¡No soy una niña!

***Pao***

Soy esa chica de dieciocho años que quiere terminar su carrera de Telemática, pero, lamentablemente, mi padre insiste que no debo salir de casa porque fuera de estas cuatro paredes hay mucho peligro del que no puedo escapar.

¿Por qué temer? No puedo vivir en un mundo de miedos, no tiene el derecho de oprimir lo que quiero y necesito. ¡Necesito ser una chica libre! ¡Quiero ser como todas! ¿Qué peligro podría correr?

Durante el tiempo que he estado yendo a la universidad ha sido por la gracia de mi madre, ya que ella es la que siempre pide por mí, en visto que a mi hermano el cretino no se le niega nada. Me ha quedado claro que mi hermano es el mayor y que lo tengo que respetar porque una niña de bien no debe alzar la voz y menos faltar el respeto… Ah, cómo no quieren que me comporte si ellos me quieren tener como prisionera. ¡No es justo!

No, considero que no es justo.

***

Veinte minutos después de camino hemos llegado a casa, el tonto que está a mi lado estaciona su camioneta, durante todo el camino ninguno de los dos ha mencionado ni una sola palabra, ya que él me ataca con sus palabras hirientes y yo le contesto con la tranquilidad que él detesta. Sin duda me afecta todo lo que dice por el simple hecho de que soy un ser humano y claramente hay otro tipo de palabras para alejarme, sin embargo, él me desafía cuando me hace menos que cualquier mujer.

Mi madre me ha dicho que todo eso se debe porque el hombre es mayor, casi me dobla mi edad y por respeto a mi padre se quiere mantener al margen de todo lo que yo quiero hacer con él. Las palabras de mi madre me sorprendieron porque no le he dicho nada de los reencuentros que he tenido con Leo, aunque hay la posibilidad que ella haya visto algo que no me ha dicho.

¡Diablos! Volteo a ver hacia la calle y lo que mis ojos ven es el Ferrari de mi hermano estacionado al otro lado del estacionamiento de la casa, y eso quiere decir que el tonto me dejó plantada. Sí, por ese cuento de que no me quería venir con mi hermano es mentira, ¡él me dejó sin importarle con quien me podría venir!

—Gracias por traerme novio del año… —con una media sonrisa salgo de la camioneta para dirigirme hacia la cabaña que están a unos metros de la casa porque estoy segura de que mi hermano está ahí.

Sin importar lo que me depare el destino voy hacia mi hermano, tengo que hacerlo responsable de todo lo que me sucederá en unos minutos, ya que el gruñón de Leo le dirá a mi padre que me le estoy ofreciendo.

¡No pienso quedarme con los brazos cruzados, por el hecho de que mi hermano está buscando como deshacerse de mí y que me manden de una vez a un internado!

—No, dónde crees que vas —sin prevenirlo, siento como su mano captura mi brazo—, tenemos que hablar respecto a lo de ser novios—su cercanía provoca en mí una explosión inexplicable.

A este hombre le gusta que lo provoque, le encanta mi cercanía de la misma forma a la que me gusta a mí. Aaaahhh, me declaro ser masoquista, me vuelvo loca al ver como él se pone rojo o cuando trata de insultarme y no le resulta bien porque yo soy todo lo contrario.

—Sí, claro que hablaremos Leo —esbozo una enorme sonrisa mostrando mis dientes blancos y perfectos, llevando la mano que tengo libre a su mejilla y con las yemas de mis dedos tocando la suavidad de su piel—, no te pongas así, sabes que te gusto.

—Pao… —pronuncia mi nombre lentamente, hasta ambos nos quedamos congelados en el tiempo, deleitándonos de la travesía de nuestros ojos.

—Deja de ocultar lo que sientes gran Leo, no te temo e incluso no tengo pensado dejarte en paz porque tú eres y ha sido el único que quiere rechazarme —instantáneamente vuelvo a mi realidad—, creo que debo aplicar el plan de seducción—sin descaro le confieso lo que tengo pensado hacer.

Sin decir ni una sola palabra, él quita su mano de mi brazo, liberándome de su captura, mi impresión es cuando él lleva ambas manos a mi rostro, obligándome a alzar más la vista a esos hermosos ojos que me hipnotizan. El deseo estalla en todo mi cuerpo, sin pensarlo respondo a sus besos con idéntica vehemencia, entrelazo mis manos en su cabello.

De pronto interrumpe el beso. Sus ojos hierven de deseo, encendiendo la ardiente pasión. Tengo la boca entreabierta e intento recuperar el aire, con el fin de volver la respiración a mis pulmones.

—Entiende Pao, no podemos tener algo porque ambos tenemos diferentes caminos y tú no dejas de ser la bebé de papi —recalca la última palabra y yo vuelvo a mi realidad, por un momento sentí que estaba volando—, no tengo nada en tu contra, pero no me gusta la idea de que ambos tengamos algo.

Por qué, cada vez que él me da la oportunidad de acercarme, rápidamente me rechaza, arrepintiéndose de lo que en verdad está sintiendo.

—Shhh… No me rechaces Leo y no te lo pido en modo súplica, el día de mañana esto se olvidará, porque ambos tenemos gustos diferentes, pero no le veo nada malo que aprovechemos de este tiempo y oportunidad que se presenta —llevo mi dedo índice hacia sus labios y sin poder evitarlo siento una oleada de emociones que inundan mi ser—, todavía no sé qué es lo que haces aquí, pero…

—He venido por negocios y por lo que puedo apreciar... —guarda silencio tras tomar una bocanada de aire—, no estás incluida en esta conversación porque según tus padres eres una chica de bien, bueno, quiero decir que eres una niña de la que no entiende el vocabulario de "peligro".

¿Qué quiere decir con eso?

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