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MI CORAZON HA MUERTO, EN EL YA NO EXISTE AMOR

De camino a casa, solo puedo pensar lo triste que ahora será mi vida sin mi familia, lo había perdido todo, no tenía amigos, no tenía más familia conocida, estaba sola en el mundo y ahora, tendría que ir a un refugio temporal, mi hermana mayor está en estado de coma y no puede hacerse cargo de mí.

-No te preocupes nena, estarás en buenas manos- dice la oficial que me acompaña a casa

-Gracias- respondo secamente

Ya no hay lágrimas en mí, creo que llorar no es la mejor opción, y ahora mucho menos.

-Bueno nena, hemos llegado a tu casa, recoge lo que quieras llevar, te estaré esperando, no tardes mucho, aún estamos a una hora de la casa de acogida, y hay que hacer los trámites para el velorio de tus padres, por fortuna ellos contaban con una póliza que cubrirá sus gastos exequiales, yo misma te llevare a su entierro- dice amablemente la oficial

-Tranquila oficial, deme unos treinta minutos, deseo despedirme de la casa y recoger todas mis cosas, no me tardare- le digo dándole confianza

Entro a mi casa, debía tirarme a llorar, pero no puedo, todo está vacío e inerte, esta como lo dejamos cuando salimos de allí.

No quiero irme a ninguna casa de paso, piensa Liz que debes hacer, piensa…

Busco todas las cosas de valor que pueda llevarme de mis padres, así que rápidamente voy a su cuarto y reviso donde puedan tener algo de dinero, encuentro algunas joyas y unos trecientos dólares.

Mi madre siempre decía que había que tener algo de reserva por si alguna emergencia.

Voy al cuarto de mi hermana y hago lo mismo, pero recojo menos dinero, trato de coger todo lo de valor y lo guardo en una maleta, un poco de ropa y cosas básicas, por su puesto llevo mi diario.

Me aseguro de llevarme las escrituras de la casa, recientemente había pasado a ser propiedad de mis padres, sabía que ahora era de mi hermana y mías, tome las llaves, y decido escapar de la oficial.

No tengo idea de a donde voy a ir, pero no pienso internarme en una casa de paso, sé que va a pasar allá por mi aspecto físico, estoy más que segura que seré víctima de burlas y quien sabe que más, así que desde ahora estaré sola en el mundo y empezare de cero, trabajare para sostenerme, y después cuando sea mayor recuperare la casa de mis padres para mi hermana y para mí.

Agarro mi gran maleta y salgo por mi ventana hacia la parte de atrás de mi casa, asegurándome que la oficial que está en su auto no me vea, corro desesperada.

Estoy tan triste, la sola idea de no ver a mi dulce madre de nuevo y a mi buen padre me quiebra totalmente el corazón, ellos eran tan buenos conmigo.

La vida es muy injusta, no siempre reina el bien sobre el mal, tantas personas malas en el mundo y preciso ellos...

- ¡Hey! Detente hacia dónde vas corriendo, Liz, para por favor- escucho la voz de Ferdinand agotado

- ¿Qué haces aquí? - le pregunto sorprendida.

-Pues te vi corriendo, ayer todo el pueblo se enteró de lo que le paso a tu familia, cuando te vi supuse que algo no estaba bien.

-Tengo que huir Ferdinand, déjame en paz, me van a llevar a un hogar de paso, y te juro que no quiero ir, así que no te metas en mi camino.

- ¿Pero para donde te vas a ir sola? Esta muy tarde, quieres ir a mi casa, mis padres nunca están, estoy solo con el ama de llaves, ella no dirá nada porque te quedes esta noche.

-Por supuesto que no ¿Qué pretendes, que me lleven a un hogar de paso?, Pues no, me iré sola.

-Pues me voy contigo, yo tengo dinero, podremos emprender un camino nuevo juntos, sé que somos muy jóvenes, pero algo haremos, déjame ser tu compañero de camino, de vida.

- ¿Qué, estás loco?, que te traes, no hace mucho me conoces, no sé por qué harías algo así por mí.

-No tengo nada que perder mis padres siempre están de viaje, vivo solo con una mujer que no solo me cocina y lava mi ropa, a nadie le importo, mientras que si voy de tu lado muy seguramente tendremos muchas aventuras juntos.

