieron a toda prisa.
La ambulancia rápidamente salió en dirección al hospital, cada segundo contaba, cada minuto era de suma importancia para aquella joven, así que la ambulancia empezó a hacer sonar las sirenas, intentando que cualquier persona o cosa que se les pudiera atravesar en el camino se quitarán de inmediato.
Harrison tenía agarrada la mano de aquella chica y entre lágrimas le empezó a decir — por favor Belén, yo sé que eres fuerte, yo te ayudaré a sanar esas heridas, tu eres muy valiente, por favor sobrevive, por favor — Harrison estaba
— ¿Cómo?, Pero ¿Por qué?, Ella es tan alegre, nunca me imaginé que pudiera hacer eso — Juni se mostraba muy preocupada y angustiada, no sabía lo que había pasado con su amiga para que pudiera cometer algo así.— Chicos, eso es personal, ella se los tendrá que decir, yo sé que despertara, pero aún así estoy muy preocupado — dijo Harrison sin parar de llorar, aquel joven estaba sufriendo mucho, él esperaba realmente poder creer en sus palabras, pero él estaba muy angustiado, ya que él no sabía que podría pasar.— ¿Te importa si uno por uno entramos a hablar con ella?— pregunto de repente Sebastián.— No se preocupen, adelante, se que a ella le encantará mucho escucharlos aunque esté durmiendo — dijo Harrison con una sonrisa muy apa
—Muchas gracias— Dijo de repente Harrison mientras tomaba la bolsa de comida.Los señores Pindu de inmediato entraron a ver cómo seguía su hija, ellos querían verla y hablar un rato con ella, ellos sabían que ella los podía escuchar, los señores Pindu no sabían que más poder hacer para que su hija estuviera bien, ellos quisieran poder poner la empresa y todo el dinero que tenían con tal de que su hija despertara rápidamente, pero era obvio que nada de eso podría servir, algo así era algo de lo cual el dinero no podía ser posible de comprar, lo único que en esos momentos era posible hacer, era esperar, pero ellos no querían esperar, querían tener a su hija entre sus brazos, llevaba poco tiempo en coma, pero un solo día de estar en ese estado, ellos ya la extrañaban demasiado.Cuando los señore
—Ella pronto despertara— dijo con seguridad Harrison mientras miraba a los señores Pindu con una gran sonrisa y luego volteaba a ver a Belén — Se que lo harás — dijo Harrison mientras la miraba.Aquel joven estaba demasiado seguro que Belén se recuperaría pronto, mucho antes de lo que podrían imaginar, eso quería él.Los padres de aquella joven después de lo que había pasado, solo entraron por unos minutos a la habitación donde se encontraba aquella joven, ya que tenían que regresar a sus trabajos, ellos no querían ir puesto que su hija todavía estaba en esta situación, pero debían ya que se habían retrasado mucho tiempo en regresar a sus respectivos trabajos, pero ellos estaban muy seguros que dejarían a su pequeña en las manos correctas.— Harrison, tenemos que ir a trabajar, por favor cuida de ella, sabemos que quedara en muy buenas manos — dijo el señor Arthur mientras salía de la habitación.— Claro, yo
A lo lejos se podía ver a los señores Pindu acercándo se poco a poco con algo de comer para que Harrison pudiera tener algo de energía.— ¿Que hace el aquí?— se detuvo por un momento el señor Arthur y volteó a ver de repente a su esposa mientras mostraba en su rostro enojo.— No lo se, que sinismo tiene él de venir a ver a nuestra hija después de todo el daño que le hizo, no lo entiendo— dijo de repente la señora Graciela.Ambos se apresuraron a llegar a toda prisa a dónde se encontraban aquellos dos jóvenes hablando, los señores Pindu querían que Isaac se fuera de inmediato y no se acercara más por ningún motivo.— Llevas viviendo mucho tiempo con ellos — dijo Isaac de repente mientras mostraba media sonrisa, antes de que los señores Pindu pudieran llegar, aquel joven ya se había ido y para no toparse con ellos, agarro otro camino.Harrison estaba muy con
Harrison no le dio más vueltas al asunto ya que aquel joven prefería preocuparse por lo que estaba pasando en ese preciso momento que por una posible mentira.Las horas transcurrieron y ya era de noche.Los padres de aquella joven entraron de inmediato a la habitación y se dirigieron hacia dónde estaba Harrison, el cuál estaba recostado a un lado de Belén.El señor Arthur le tocó el hombro a aquel joven, lo cual hizo que Harrison se levantara muy rápidamente.— Si ¿Que paso?— pregunto todavía asoñado Harrison mientras se restregaba el rostro.— Hola, ya terminamos nuestros pendientes en el trabajo, así que puedes ir a descansar a la casa, no te preocupes que nosotros nos quedaremos cuidándola — dijo el se
A Belén la tendrían un poco más en observación para poder evitar algún posible daño que no pudieran ver con anterioridad.Todos estaban consternados por aquel mensaje ¿Quien podría ser tan cruel para enviarle algo así a Belén?, Nadie lo sabía.Los policías entraron de repente para poder investigar ese mensaje.— Buenos días, tomaremos la declaración de la joven, ya que nos dijo el doctor que le enviaron un mensaje muy grosero y eso puede ser catalogado como ciberbullying y la puede dañar más ¿Tiene su celular a la mano? — preguntó uno de los policías.— No lo creo, lo dudo realmente — dijo Belén de repente.
— Es mi amiga, pero no no no no no no — decía una y otra vez Belén mientras negaba con la cabeza — ella sería incapaz de enviarme algo tan horrible, ella me dijo que el día de la fiesta no sabía que había pasado, se disculpo conmigo, no se que paso realmente — dijo Belén mientras se notaba angustiada.— Belén, estoy seguro que fue ella — dijo Harrison de repente.— ¿ Cómo puedes decir eso de mi mejor amiga? ¿Cómo puedes estar tan seguro?, Ella sería incapaz de hacerme daño — dijo Belén mientras intentaba defenderla, lágrimas rodaban por las mejillas de aquella joven, Belén se rascaba con desesperación la cabeza.— Belén, aquel día de la fiesta, ese día yo fui a hacer una entrega, pude ver c&oacut
Belén estaba muy consiente que gracias al apoyo que recibía de las personas que la rodeaban y que tanto la amaban, sabría sobrellevar todo esto por lo que tuvo que pasar.La búsqueda por aquellas personas comenzó, los policías empezaron a pegar carteles por todos lados con la leyenda "se buscan", unos cuantos policías más habían ido a dónde indicaba la dirección cuando lo rastrearon, pero no había absolutamente nadie en ese lugar ya que estaba totalmente deshabitado, pero pudieron encontrar un celular desechable, tal parece que Angélica solo envío aquel mensaje para Belén y lo tiró para que nadie la pudiera relacionar.— Te amamos cariño, confía en que todo saldrá muy bien — dijo de repente la señora Graciela mientras le sonreía a su hija.— Eso espero mami— dijo Belén con una leve sonrisa, aquella joven no lo quería demostrar, pero seguía dolida, seguía sintiéndose mal.Jeremy, Azuce