***Leo***El pequeño bar está a reventar, como era de esperar… Es uno de los mejores y no solo por lo que puedes encontrar, el ambiente y lo que quieres hacer es lo más importante. “El bar de los mafiosos”.Estoy sentado en la terraza porque este es el lugar VIP, ¡mi lugar!Tras conversar con mi amigo Alberto, saco la cajetilla de cigarrillos de mi bolsillo. Ambos tenemos que hablar de negocios, ya que él me acompañará.Él lleva trabajando para nosotros mucho tiempo, eso se le puede llamar casi toda la vida. Aparte de amigos hemos creado un vínculo de hermanos.Aspiro otra calada del cigarrillo y como una cantaleta las cosas se repiten una y otra vez, él me dice que debería de dejar de fumar porque eso no es bueno para mi salud.Pongo mis ojos en blanco y sin quedarme callado le digo que se quede tranquilo, que no tengo intenciones de morir, no ahora que al parecer estoy decidido a crear una familia, “con ella”.—Mi rey —esa voz me parece conocida, no me molesto en girarme, aunque me
Salgo del baño y me quedo estático al ver que la niña que ha cambiado mi vida de un momento a otro está de pie, con los brazos cruzados y con su mirada de arriba hacia abajo.Tengo ganas de preguntarle qué es lo que sucede, que le dio por entrar a la habitación, esa en la que me he quedado con su permiso.—Puedo saber cómo te fue en la facultad —pregunto quedando electrizado porque ella toma la iniciativa de tirar su cartera en el suelo, aunque intento descifrar su gesto—, ¿pasa algo?—Me puedes decir desde cuando tenías pensado irte sin decirme que volveré con mis padres y que hay posibilidad de que vaya a un internado —escucho su inconformidad y me llama la atención porque una parte de mi ser presiente que ella se emocionaría, dado que quedaría libre.—Pocos saben de esa información, o mejor dicho malo, porque nada de eso es lo que he tenido planeado, sí me iré de viaje, pero no imaginé que eso te afectaría por…—¿Qué? Eso es estúpido —me habla dándome a la cara y eso me pone cachon
Al llegar al último escalón me detengo al ver el rostro de mi madre, su mirada la tiene fija hacia mí. Por el tiempo que la conozco intento descifrar su estado de ánimo y la razón por la que ella está aquí.Ahora es cuando decido alejar toda preocupación de lo que mi corazón se oprimía, esbozo una enorme sonrisa y con un toque de hipocresía alzo la voz y voy hacia ella. Mis brazos van directo hacia la mujer que conoce cada parte de mi cuerpo y mis emociones, también de la peor persona que puedo llegar a ser.—Te preguntarás cuál es el motivo de mi visita inesperada —se aleja de mí con brusquedad, y mi cuerpo reacciona—, eres un monstruo, tienes una mente perversa y te veo y me cuesta creerlo.—¿Puedo saber de qué se me acusa? —mi voz temblorosa intenta no traicionar la fachada de frialdad—, me parece injusto que vengas a insultarme, eres mi madre y eso me ha quedado demasiado claro, pero no te permitiré que me insultes en mi casa.¡Hecho! Jamás de los jamases me llevaré bien con ella,
+Termino de subir las escaleras y por precaución me detengo, quedándome oculta para escuchar lo que ellos hablarán.Mi madre es demasiada rara y mi padre peor, ambos me confunden demasiado y antes que le suceda algo a Leo es mejor ir tras él, aunque eso implique dejar mis estudios.Por unos segundos me quedo quieta, reteniendo la respiración, todo para poder escuchar a mis padres hablar, lo lamentable es que soy sorprendida por Leo. Me dice maleducada, que estaba pensado que eso se me había quitado, pero al parecer se equivocó.Eso me causó un poco de risa porque no tengo nada que decirle o sí. Ahora que lo recuerdo le tengo que decir que no viajará solo, dado que de repente se presentó algo demasiado inesperado.Sin dar media vuelta le digo que nuestros padres están tramando algo y ese algo es más ni menos que… Guardo silencio porque no quiero arruinar el dizque sorpresa que mis padres les darán, “¡Mi hija no puede ir contigo!”Cierro mis ojos y tras inhalar fuerte le digo que se p