-Por supuesto que no, déjame en paz- le digo rotundamente, sigo mi camino.

No sabía si estaba haciendo lo correcto, pero si algo había seguro es que no iba a arruinar la vida de Ferdinand también.

Busque un hotel en otro pueblo cercano, había caminado mucho pensando en mis padres y mi hermana

Estaba más cerca de donde habíamos tenido el accidente, quería estar cerca de mi hermana y buscarla forma de poder visitarla, creo que ahora seré yo quien tendré que cuidar de ella.

PRESENTE

Aún recuerdo la perdida de mis padres como si hubiera sido hace poco tiempo, ellos me hacen mucha falta, mi madre era tan hermosa, solía consentirme demasiado, el corazón se me arruga de solo pensar en sus hermosos ojos.

Termino mi desayuno, me dirijo al patio, aquí los días son totalmente iguales, nada que hacer nadie interesante con quien hablar, solo espero ansiosa la visita de mi única e incondicional amiga Katty, vendrá este domingo por primera vez desde que estoy aquí.

-Que dices Knife, estas muy triste todo el tiempo- escucho a mi espaldas la voz de Roxana, una compañera de cárcel, que está allí hace dos años, pero nunca me ha contado por qué.

-Nunca estoy triste Roxana, solamente pienso, pensar me hace sentir mejor.

- ¿Es verdad todo lo que dicen de ti Liz?

-Depende de lo que digan Roxana, no puedo afirmar sin saber que tanto hablan de mí.

-Dicen que has matado a muchas personas, pero en especial a hombres, que eres una justiciera de las mujeres.

-En especial a los hombres que han maltratado a sus mujeres, esa es la única verdad, de resto pueden decir de mi lo que les plazca, ya no importa, ya aquí voy a morir enterrada- Respondo mirando al horizonte

-Pues aquí todas sienten algo por ti, unas miedo, otras respeto, y algunas como yo, agradecimiento.

- ¿Tu, por qué agradecimiento?, si apenas nos conocemos.

-Te contare, mi hermana es madre de dos hijos pequeños, ella se llama, Sandrine, estaba desesperada de la  mala vida que le daba el esposo, ella no tenía a nadie quien la ayudara, yo llevo muchos años aquí presa, no podía hacer nada, todos los días su esposo la golpeaba tan fuerte, hasta que un día ella vio que tu tenías una oficina de obras sociales y fue hacia ti,  no solo la ayudaste con terapia psicológica y un proceso legal en contra de su esposo, sino que también además de darle un empleo, casualmente su esposo murió  ocho días después de que fue a tu oficina, eso si el muy desgra…. La golpeo casi hasta matarla el día de antes y ella te llamo a contarte, ahí fue cuando casualmente el amaneció muerto con un tiro en la cabeza, ahí supimos que se trataba de ti, de la justiciera de las mujeres.

Desde ese día su vida cambio, ahora es demasiado feliz junto con sus hijos y eso se lo debemos a ti.

-No sabía eso, si recuerdo a Sandrine, su marido le daba muy mala vida a la pobre y ella muy poco podía hacer, afortunadamente llego a mi consultorio, de la muerte del fulano fue una casualidad, dudo mucho que yo lo hubiera asesinado- le digo sonriendo irónicamente.

-Solo puedo darte las gracias por lo que hiciste por mi hermana, haya sido lo que haya sido, así que, si necesitas una amiga para lo que sea, pues aquí estoy para ti, tengo un buen comando en este patio, así que me he asegurado de que nadie te haga lo más mínimo, estas totalmente protegida.

-Te lo agradezco, pero no necesito protección yo se me cuidar sola, y estoy segura de que ninguna se atrevería a meterse conmigo.

-Lo se querida, pero aquí hay que tener sumo cuidado y desconfiar hasta de la sombra, la cárcel es otro cuento- Responde Roxane mirando hacia el vacío.

Pienso en todo lo que me dice Roxane, y realmente a estas alturas de mi vida no me interesaría morirme o que me hicieran algo, la única persona que me llego a conmover en el mundo me traiciono y fue quien me hundió en estas cuatro rejas, ya que puedo hacer para sentirme mejor, nada en absoluto.

