¿Yo también te gusto?

Missie se levantó muy temprano, al salir a las caballerizas se encontró con su padre, quien la esperaba para su cita mañanera.

–Buenos días papá. Ya veo que estás muy entusiasmado con este paseo –le dijo Missie sonreída.

–Sabes Missie, tengo tiempo esperando este reencuentro, y me encanta que lo pueda hacer hoy. Sabes perfectamente que esta es una de mis grandes debilidades desde mi juventud.

–Sí, eso lo sé. Pero papá aun estas muy joven… Tanto esta como la otra debilidad puedes seguirlas viviendo, no veo obstáculos para ello –le dijo Missie sonriendo.

Missie pasó directo al establo, Nieve hizo su primer resoplo en su lugar, Missie rió sonoro y el caballo comenzó a moverse inquieto, la presintió enseguida.

–¡Qué hermoso