Juanne devela un secreto

Juanne devela un secretoLois Vincents entró en la habitación que le asignaron. Missie lo acompañaba.–Papá, ¿por qué no me habías llamado en todo este tiempo? A veces creo que ya no te importó –le reprochó Misisie.–¡Pareces la niña de 7 años cuando yo regresaba de algún viaje! –le dijo al tiempo que la atraía hacía sí y la abrazaba–. ¡Sabes mejor que nadie que eres la persona más importante en mi vida y que no tengo más que tiempo para ti hija!–¡Bueno está bien! ¡Te perdono! –dijo MissieLois Vincents rió –: no tienes nada que perdonarme, hija.–Papá, este lugar es muy hermoso, mira abre esos ventanales y te encontrarás con un paisaje único. Además los amaneceres son espectaculares y los atardeceres también. Me encantan los rancheríos y también los corrales, las aves, las vacas, la gente. Hay unos caballos tan hermosos y briosos que te gustará mucho montar alguno –le dijo, sabiendo lo que significaban para él.–¿Ya mon

Una mentirita blanca

Una mentirita blancaEstaban todos sentándose a la mesa, las chicas entraron en compañía de Dereck.El padre de Missie, bajaba las escaleras buscando a Missie, ella se soltó de Juanne y se dirigió a donde estaba su padre, no sin antes dirigir unas palabras al hombre a su lado–Podemos hablar de esto más adelante –dio la vuelta y se fue a recibir a su papá para acompañarlo a la mesa, pues en esos momentos era un nuevo invitado.Dereck se les unió y luego Delay, junto con la chica risueña. Así fueron ubicándose uno a uno a la mesa de acuerdo a las indicaciones de la Eva, que les iba señalando el lugar a ocupar. Estaban dos mujeres más apoyando a Mamá Tulia llevando las bandejas a la mesa.Terminada la cena, Juanne se dirigió a los presentes.Bueno espero que todos se sientan a gusto en el rancho, a par

La jinete del caballo blanco.

La Jinete del caballo blancoJuanne se quedó despierto en la ventana hasta que oyó a los muchachos de las caballerizas salir en carrera al encuentro del caballo que recortaba su carrera al acercarse a su destino.Sacó la cabeza por el ventanal y pudo divisar el brioso caballo blanco detenerse en la entrada de los establos. Aquél brioso animal era cómplice de la bella mujer que, con gran agilidad, se bajó de él y lo condujo silenciosa hasta adentro del establo, no lo quiso entregar a los cuidadores.Juanne iba a salir para acercarse a los establos, pero recordó las palabras de Lois Vincents, así que desistió de la idea.Missie bajó del caballo y lo llevó a su lugar en el establo, acarició su pelaje, le quitó la brida y la silla y las dejó en sus colgantes, se sentía tranquila y en paz con ella misma. Le hizo bien el cabalgar de esa no

No tengo hermanos.

No tengo hermanosMissie entró al hospitalito en el declinar de la tarde, vio que todo estaba muy limpio y ordenado. A pesar de que los pacientes eran los animales de las granjas, olía a limpio y desinfectado. Observó lo bien equipado que estaba y lo cuidado que lo mantenían. Detalló que había un lugar en madera para dos vacas o caballos, así como jaulas para las aves, diferentes tipos de pesas, así como varios aparatos específicos para chequeos previos de las diferentes especies animales de granja…Missie iba a tocar a la puerta del consultorio cuando alguien la empujó desde adentro y casi le pega en la cara.–¡Ay! –Exclamó poniendo su mano para detener la puerta.–¡Oh! ¡Disculpe! –era el joven Juanne, quien logró detenerse para evitar llevársela por el medio en su impetuosa salida. Al levantar la cara

Aún nos queda mucha noche...

Yuvan y Juanne

Yuvan y JuanneMissie, se levantó de inmediato del sofá, se quitó las mantas y recomponiéndose, ya que estaba casi dormida, se enderezó para estar atenta a las palabras de Juanne.–¿Recuerdas a mis padres? ¿Recuerdas a India? –le preguntó Juanne.–Claro que sí Juanne, recuerdo al señor Thomas, también recuerdo a la señora, una mujer muy linda, habían dos niños con quienes yo jugaba en la finca de Tom y el mayor que nunca se acercaba a nosotros.Para Missie era casi imposible creer que hoy, por fin tenía al frente al chico que sólo vio una vez, entre los arbustos del patio de aquella vieja finca donde su padre le llevó una vez, pero para Juanne ella estaba en sus recuerdos desde la primera vez que la vio jugando en ese patio con sus dos hermanos.–Juanne es increíble que tú y

Juanne reta a Dereck

Juanne reta a DereckLos rústicos ya estaban parqueados a la entrada del rancho, los jóvenes se acercaron con sus trajes de seguridad puestos, sus caretas en las manos y mucho entusiasmo, chisteaban por todo. El profesor Alfred, Missie y Juanne fueron los encargados de seleccionar, entre un numeroso grupo de participantes, a los nuevos trabajadores para el proyecto, solicitado por Alfred, ya que la investigación lo requería.Entre los que solicitaron entrar en dicho proyecto estaban dos de los forasteros que estaban en la falda de la montaña el día que Juanne fue herido. El mismo Juanne los entrevistó y Missie estuvo acompañándolo. Juanne los contrató por otros motivos, haciendo la salvedad a sus muchachos de confianza que los mantuvieran vigilados.Regresaron en aproximadamente 4 horas después. Todos los involucrados pasaron por el cordón de limpieza segura antes de entrar a las casas. Las muestran recolectadas en esa segunda visita, fueron llevadas

¿Yo también te gustó?

¿Yo también te gusto?Missie se levantó muy temprano, al salir a las caballerizas se encontró con su padre, quien la esperaba para su cita mañanera.–Buenos días papá. Ya veo que estás muy entusiasmado con este paseo –le dijo Missie sonreída.–Sabes Missie, tengo tiempo esperando este reencuentro, y me encanta que lo pueda hacer hoy. Sabes perfectamente que esta es una de mis grandes debilidades desde mi juventud.–Sí, eso lo sé. Pero papá aun estas muy joven… Tanto esta como la otra debilidad puedes seguirlas viviendo, no veo obstáculos para ello –le dijo Missie sonriendo.Missie pasó directo al establo, Nieve hizo su primer resoplo en su lugar, Missie rió sonoro y el caballo comenzó a moverse inquieto, la presintió enseguida.–¡Qué hermoso