Si tan solo ese día que me despedí de Ferdinand le hubiera hecho caso, tal vez solo tal vez mi vida hubiera sido diferente.

FLASHBACK

He decidido darle un vuelco a mi vida, no pude darle el adiós que quería a mis padres porque era seguro que la policía iba ir detrás de mí por ser menor de edad.

El día de su velorio estaba más que segura que solo fueron unos pocos amigos del pueblo y fueron enterrados en el cementerio local, en la noche como pude me escabullí y fui a llorar sobre sus tumbas.

Mis padres, mis hermosos, cálidos y buenos padres estaban dos metros bajo tierra y yo ni siquiera pude decirles en realidad cuanto los amaba, cuanto los necesitaba, y cuanto quería que me dijeran que debía hacer con mi hermanita.

Llore tanto esa noche, que jure que nunca más volvería a llorar, sentí como se quebró mi corazón y de el solo quedaban pedazos y recuerdos.

Volví al hotel donde me estaba hospedando, todo estaba tan frio, tan solo, tan desolado, que solo pude quedarme dormida después de haber llorado tanto.

Los días, las semanas pasaron, hasta que el poco dinero que tenia se empezó a acabar y tuve que conseguir un trabajo como mesera en un restaurante de un paraje de camioneros, no puedo negar que era algo que a mi corta edad me resultaba difícil, pero era eso o dormir en la calle y no comer, y eso de verdad que me daba miedo.

Llegue a un sitio llamado Mr, King, y su nombre solo podía hacer relevancia a su dueño, un señor regordete y buena onda, que sin dudarlo me dio mi primer empleo, increíble para mí, la paga era muy buena, considerando que solamente era una mesera de paso.

Él era algo extraño, siempre estaba detrás del restaurante en una especie de casa improvisada, pero no era su casa, era como su oficina con muchos lujos, recibía muchas visitas a diarios de gente muy extraña, pero en el lugar nadie decía nada, nadie veía nada, y yo era igual.

Pasaron pocos meses para que me convirtiera en la consentida de Mr, King, le conté toda mi historia, y quiso ayudarme a recuperar la casa de mis padres y a hacerme cargo de mi hermana mayor, ella desde el accidente seguía en el hospital, ya había salido del coma profundo, pero estaba como un ente, no sabía quién era su familia, había perdido su memoria y había olvidado desde comer, hasta caminar, así que su proceso era aún más triste que el mío.

-Muchacha, no trabajes tanto, debes tomarte tu día de descanso como se debe, ve a casa, dúchate, relájate, que haces con todo el dinero que ganas aquí, entre el salario y las buenas propinas de tus clientes ya puedes salir de ese hotel- Dice Mr King con cara de comprensión.

-jefe estoy ahorrando para pagarle a una abogada para que recupere mi casa, quiero mi casa para estar allí con mi hermana. – respondo convencida y optimista

-Hija, yo lamento toda tu situación, pero eres tan solo una niña y debes vivir tal cual, yo sé que has sufrido mucho, pero debes saber que ya no es mucho lo que puedas hacer, debes ser mayor de edad para recuperar tu casa, y cuando eso pase, ya la abran rematado, además de que estas huyendo a la policía porque quieren llevarte con una familia.

-Lo sé, sé que me faltan casi tres años para ser mayor de edad, señor King, adópteme usted por favor, se lo pido, hare lo que usted me pida, le pagare trabajando toda mi vida si es necesario, necesito recuperar la casa de mi hermana y mía.

-No muchacha no puedo hacer eso, pero deja ver entre mis contactos quien está disponible para que pueda hacer algo por tu situación. -Dice dejándome en la sala del restaurante sola terminando la limpieza.

Sus contactos, yo entre mi sospechaba que este viejito tan tierno, no era tan querido como mostraba serlo conmigo, había visto y escuchado unas escenas tan dantescas detrás de ese restaurante cuando lo cierran, que escucharlo hablar así me hace creer que estoy hablando con otra persona.

No importa conmigo es buena onda y me ha ayudado, espero de corazón lo siga haciendo.

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