Saliendo del tocador me voy topando con la mirada de Leo, intento mantener mi mirada firme, pero la sensibilidad que siento hace que baje la mirada, muerdo mi labio inferior para no soltarme a llorar delante de él.—Hmmm… Parece que tengo dolor de cabeza, diles a mis padres que estoy indispuesta —mis palabras salen en un hilo de voz.—No, no te irás a la cama o encerrarte en cualquier lugar que tenga puerta —protesta, y en un ágil movimiento estoy en sus brazos—. Eres mi mujer Pao, entiende de una vez que te tengo que proteger, sí, acepto que está, no era la forma de casarnos, pero así sucedieron las cosas y ahora lo que nos queda es conocernos y vivir el día a día porque…Se acercó a mis labios, uniendo los míos con los suyos, besando fuerte y profundamente. Acuna sus manos en mi cabeza, enredando los dedos en mi pelo con fuerza, luego inclina mi cabeza hacia atrás, desplazando su mano derecha por mi cuello, y con la otra mano en mi cintura, atrayéndome cada vez a su cuerpo. Aumentan
***Dos horas después y salgo de la habitación para asegurarme de que mis padres se hayan ido, mientras que Leo se queda con su nana viendo lo que se podrá llevar en la maleta.Entre esas dos horas ambos nos quedamos en la cama, nos levantamos directo a bañarnos. Aaaahhh, juro por lo más preciado que me siento como una chiquilla adolescente.Bajo las escaleras y con la emoción que llevo dentro de mi ser voy balbuceando la música de Anita, esa que me tiene perdida, encantada de la sensualidad y de la ricura que puedo tener con mi pareja. ¡Uy, se siente raro decir, “mi pareja”!—Pao… ¡Amiga! —gritan en unísono, mis ojos se abren de par en par—, tú y nosotras debemos hablar contigo.¡¿Qué significa esto?!Volteo a ver de un lado a otro y me quedo ante la risa de mi padre y de la presencia inesperada de mi hermano. ¡Hmmm! Todo esto es una trampa de ellos, pero no dejaré que se salgan con la suya, no.—¡Oh! Por Dios, me hubiesen avisado con tiempo y así les hubiese preparado un banquete —
***Pasaron los minutos y sin darme cuenta mis padres entraron a la oficina donde estaba con mis amigas, interrumpiendo la conversación que tenía con ellas. Cansada de los pleitos, les digo a mis amigas que es tiempo de que se vayan porque me toca elegir la ropa que llevaré en mi viaje.Lo último lo enfaticé, ya que mis padres no dejaban de repetir una y otra vez que mis decisiones son extremadamente malas.Las chicas se apresuraron en despedirse, cada una salió corriendo de la oficina, mientras que yo me he quedado con mis padres, los veo a los ojos y les digo que no tengo tiempo, que necesito preparar mis cosas porque mi esposo me llevará de viaje.“Esposo”.—Eres una rebelde, sabía que tus intenciones te llevarán a la desgracia, ¡todo es un capricho! —me quedo paralizada al escuchar la furia de mi padre, alza la voz y mi madre se interpone—. Ya, ninguno de nosotros se interpondrán en las cosas que hagas, ya es tiempo que veas las cosas como son.—Cielo…—Te amamos, pero ya es tiemp
+Hace un par de segundos que Leo salió de casa, según él, es para arreglar un par de cosas con los hombres de seguridad que nos acompañarán. A pesar de que las maletas están dentro de la cajuela del auto, siento que me quedaré sin uñas, es que no me gustan las despedidas o este enorme cambio radical que tendré.No quiero culpar a nadie de mi atrevimiento a tomar una decisión radical, mis padres tenían intenciones de alejarme de Leo, querían que volviera a su poder para hacer lo que ellos quieren que sea, “su doncella entre rejas”.—Pao… Niña Pao —siento un chasquido de dedos cerca de mi oído izquierdo, sacudo mi cabeza alejando los pensamientos que me torturan.—Decías —hablo toda desorientada.Oh, es la nana de Leo.Por lo que escuché ella vendrá con nosotros y por ende no es necesario despedirme de ella o mejor dicho de nadie.Mis padres ya no quieren saber nada de mí y yo también pienso lo mismo porque ahora mi corazón y mi mente tienen otros planes, y uno de ellos no es dejar sol